Zenaida Amador (ALN).- “Venezuela y Cuba relanzarán Petrocaribe para garantizar a los pueblos soberanía e independencia”, con ese titular reseñaron los principales medios estatales venezolanos el más reciente anuncio de Nicolás Maduro. Sin tapujos, sin disimulos: una estrategia común Caracas-La Habana para el Caribe.
El escenario de tales declaraciones fue el acto protocolar de firma de nuevos acuerdos del Convenio de Cooperación Integral entre Cuba y Venezuela en la ruta a su vigésimo aniversario, donde Maduro abiertamente señaló que la relación entre ambos países debe llevarse a pulso diario, con presencia constante cubana en los asuntos de su interés en el país.
De hecho, aseguró que el embajador de Cuba en Venezuela, Dagoberto Rodríguez Barrera, prácticamente forma parte del consejo de ministros y debe tener puertas abiertas en cada ministerio. El tema, según adelantó, ya ha sido coordinado con Raúl Castro, a quien calificó de hermano mayor y protector.
Estas exaltaciones a Cuba ocurrían justo cuando en Colombia finalizaba la III Conferencia Ministerial Hemisférica de Lucha Contra el Terrorismo, donde el régimen venezolano fue señalado por su complicidad con grupos irregulares que hacen vida en el país.
Los asistentes (Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, República Dominicana, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía) firmaron una declaración de condena al terrorismo en todas sus expresiones, y reafirmaron la responsabilidad de los Estados de negar cobijo financiero, operacional o cualquier otro tipo de apoyo a los terroristas, y ponerlos a disposición de la justicia. Asimismo, condenaron las acciones de aquellos actores que intencionalmente brindan apoyo o protección a grupos u organizaciones terroristas, perpetradores, organizadores y patrocinadores del terrorismo.
Iván Duque, presidente de Colombia; Mike Pompeo, secretario de Estado de EEUU; y Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, señalaron directamente al régimen de Maduro de dar resguardo y apoyo a grupos irregulares.
Juego de pulso
A propósito de esto, Maduro indicó que “hay una obsesión del imperio de Estados Unidos de destruir los proyectos independentistas, rebeldes, revolucionarios”.
Recientemente Mike Pompeo dijo que “si los cubanos dejan de apoyarlo (a Maduro), y estamos trabajando en convencerlos que esto es lo mejor para el pueblo cubano, y si aquellos alrededor de él desde la perspectiva de seguridad finalmente llegaran a la conclusión de que Venezuela está mejor con la salida de Maduro, entonces creo que podemos lograr nuestro objetivo”, es decir, que su régimen cese.
Maduro aseguró que Pompeo no ha dejado de amenazar a la región y a Cuba, razón por la cual le envió un mensaje de respaldo a Miguel Díaz-Canel y a los cubanos, asegurándoles que pueden contar “con Venezuela para todo hoy y siempre (…) Y cuando digo cuenten con nosotros, digo cuenten con nosotros en la batalla diaria, garantizando todo y siempre”.
No hay que olvidar que aun con la producción petrolera en mínimos históricos, sin productos suficientes para atender la demanda interna de combustibles y con el cerco de las sanciones internacionales, el régimen de Maduro envía de forma regular hidrocarburos a La Habana para garantizar la estabilidad mínima de su economía.
Y es que Maduro no ocultó que en conjunto con el régimen de Cuba buscará reconquistar su influencia en el Caribe, algo que hará usando la plataforma energética de Petrocaribe, venida a menos con el declive de la industria petrolera venezolana y los desmanes asociados a su gestión dentro y fuera del país.
Prometió que la reimpulsará “en el primer semestre de este año para que recupere el brillo que tuvo” y así enfrentar las amenazas de Estados Unidos sobre las naciones del Caribe “con conciencia política, martiana, bolivariana, fidelista y chavista”.
Tal como ya hemos señalado en ALnavío, Petrocaribe se presenta como la vía para estimular una recomposición política regional. Uno de los primeros puntos a conquistar en esta línea es la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), en donde la figura de Luis Almagro ha resultado incómoda para varios regímenes regionales.
Ante la proximidad de elecciones en esa instancia hay fuertes movimientos en la diplomacia regional. La diplomacia petrolera del chavismo, agotada en la actualidad, espera recomponerse lo suficiente para sumar algunas voluntades caribeñas a su causa.
No en vano Pompeo, como parte de su gira regional, tiene previsto viajar a Jamaica este 22 de enero para reunirse con el primer ministro Andrew Holness y llevar a cabo una mesa redonda multilateral con líderes del Caribe y hará comentarios sobre las relaciones entre los Estados Unidos y el Caribe. Allí estarán los cancilleres de Bahamas, Belice, República Dominicana, Haití, San Cristóbal y Nieves, y Santa Lucía, países clave en el respaldo a la ecuatoriana María Fernanda Espinosa, exministra de Rafael Correa, para la Secretaría General de la OEA.
Las líneas maestras
Esta recomposición regional es prioridad para garantizar la sostenibilidad en el poder del chavismo y, obviamente, del castrismo. Según señaló Maduro la semana pasada, a propósito de la presentación de su Memoria y Cuenta 2019, hay líneas estratégicas que guiarán su gestión este año y una de ellas es “el desarrollo audaz de la nueva diplomacia bolivariana y la nueva geopolítica de paz”.
Esta estrategia implica profundizar la batalla internacional “por nuestra América”, consolidando la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA) y relanzando Petrocaribe “con todo su poder benefactor y movilizador de la economía caribeña”.
Atención América Latina: El chavismo mete miedo con otra reunión del Foro de Sao Paulo en Caracas
A la par de esto, del 22 al 24 de enero tendrá lugar en Caracas un “un Gran Encuentro Mundial de movimientos políticos, liderazgos y movimientos sociales del Foro de Sao Paulo ampliado, para hacer la agenda del año 2020”.
No hay que olvidar que al XXV Encuentro del Foro de Sao Paulo, celebrado en julio también en Caracas, se le atribuyó parte de la desestabilización que sacudió a varios países de la región.
Al comentar la nueva cita caraqueña, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Maduro, aseguró que será “para afinar la estrategia”. Aunque comentó que el objetivo ya lo tienen y es la “victoria popular, nuestra victoria, la victoria de los Pueblos, vamos por el poder para el Pueblo en América”. Tras la cita en Caracas arrancará lo que denominó “el febrero rebelde”.