Daniel Gómez (ALN).- Para el economista venezolano, existe “una falta de conexión entre los problemas reales de la gente y los de las élites”. Y en un mundo en el que todo cambia, critica que lo único invariable es la forma de gobernar de los políticos. Y esto no es una buena señal, según dijo en un foro en Madrid.
Todo cambia menos la política. Lo dice el economista venezolano y colaborador de ALnavío, Moisés Naím. Echa en falta innovación política en un mundo en el que todo se está transformando, menos los líderes que tienen que representar a la gente.
“Todo ha cambiado. La innovación nos afecta desde que nos levantamos hasta que nos vamos a la cama. Todo está siendo innovado menos la manera en la que nos gobernamos”, comentó este jueves en el Foro Tendencias España 2019 que organizan el diario El País y la consultora Kreab en Madrid.
Para Naím, la gran innovación política de estos tiempos “es que la gente se lanza a la calle”. Sin embargo, lo hace de forma “poco organizada”, ya sea a través de manifestaciones o por medio de las redes sociales.
Esto es consecuencia de “la falta de conexión de los problemas reales de la gente y los de las élites”, lo cual genera “pobreza en los debates y en los discursos”. Y de esto no se salva nadie. Ni España, ni América Latina, ni Estados Unidos. “Es un patrón común a nivel mundial”, apunta Naím.
Falta de soluciones a los problemas reales
Naím detecta un asunto fundamental en estos momentos: “El desempleo tecnológico masivo” a causa de la revolución digital. Y lo más grave de este problema es que no se avistan soluciones. “Una de las respuestas que oigo es que no existe una crisis de desempleo. Pero, ¿y si no?”.
El economista venezolano valora cuatro escenarios. Uno es aplicar “proteccionismo tecnológico”. Es decir, poner impuestos a los robots para que toda máquina que destruya empleo “sea menos atractiva”.
“En España discuten cosas que no tienen nada que ver con el futuro”, asegura Naím
La segunda solución que detecta Naím es “el reentrenamiento”. Que las personas desplazadas por la innovación aprendan nuevos oficios. Sin embargo, advierte: “No tenemos experiencia en hacer esto”.
El tercer punto es el empleo público. Y el cuarto, el que más le convence, es garantizar una renta universal. “Es una idea repugnante al principio, pero hacia allá vamos. Uno de los retos es empezar a pensar de manera menos ideológica y ver qué se puede hacer para integrar a la sociedad con un ingreso básico para todos, y no para desarmarla”.
Ninguna de las cuatro soluciones de Naím forma parte de la agenda política de ningún gobierno. Y pone el ejemplo de España. “Aquí discuten cosas que no tienen nada que ver con el futuro. Hay una brecha gigantesca entre los problemas que tienen que ver con la gente y los que marcan la agenda política”.
También habla del caso de América Latina. Mientras “EEUU exporta sus problemas, como la desigualdad, en la región latinoamericana se preocupan por esta crisis, cuando lo cierto es que en Brasil la brecha entre ricos y pobres, por ejemplo, está cayendo”.
“El desprestigio de la política es un problema muy grave. Hay quien cree que puede haber democracia de movimientos. De ONG. Y no. Las democracias necesitan partidos políticos. Pero están en la frontera de la falta de innovación”, concluye Naím.