Daniel Gómez (ALN).- El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, hizo una revelación sorprendente. Ya no son una petrolera. “La realidad es que hoy el 67% de nuestra producción es gas”. Esta apuesta por otro tipo de energías tiene dos objetivos claros: contribuir con el medio ambiente y contentar a unos inversores cada vez más comprometidos por la sostenibilidad.
“Somos parte del problema”. Lo reconoce Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol. Hoy el medio ambiente es un tema prioritario para los inversores. Cada vez es más normal que estos exijan políticas de responsabilidad social a las empresas, sobre todo a las petroleras como la española.
Lo que ocurre es que Repsol ya dejó de ser tal cosa. Lo reveló el directivo este miércoles en un foro organizado en la sede de BBVA en Madrid. “Puede que a muchos les sorprenda. De hecho, me presentaron como una petrolera. Pero la realidad es que hoy el 67% de nuestra producción es gas”.
Repsol que, atendiendo a los datos, ha dejado de ser una petrolera, sabe que opera en uno de los negocios más contaminantes. Las emisiones de dióxido de carbono no paran de crecer, lo que está contribuyendo al aumento de la temperatura del planeta. Con todo lo que ello afecta. A los polos, a las corrientes, y a la misma salud de las personas.
La apuesta por el gas natural es un punto a favor siempre y cuando se controlen las emisiones de metano
El propósito de Repsol, consciente de los límites de su empresa en este aspecto, “es contribuir a la solución”. La apuesta por el gas natural es un punto a favor siempre y cuando se controlen las emisiones de metano. El otro es aprovechar el dióxido de carbono para producir.
En este sentido, el refino de plásticos que no se quemen, como hace la empresa en sus centros industriales, es una buena acción a favor de la sostenibilidad. Luego está la apuesta de Repsol, cada vez más potente, por los biocombustibles, cosa que reduce las emisiones en el transporte. “No vamos a salvar el planeta con estas acciones, pero tenemos que avanzar. Esto será un vector necesario para 2040”.
No demonizar el petróleo
Para Imaz, el debate de la energía tiene un problema: la radicalización. “La realidad es que necesitamos más energías. 17% de los hogares en el mundo no tienen energía. Hay personas que para cocinar queman residuos que son realmente contaminantes para el planeta. Lo que debemos es consolidar una industria barata para los consumidores”.
Por otro lado, el consejero delegado pidió no demonizar al petróleo. “El micrófono desde el que hablo está hecho de petróleo, la botella de agua… Son materiales sostenibles porque no se queman”.
Dejando ese punto claro, Imaz insiste en la visión. Es lo que más prima el mercado, sobre aquel que apuestan por el largo plazo. “Tenemos muchos inversores que invierten por la sostenibilidad. Si nosotros no tomamos un compromiso claro para que Repsol demuestre una narrativa coherente el valor de nuestra acción cae al instante”.