Miguel Sebastian (ALN).- Es verdad que con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero se alcanzó en España el record histórico en déficit público: 10,95% del PIB en 2009. Pero nunca se alcanzó “el mayor déficit de Europa y de los países desarrollados”, como ha ocurrido en 2015 y en 2016 con el presidente Mariano Rajoy. Hace tres semanas, el pasado 6 de abril, el FMI publicaba su Fiscal Monitor, en el que se recogen los principales datos fiscales de todos los países del mundo: diversas medidas de déficit y de deuda pública, los ingresos y gastos fiscales, etc. La publicación pasó relativamente desapercibida en España porque coincidió casi en el tiempo (18 de abril) con la de otro documento, el World Economic Outlook, que recogía unas muy buenas previsiones macroeconómicas para España para 2017. Así, según el FMI, el Producto Interior Bruto real crecerá este año un 2,6%, elevando en tres décimas su previsión anterior. Y España será, dentro de los grandes países desarrollados, el que más crezca este año, por encima de EE.UU. (2,3%), del Reino Unido (2,0%), de Japón (1,2%), de la zona euro (1,7%), de Canadá (1,9%), de Alemania (1,6%), de Francia (1,4%) y de Italia (0,8%). Mi opinión es que el FMI no exagera con estas previsiones. Por el contrario, probablemente se quede corto y el crecimiento sea finalmente superior a ese pronóstico. Así, por ejemplo, el Servicio de Estudios de BBVA, que tuve el honor de dirigir hace 15 años, anticipa un crecimiento del 3%, y yo creo que probablemente van a acertar más que el FMI.
Todas estas buenas noticias económicas han venido a actuar de contrapeso a unas desastrosas semanas de novedades relacionadas con casos de corrupción que tuvieron lugar sobre todo durante la etapa del boom económico (el lector interesado sobre esta época de la Historia económica de España puede consultar mi libro La Falsa Bonanza, de Ediciones Península). El sentimiento de una buena parte de la población española y de los inversores e instituciones internacionales es que el Partido Popular tiene un pésimo balance en materia de corrupción, así como un saldo deficitario en materia de funcionamiento de las instituciones y de respeto al Estado del Bienestar. Sin embargo, en materia de “gestión macroeconómica”, hay una sensación generalizada de que el Gobierno del presidente Mariano Rajoy está muy por encima de la experiencia de gestión del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. “La economía la manejan bien”, se suele decir. Los buenos datos económicos señalados más arriba no serían sino una prueba más, que avala esa percepción general.
Las buenas perspectivas macroeconómicas coinciden con un pésimo dato fiscal
Como miembro de una unión monetaria, España no tiene ninguna soberanía en materia de política monetaria o de tipo de cambio, que corresponden al Banco Central Europeo. Por tanto, su mayor herramienta de gestión económica es la política fiscal. En este sentido, es llamativo que las mencionadas buenas perspectivas macroeconómicas coinciden con un pésimo dato fiscal. En efecto, pese a ser la economía española una de las que más crece en Europa, nuestro déficit público en 2016, un 4,6% del PIB, ha sido el más alto no sólo de los 28 países que forman la Unión Europea, sino del conjunto de los países desarrollados (véase la Tabla A1 del Fiscal Monitor del FMI), superando a los países que tradicionalmente tienen un mayor déficit público, como son EE.UU. (4,4%), Japón (4,2%) o Reino Unido (3,1%) y casi triplicando el déficit promedio de la zona euro (1,7%). Produce un cierto sonrojo que países con una mayor dificultad macroeconómica y, por cierto, gobernados desde la izquierda, como son Francia, Italia, Grecia o Portugal, tengan un déficit fiscal inferior al español, siendo la economía española la que más crece y la que presuntamente está “bien gestionada”. Y, además, tal y como recoge esa misma tabla, es que 2016 no es un hecho aislado. En 2015, con un 5,1%, España fue el país desarrollado con mayor déficit público, más que duplicando la media de la zona euro. Y en 2014 fue el segundo en el ranking de déficits altos, solo superado por Portugal.
Fuente: Fiscal Monitor, FMI (2017).
Al comentar hace unos días en un programa de televisión sobre el bochorno que, como español, me producían estos datos fiscales, recibí un torrente de críticas en las redes sociales que básicamente se resumían en el siguiente argumento: “¿Cómo te atreves a sentir bochorno por el déficit fiscal del Sr. Rajoy, habiendo formado parte del equipo del presidente con la peor gestión fiscal de la Historia de España reciente: Zapatero?”.
Es verdad que con Zapatero se alcanzó el record histórico en déficit público, el 10,95% del PIB en 2009, el año del hundimiento de la economía mundial (aunque esa cifra no fue muy distinta de la alcanzada por Rajoy en 2012: el 10,47%). Pero con Zapatero nunca se alcanzó “el mayor déficit de Europa y de los países desarrollados”, como ha ocurrido en 2015 y en 2016 (y casi 2014) con Rajoy. Así, en 2009, pese al “desastre” del 11% del PIB, nos superaron en déficit EE.UU., Irlanda y Grecia. En 2010, con un 9,4%, nos volvieron a superar EE.UU., Irlanda y Grecia, y también lo hicieron Portugal, Islandia y el Reino Unido (véase Tabla A1). Y en 2011 nos adelantaron de nuevo EE.UU., Grecia e Irlanda. Nunca fuimos los peores de la clase. Ahora sí.
Nunca fuimos los peores de la clase. Ahora sí
También es verdad que el déficit actual, el 4,6% es la mitad del último alcanzado por Zapatero en 2011 antes de dejar La Moncloa, el 9,6%. Pero, ¿juzgaría el lector a un equipo de fútbol como el Barcelona F.C. sólo por su partido y eliminación de la Liga de Campeones frente a la Juventus de Turín? Probablemente no, tomaría un periodo más amplio, con más observaciones. Con el desempeño fiscal ocurre algo parecido. El saldo presupuestario es fuertemente procíclico: mejora en los tiempos de boom y empeora bruscamente en las recesiones. El motivo es que hay componentes del gasto marcadamente anticíclicos, como el subsidio de desempleo, y componentes fuertemente procíclicos, como los ingresos por Impuestos sobre la Renta, Sociedades o IVA. La yuxtaposición de los primeros (con signo menos) con los segundos (con signo más) genera una significativa prociclicidad del saldo presupuestario. Por ello, para hacer una comparación justa en el desempeño fiscal de los dos gobiernos, conviene tomar un periodo lo más amplio posible, en el que coincidan tantos períodos de auge como de recesión.
Voy a escoger los ocho años de gobierno de Zapatero y los seis años de Rajoy, incluyendo el año en curso, 2017, para el que utilizaré las previsiones más optimistas en lo que se refiere al crecimiento económico (un 3% real) y al déficit público (3,1% del PIB).
El Gráfico 1 recoge el promedio de crecimiento económico tanto en los mandatos de Zapatero como en los de Rajoy. Es obvio que ambos tuvieron buenos momentos y malos momentos, aunque el orden fue distinto para cada presidente. En media, el crecimiento no fue muy distinto para cada uno de ellos: un 1,4% para Zapatero, un 1% para Rajoy.
Fuente: elaboración propia a partir de INE. Para 2017, pronósticos de BBVA.
Aunque el crecimiento económico fue superior bajo el mandato de Zapatero, no fue tan diferente estadísticamente como para no poder hacer una comparación de las magnitudes fiscales sin necesidad de ajustar por el ciclo. Es cierto que en los saldos presupuestarios hay una cierta inercia. Pero no es menos cierto que se trata de flujos económicos, como también lo es el PIB, y que el contador para ambas magnitudes se pone, en teoría, a cero al comenzar cada ejercicio.
Así, en el Gráfico 2 presento el déficit público promedio de ambos presidentes. Para 2017 he utilizado la previsión de BBVA (3,1%) que es más favorable para Rajoy que la del FMI (3,3%). Llama la atención que, pese a ese déficit record de casi un 11% de 2009, Zapatero, en media, ha tenido un déficit público del 3,6% del PIB, solamente unas décimas por encima de lo que exige el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, basado en las reglas de Maastricht (un déficit público máximo del 3%, salvo si hay extraordinarias cifras negativas en la evolución del PIB, como fue el caso de 2009). Por el contrario, el déficit público promedio de la era Rajoy ha sido del 6,1%. Es decir, casi el doble del déficit alcanzado por Zapatero para un crecimiento económico real similar.
