María Rodríguez (ALN).- Con los créditos a Argentina y Ecuador, el Fondo Monetario Internacional quiso “dar un respiro” a ambas economías para que vuelvan a un “crecimiento sostenible”. Pero el camino para conseguirlo es distinto. A una le concedió un préstamo propio de economías de ingreso medio. A la otra, uno para las que tienen deficiencias estructurales e ingresos bajos. Esto también se refleja en los plazos de devolución: el doble en el caso de Ecuador, aunque la cuantía del préstamo sea infinitamente menor al concedido a Argentina.
Cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI) concede un préstamo a un país, nunca se lo toma a la ligera. Analiza hasta el último detalle la situación y tiene claro qué quiere conseguir con ello. “Dar un respiro a los países para que puedan implementar políticas de ajuste de manera ordenada” y así volver a una “economía estable” y “promover el crecimiento sostenible”, explica el FMI en su web.
Ahora bien, el tipo de préstamo y las condiciones varían según el país. Por ejemplo, el préstamo a Ecuador y el préstamo a Argentina se diferencian en mucho más que en los millones de dólares concedidos por la institución.
El acuerdo entre Ecuador y el FMI aprobado a finales de febrero asciende a 4.200 millones de dólares. Se trata de la modalidad de préstamo de Servicio Ampliado (SAF). Y brindará apoyo a las políticas económicas del gobierno de Lenín Moreno para los próximos tres años.
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Poco después del anuncio, desde el partido del expresidente Rafael Correa (Revolución Ciudadana) acusaron a Moreno de supuesta corrupción, por presuntas empresas offshore y cuentas y negocios en el exterior a su nombre. Moreno, que rechazó las acusaciones, acusó a Correa de “buscar desestabilizar al país”. Justo en un momento en el que la confianza de los organismos internacionales regresa al país, a este “nuevo Ecuador”, como le gusta decir a Moreno. Y es que al crédito del FMI se suma otro por 6.000 millones de dólares de bancos multilaterales.
Mientras, el que subscribió el FMI con Argentina en junio de 2018 (y ampliado en septiembre) es de la modalidad Stand-By, con un importe total de 57.100 millones de dólares hasta 2021.
Pero ¿en qué más se diferencian uno y otro?
Economía de ingreso medio vs economía de ingreso bajo
En la página web de la institución informan que históricamente “la mayor parte de la asistencia del FMI a economías emergentes y avanzadas en crisis se ha proporcionado a través de acuerdos Stand-By”. Que es precisamente el utilizado para el caso argentino. Esta modalidad de créditos se creó en 1952 y se ha ido mejorando con el tiempo para “responder más rápidamente a las necesidades de financiamiento de los países”, informa la institución.
Y aunque los acuerdos Stand-By están abiertos a un importante abanico de economías, lo cierto es que “son utilizados con más frecuencia por los países de mediano ingreso”, explica la institución.
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Las economías de bajo ingreso tienen otros instrumentos más adaptados a sus necesidades, como el Servicio Ampliado (SAF). Este proporciona apoyo a medio plazo a países con problemas prolongados de balanza de pagos (déficits). Y aquí entra el caso ecuatoriano.
Deficiencias puntuales vs deficiencias estructurales
“Cuando un país se enfrenta a graves problemas de balanza de pagos a medio plazo debido a deficiencias estructurales que tardarán tiempo en resolverse, el FMI puede brindar asistencia a través de créditos SAF”, explica la institución.
A diferencia de los acuerdos Stand-By, “la asistencia en el marco de un acuerdo SAF se caracteriza por la participación en un programa a más largo plazo, para ayudar a los países a implementar reformas estructurales a medio plazo. También cuenta con un período de rembolso más largo”, puntualiza el FMI.
Plazos para la devolución del préstamo
El pago del préstamo Stand-By, léase el de Argentina, vence como máximo a los cinco años de haberse efectuado el desembolso. Se reintegra en ocho cuotas trimestrales iguales a partir de los tres años posteriores al desembolso.
En el caso de Ecuador, aunque la cuantía del préstamo es infinitamente menor al préstamo argentino, incluye la posibilidad de un rembolso más largo, hasta 10 años, con pagos en 12 cuotas semestrales iguales.
Al margen de la modalidad de créditos, lo que está claro es que al igual que el kirchnerismo en Argentina, el correísmo desgastó la economía y las instituciones de Ecuador. Y al igual que el presidente argentino, Mauricio Macri, el ecuatoriano, Lenín Moreno, está tratando de revitalizar al país con apoyo internacional y dinero del FMI. Eso sí, cada uno a su nivel, ritmo y plazos.