Zenaida Amador (ALN).- En Latinoamérica avanza una coalición política donde juegan en paralelo las expresiones de la izquierda radical y los apaciguados discursos progresistas de los líderes que prefieren marcar una cauta distancia de regímenes como el de Nicolás Maduro. Sin embargo, todos están en la búsqueda de un reflotamiento que les permita aprovechar y potenciar los vientos de cambio que soplan en la región. La agenda de trabajo es ardua y el objetivo es volver a teñir de rojo el mapa regional.
En julio pasado se llevó a cabo en Caracas el XXV Encuentro del Foro de Sao Paulo, cuya declaración final dejó en claro que sí es posible vencer toda ofensiva imperial, porque así lo demuestran “la Revolución Bolivariana, la propia Revolución Cubana, la exitosa experiencia política boliviana y la Nicaragua sandinista”.
Las consignas fueron las mismas de siempre, en favor de la lucha antiimperialista y antineoliberal; entre los invitados -que no llegaron- se contaban los líderes de las FARC Jesús Santrich e Iván Márquez, y la consigna fue “enfrentar de forma enérgica el avance de la derecha sobre nuestros pueblos. Así lo evidencian los gobiernos neoliberales reciclados, autoritarios y profascistas, como los de (Jair) Bolsonaro en Brasil, Iván Duque en Colombia, y Mario Abdo Benítez en Paraguay, Mauricio Macri en Argentina, Lenín Moreno en Ecuador y Juan Orlando Hernández en Honduras, que destruyen la democracia y los derechos sociales conquistados”.
Este fin de semana la izquierda latinoamericana se reencontró en La Habana en una cumbre contra el imperialismo y el neoliberalismo a la que asistió Maduro. Estuvo en el presidio en el acto de clausura junto al poder cubano, Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro. Maduro fue protagonista del discurso del presidente cubano. Díaz-Canel resaltó que la OEA y los Estados Unidos no han podido con Maduro.
Por eso cuando en la región se anunció la vuelta a las armas de una facción de las FARC y comenzaron las violentas manifestaciones de rechazo en varios países muchos señalaron al Foro de Sao Paulo como su trasfondo. Nicolás Maduro, desde Venezuela, se encargó de insuflar esta tesis: “El plan va perfecto, ustedes me entienden. Todas las metas que nos hemos puesto en el Foro de Sao Paulo se han realizado. Así debemos seguir”.
En paralelo se estaba dando otra amalgama de fuerzas con un verbo menos encendido, pero con los mismos objetivos. Su primera reunión tuvo lugar en Puebla, México, también en julio. Los llamados “líderes progresistas” de Iberoamérica, donde confluyen Rafael Correa, Ernesto Samper, José Luis Rodríguez Zapatero, José Mujica y Luiz Inácio Lula da Silva, entre otros, dieron vida a lo que llamaron el Grupo de Puebla. Además, participan Alberto Fernández, ahora presidente electo de Argentina, y Daniel Martínez, que espera por una segunda vuelta electoral con la aspiración de presidir Uruguay.
El grupo tiene una agenda vigorosa. En esa línea, esta semana se inicia con la reunión entre Alberto Fernández y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Una clara señal de los vientos de cambio en la región.
Lo siguiente parada recae nuevamente en Fernández, quien estará a cargo de instalar en Buenos Aires la segunda reunión del Grupo de Puebla, que se celebrará del 8 al 10 de noviembre.
El próximo punto será en Chile, del 6 al 8 de diciembre, cuando el grupo tenga un tercer encuentro.
Este fin de semana la izquierda latinoamericana se reencontró en La Habana en una cumbre contra el imperialismo y el neoliberalismo a la que asistió Maduro. Estuvo en el presidio en el acto de clausura junto al poder cubano, Miguel Díaz-Canel y Raúl Castro. Maduro fue protagonista del discurso del presidente cubano. Díaz-Canel resaltó que la OEA y los Estados Unidos no han podido con Maduro.
Suma y resta
Los aires de izquierda que vuelven a respirarse en la región juegan a favor del régimen de Nicolás Maduro, que en enero cumplirá el primer año en el poder de forma ilegítima aun con el peso del rechazo y la condena de más de 60 naciones.
Por un lado, está el hecho de que los múltiples conflictos que han asaltado a Latinoamérica en los últimos meses parecen desviar la atención del caso venezolano, así como los esfuerzos que se ejercían para presionar una salida de Maduro del poder. Por el otro, que esto puede hacer contrapeso en estructuras que venían trabajando en este sentido.
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México, con Andrés Manuel López Obrador como jefe de Estado, ha sido el gran ausente del Grupo de Lima que nació en 2017 para buscar opciones frente a la crisis política de Venezuela; pero pronto Argentina le seguirá los pasos, una vez que Alberto Fernández asuma la Presidencia de ese país el próximo 10 de diciembre.
El debilitamiento del Grupo de Lima frena las acciones que por la vía del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) se quieren ejercer en contra del régimen venezolano. De allí la premura en el seno del Grupo de Lima para emitir sanciones desde la plataforma del TIAR que afecten de forma directa a personas y empresas que operan de forma directa en actividades ilícitas, de corrupción o violación de derechos humanos de la mano con la gestión de Maduro.
Para ello se necesitan al menos 10 votos favorables de los 19 países firmantes del TIAR. No hay que olvidar que a mediados de septiembre la OEA aprobó la activación del TIAR con los votos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, República Dominicana y Venezuela (con los representantes del gobierno interino de Juan Guaidó). En esa ocasión se abstuvieron Perú, Costa Rica, Panamá, Trinidad y Tobago, y Uruguay; mientras que Bahamas y Cuba no estuvieron presentes.
Una merma en las fuerzas antimaduristas pone en jaque este recurso, por eso esperan que las deliberaciones ocurran a fines de noviembre.
Goya en La Habana
En lo que parece ser una muestra más de esta recomposición de la izquierda regional, Cuba prepara la celebración de los 500 años de la fundación de La Habana. La efeméride no es más que una excusa.
“La Gran Gala 500 Aniversario, se efectuará en la explanada del Capitolio de La Habana para 5.000 invitados”, reseña Prensa Latina al detallar la amplia programación, que inicia el 5 de noviembre y va más allá del 16 de este mes.
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Y aunque todavía no se divulga la lista de invitados, Cuba espera la presencia de varios jefes de Gobierno y altas personalidades, entre ellas el rey de España Felipe VI. El agregado cultural de la embajada de España en Cuba, Jorge Peralta, adelantó que la visita real incluye el traslado a La Habana de un autorretrato de Francisco de Goya para su exposición en las celebraciones.
La cita luce como el escenario ideal para exhibir las renovadas fuerzas de la izquierda y sus grandes alianzas fuera del hemisferio. Falta por ver quiénes definitivamente acuden al encuentro y se toman la foto de familia junto a Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel.