(EFE).- Con 2.46 metros de altura, Morteza Mehrzadselakjani no solo es el segundo hombre vivo más alto del mundo, sino también una estrella del voleibol sentado.
A pesar de una enfermedad crónica y un accidente que lo dejó en silla de ruedas, Mehrzad ha transformado estas adversidades en la fuerza que impulsa a Irán hacia la gloria paralímpica en París 2024.
Este jueves, el París Nord Arena se rindió ante otra victoria imparable del equipo iraní, que venció a Alemania por 3-0 en el último partido de la fase de grupos de la cita paralímpica.
Desde el momento en que Morteza, el jugador estrella de Irán, entró en la pista, la atmósfera cambió radicalmente. Un silencio reverencial se convirtió en vítores y banderas ondeantes mientras el número 2 del equipo realizaba bloqueos y remates que parecían imposibles de detener.
A pesar de sus dificultades para caminar, que lo obligan a entrar en la cancha arrastrado, Mehrzad ha demostrado que esta aparente desventaja es en realidad su mayor fortaleza.
«Fue un gran partido, Morteza es un gran jugador, uno de los mejores. Ha hecho mucho por el equipo y siempre trata de dar lo mejor de sí», dijo a EFE Ali Kashfia, estrella del voleibol sentado iraní y miembro del equipo técnico de la selección.
El voleibol, un nuevo sentido a la vida
Con 16 años le detectaron acromegalia, una enfermedad crónica que produce demasiada hormona de crecimiento en el cuerpo. Además, en ese mismo año, sufrió una caída cuando iba en bicicleta que le provocó una importante lesión.
A partir de ahí, y pese a varias operaciones, su pierna derecha dejó de crecer y es unos 15 centímetros más corta que la izquierda, lo que le lleva a usar silla de ruedas. Estas adversidades lo llevaron a aislarse, ya que, como él mismo expresa, debido a su discapacidad “estaba muy deprimido”.
“Me sentía como si estuviera en una prisión y tenía miedo de salir debido a mi apariencia”, agrega.
Su vida cambió cuando fue descubierto por el entrenador de la selección nacional de voleibol sentado de Irán, Hadi Rezaei, en un reality show sobre personas con una discapacidad física y talentos inusuales. Desde entonces, Mehrzad encontró en el voleibol «una nueva razón para vivir».
Sin cama, pero con el sueño de la victoria
Morteza enfrenta un desafío inesperado en los Juegos Paralímpicos de París: la falta de una cama adaptada a su extraordinaria estatura.
En Tokio, se le proporcionó una cama especial para su descanso, pero en París ha tenido que conformarse con dormir en el suelo de la villa olímpica.
A pesar de esta incomodidad, su entrenador, Hadi Rezaeigarkani, destacó a Olympics que «no le importa tumbarse en el suelo o no comer hasta saciarse. De todos modos, tiene la intención de convertirse en campeón”.
Morteza persigue el triplete en París
Morteza Mehrzad, doble campeón olímpico en Río y Tokio, está decidido a lograr un histórico triplete dorado en París 2024.
Mientras, el equipo iraní continúa su camino hacia el podio, todas las miradas están puestas en este ‘gigante’, cuyo impacto en el deporte paralímpico es tan grande como su propia estatura.
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