Daniel Gómez (ALN).- Los 1.800 millones de dólares retenidos en Reino Unido no serán gestionados por Juan Guaidó. Pero tampoco por Nicolás Maduro. Esta es la realidad de las 31 toneladas de lingotes de oro venezolano que permanecen en las bóvedas del Banco de Inglaterra tras la última sentencia del Tribunal de Apelaciones de Londres. Y ahí permanecerán hasta que se aclare el caos institucional y administrativo sobre Venezuela.
El Tribunal de Apelaciones de Londres anuló este lunes la decisión que otorgaba al equipo de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, el control del oro venezolano retenido en las bóvedas del Banco de Inglaterra. 31 toneladas de lingotes que equivalen a 1.800 millones de dólares.
Cuando comenzó la pandemia, el gobierno de Nicolás Maduro trató de echar mano de estos recursos para “la compra de material sanitario, medicinas y alimentos básicos”. Sin embargo, en julio, el Tribunal Superior (High Court) se lo negó porque el dinero correspondía a Juan Guaidó, reconocido presidente interino de Venezuela por el gobierno de Reino Unido. Un reconocimiento, por decirlo de alguna forma, a medias, ya que el gobierno de Nicolás Maduro mantiene embajada en Londres, así como un embajador acreditado, Rocío Del Valle Maneiro González. Estas incongruencias sobre el reconocimiento de Guaidó, y algunas más, las pone de manifiesto el Tribunal de Apelaciones en la redacción de la sentencia:
“En la práctica el señor Maduro continúa ejerciendo los poderes de jefe de Estado y jefe de gobierno, a través del gobierno del que es jefe, y el señor Guaidó no”.
“La junta de Guaidó acepta que en la práctica el gobierno de Maduro ejerce al menos un grado de control efectivo en Venezuela”.
“La embajadora en el Reino Unido es la señora Maneiro, quien fue nombrada en noviembre de 2014 y presentó sus cartas credenciales a Su Majestad la Reina, y quien hasta la fecha ha continuado en el cargo (y ocupando la Embajada de Venezuela)”.
“La Cancillería del Reino Unido se ha negado a otorgar estatus diplomático al representante de Guaidó, la señora Vanessa Neumann, o a establecer relaciones diplomáticas con el señor Guaidó. Aunque ha habido contactos entre la señora Neumann y los ministros del Reino Unido, incluido el primer ministro”.
A la vista del caos legal sobre el reconocimiento, el Tribunal de Apelaciones sugirió a la Cancillería del Reino Unido aclarar el estatus de Guaidó y de Maduro. Si no lo hace -puesto que no está obligada a hacerlo- corresponde a un tribunal comercial investigar a fondo el caso y tomar una decisión.
“Antes de poder dar una respuesta definitiva a las cuestiones de reconocimiento será necesario determinar si el Gobierno de Su Majestad [el gobierno de Reino Unido] reconoce al señor Guaidó como presidente de Venezuela a todos los efectos y, por consiguiente, no reconoce al señor Maduro como presidente a ningún efecto”, detalló la sentencia.
La apelación fue solicitada por el Banco Central de Venezuela, controlado por el gobierno de Nicolás Maduro. Les representó el bufete Zaiwalla & Co, que, tras conocer el fallo de la corte de Londres, se apresuró a decir que la sentencia era una victoria de Maduro y que Guaidó “era en realidad un primer ministro virtual sin poder real dentro del país”, reseñó el diario The Guardian.
Sarosh Zaiwalla, socio principal de Zaiwalla & Co, agregó que, si el Banco Central de Venezuela pierde el caso, “representaría una amenaza adicional para la percepción internacional de que las instituciones inglesas están libres de interferencias políticas, así como para la reputación del Banco de Inglaterra en el extranjero como un depósito seguro de activos soberanos”.
Por su parte, en una conferencia telemática, la representante de Guaidó en Londres, Vanessa Neumann, aclaró que la sentencia del Tribunal de Apelación no es ninguna victoria de Maduro porque el caso vuelve a un tribunal comercial.
“Ahora esto regresa a la misma cancha donde perdió”, dijo Neumann. “Nicolás Maduro sigue sin el oro ni el reconocimiento sobre el caso del oro en Inglaterra”.
En el equipo de Guaidó están convencidos de que el Reino Unido no entregará el oro venezolano a Maduro, acusado directamente de crímenes de lesa humanidad, y de usar los recursos del país para negocios ilícitos. Sin embargo, lo único cierto es que los 1.800 millones de dólares están en Londres y no en Caracas.