(EFE).- La ciudad de Calama, en el desértico norte de Chile, amaneció este viernes con barricadas, cortes de ruta en sus principales accesos y una movilización contra la delincuencia que se articuló con una inusitada rapidez luego de que esta semana se registrara un tiroteo en una comisaría y el terminal de buses de la ciudad, incidente que terminó con dos fallecidos y cinco heridos.
Según reportaron diversos medios locales, el bloqueo efectuado tanto por vecinos como por gremios transportistas obstruyó los accesos de toda la ciudad, incluyendo los pasos a las divisiones mineras de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) Radomiro Tomic, Gaby, El Abra, Chuquicamata y Ministro Hales.
La estatal cuprífera llamó a los manifestantes a permitir el tránsito a los trabajadores que ingresan y salen de las minas.
«La ciudadanía se manifiesta porque así lo siente y corresponde; siente que hay una situación pendiente e importante en términos históricos con Calama, y que la delincuencia ha llegado con fuerza a nuestra ciudad. Creo que no estamos para seguir aguantando más cosas, y eso se manifiesta en la paralización de nuestras actividades», señaló el alcalde de la ciudad, Eliecer Chamorro, a Radio Cooperativa.
Pese a que algunos medios han responsabilizado al alcalde por la paralización de la ciudad, el edil señaló que se trata de una movilización «muy espontánea y natural».
«Lo único que pido es que implementemos decreto de emergencia en seguridad por territorio, así como se hace por concepto de catástrofe», señaló.
Luego del tiroteo registrado esta semana, la autoridad local publicó en sus redes sociales: “Si el estado de excepción se demora, entonces que se aplique ley de infraestructura para resguardar (con) militares hospitales, terminales, poblaciones, escuelas”.
En 2022, Chamorro apoyó el paro de transportistas luego de que en febrero el conductor Byron Castillo de 25 años muriera tras ser arrojado desde un paso sobre nivel de la ruta A-1 por dos ciudadanos venezolanos que fueron condenados a 17 años de cárcel por el homicidio calificado.
Calama registró el año pasado 15 homicidios en total, una de sus peores cifras desde que comenzó el registro en el Centro Estudios y Análisis del Delito (CEAD) de la Subsecretaría de Prevención del Delito en 2005.
Chile, uno de los países más seguros de la región, vive un aumento de la violencia, que en el último mes ha dejado tres agentes muertos en distintos procedimientos.
De acuerdo con la Subsecretaría de Prevención del Delito, en 2022 se registraron 934 homicidios, lo que implica una tasa de 4,7 asesinatos por cada 100.000 habitantes -muy por debajo de la media regional- y supone un aumento del 34,33 % con respecto al año anterior, cuando hubo 695 homicidios.