Daniel Gómez (ALN).- 2017 estaba llamado a ser un año récord para el sector turístico español. Se esperaba superar los 80 millones de visitantes y desbancar a EEUU y Francia del liderazgo mundial. Los atentados en Cataluña siembran las dudas. Si bien las cifras no se alterarán en el corto plazo, sí pueden sufrir descensos de cara a futuros ejercicios. Ahí están los ejemplos de París y Bruselas, ciudades también castigadas por el terrorismo yihadista.
El doble atentado terrorista que tuvo lugar en Cataluña la semana pasada ataca al corazón de la economía española: el turismo. La industria crece por encima de la media y en 2016 supuso más de 11% del Producto Interior Bruto (PIB), según datos de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur). Un ritmo que irá a más, según sus previsiones: para 2017 incluso podría suponer el 16% del PIB. Sin embargo, el atropello masivo en Las Ramblas de Barcelona y el posterior tiroteo en la localidad de Cambrils (Tarragona), que acabaron con la vida de 15 personas, amenazan este optimismo. Ahí están los ejemplos de París y Bruselas, ciudades castigadas por el terrorismo yihadista.
Primero fue el asalto a la sede de la revista satírica Charlie Hebdo en París, en enero de 2015. Dos terroristas de Al-Qaeda mataron a tiros a 12 personas. Meses más tarde, en noviembre, el Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) reivindicó la matanza de 137 individuos tras diferentes atentados suicidas en París y Saint-Denis. El miedo afectó de lleno al sector turístico parisino. Un año más tarde, la ciudad recibió 1,5 millones de visitantes menos.
Bruselas también fue víctima de esta lacra. En marzo del año pasado, varias explosiones en el aeropuerto y en la red de metro de la ciudad acabaron con la vida de 33 inocentes. Estudios de la Federación de Empresas de Bélgica indicaron que los atentados, más los de Francia (país fronterizo), le costaron a la economía belga 2.400 millones de euros (aproximadamente 2.817 millones de dólares) en el último año.
El sector más afectado fue el de la hostelería y la restauración, con una caída del 20% en las pernoctaciones, tanto por turismo como por negocios. Esto provocó pérdidas de valor añadido de 800 millones de euros (939 millones de dólares) (0,21% del PIB), según reseñó el portal Bolsamanía.
Las únicas manchas de violencia registradas hasta entonces se vivieron con el fenómeno de la turismofobia
En España, la industria turística arrancó el verano con una consigna: superar a Francia y Estados Unidos como primer destino mundial. Se espera alcanzar los 80 millones de visitantes en 2017 y de esa manera situarse en lo más alto del ranking. Entre las fortalezas del país destacaba la seguridad. Y lo cierto es que, hasta el momento, el país permanecía ajeno al terror vivido en capitales europeas como París y Bruselas, así como otros lugares recientemente atacados: Londres, Manchester, Berlín y Niza.
Las únicas manchas de violencia registradas hasta entonces se vivieron con el fenómeno de la turismofobia. Este término, recientemente aceptado por la Fundación del Español Urgente (Fundéu), surge a raíz del descontento ciudadano con la creciente masificación turística. En las últimas semanas, la turismofobia ha frustrado con vandalismo la tranquilidad de muchas plazas turísticas de España, en especial de Cataluña y Palma de Mallorca.
Nada de esto fue comparable al terror vivido el pasado jueves. El 17 de agosto, una célula del ISIS perpetró con una furgoneta Fiat blanca un atropello masivo en Las Ramblas de Barcelona. Murieron 14 personas y hubo más de 120 heridos. Horas más tarde, en la madrugada del viernes, la policía catalana mató a tiros a cinco terroristas de este mismo grupo que planeaban una explosión en el municipio costero de Cambrils. Uno de ellos, en su huida, apuñaló una mujer que terminó siendo la víctima mortal número 15 de los atentados en Cataluña.
El turismo no sufrirá descensos en el corto plazo
Por el momento, entre las autoridades españolas reina la calma. Confían en que el impacto sea mínimo. José Luis Zoreda, presidente de Exceltur, dijo a la agencia EFE que, al margen de este “dramático atentado”, España es un país seguro, lo cual es “clave para asegurar la tranquilidad de todos nuestros visitantes”. Santi Vila, consejero de Empresa y Conocimiento de la Generalitat de Cataluña, afirmó que los atentados no han provocado “ni anulaciones ni cambio de planes” por parte de los turistas que están en Cataluña.
Esta misma línea es la que siguen las agencias de viajes. “Es un riesgo con el que venimos conviviendo desde hace ya algunos años y, por este motivo, no se va a ver afectada la imagen de Barcelona, ni de España ni de Europa”, destacó Rafael Gallego, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viaje. También se pronunció Martí Sarrate, máximo dirigente de la Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (ACAVE): “No se perderán turistas por los atentados, la gente que tiene planificadas sus vacaciones no cambia, así como su decisión, y continuará viniendo”, declaró a EFE.
Quien no se mostró tan optimista fue Jordi Clos, presidente del Gremi de Hotels de Barcelona y propietario de la cadena de hoteles de lujo Derby Collection. “Evidentemente, en el futuro, habrá una reacción de caída de reservas, seguro”, dijo para el diario El País de Madrid.
Vistas las reacciones, sigue siendo pronto para dimensionar el impacto de los atentados. Lo que parece claro es que no afectará en el corto plazo, y con la campaña de verano casi en la recta final, esa aspiración de 80 millones de visitantes puede materializarse.
Por ahora, Barcelona intenta recuperar la normalidad tras el atentado. Las Ramblas vuelven a estar a pleno rendimiento con el consecuente refuerzo policial. Sin embargo, fue significativo el ambiente del Camp Nou, estadio donde juega el principal equipo de la ciudad, el FC Barcelona. Un tercio de las gradas estaba vacío. Con 56.480 espectadores, se registró la peor entrada que se recuerda en mucho tiempo y eso que era su debut liguero. Tal como informó el club, muchos aficionados devolvieron su entrada tras el atentado.
Madrid, segunda ciudad turística de España después de Barcelona -según el índice de Exceltur- presenta la normalidad propia de agosto, con las zonas turísticas abarrotadas. No se teme el efecto contagio, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, pidió tranquilidad pues asegura que la capital de España es “segura” y “tranquila”.