Fuente: elaboración propia a partir de FMI. Para 2017, pronósticos de BBVA.
Yo mismo me he sorprendido con estos datos, pues mi percepción a priori, quizás por haberlo escuchado machaconamente en los medios, es que las cifras de déficit público de la época de los gobiernos de Zapatero iban a ser mucho peores que las de Rajoy. Pero lo cierto es que Zapatero ha sido el único presidente de la democracia en alcanzar superávit fiscal en España. Y, además, lo hizo en tres años consecutivos: 2005, 2006 y 2007. Alguien dirá que fue “por la buena marcha de la economía y por la burbuja inmobiliaria”. Es posible. Pero el expresidente José María Aznar también tuvo bonanza, y burbuja, y nunca consiguió un superávit. Además, no sería justo achacar a Zapatero la responsabilidad del déficit de los años malos y quitarle el mérito del superávit de los años buenos. O se dejan ambos o se quitan ambos.
Un posible argumento que surgirá de este sorprendente Gráfico 2 es que el déficit fue menor con Zapatero por “su elevación de la presión fiscal”. Al fin y al cabo, es bien conocida la afición de socialistas y socialdemócratas por subir los impuestos, en contraposición a la “buena gestión” de los conservadores, que los suelen bajar cuando pueden. En el Gráfico 3 presento el conjunto de la recaudación impositiva en términos de PIB, lo que se conoce como “presión fiscal”.
Fuente: elaboración propia a partir de FMI.
La realidad de los datos desmiente la percepción mediática y pública. Con Zapatero se pagaron menos impuestos. Nótese que, como mencionaba anteriormente, los ingresos públicos tienen un fuerte carácter procíclico: en los momentos de auge se recauda mucho más en concepto de IRPF, de IVA o de Impuesto de Sociedades, además de los ingresos extraordinarios relacionados con la burbuja inmobiliaria (transmisiones patrimoniales, actos jurídicos documentados, etc.). Muchos autores estiman que la elasticidad de los ingresos públicos con respecto al ciclo tiene un valor en torno a 1,5. Dado que el crecimiento económico real fue superior en los mandatos de Zapatero que en los de Rajoy, tal y como se observa en el Gráfico 1, la presión fiscal debería haber sido significativamente mayor. El hecho de que haya sido menor indica que la presión fiscal “estructural” ha sido inferior en los años de Zapatero, desmontando otro de los mitos fiscales habituales.
Zapatero ha sido el único presidente de la democracia en alcanzar superávit fiscal en España
Finalmente, muchos pensarán que el desastre fiscal de Zapatero y sus gobiernos procede del “despilfarro por el lado de los gastos”. Al fin y al cabo, lo que les priva a los socialistas y socialdemócratas es gastar y gastar, y dotarse de una pesada estructura administrativa y de clientelismo social. El Gráfico 4 recoge, también usando los datos del FMI, los promedios de Gasto Público, en términos de PIB, de los gobiernos de Zapatero y de Rajoy.
Llama la atención que, así como en la presión fiscal la diferencia era significativa, pero no muy elevada (un 0,5% del PIB, es decir unos 5.000 millones de euros anuales), en materia de gasto la diferencia es mucho mayor: unos tres puntos de PIB, cerca de 30.000 millones anuales). Es cierto que una parte se puede explicar por el menor crecimiento promedio en los años de Rajoy. Pero el componente cíclico de los gastos no es tan importante como el de los ingresos, por lo que el ajuste estructural que habría que hacer a esos ratios de Gasto/PIB no sería tan elevado.
Fuente: elaboración propia a partir de FMI.
Para concluir, en este artículo he tratado de desmontar algunos mitos y leyendas sobre el comportamiento fiscal de Rajoy en relación con el de Zapatero y que se resumen a continuación:
- “Con Zapatero, la ruina de España, el déficit fiscal fue muy superior al de Rajoy”. Falso, con Zapatero el déficit público fue casi la mitad del de Rajoy, pese a un crecimiento económico promedio similar.
- “Zapatero se dedicó a subir los impuestos, ahogando a las familias y a las empresas”. Falso, con Zapatero la presión fiscal fue inferior, incluso sin ajustar por el ciclo económico, que ha sido algo mejor.
- “Con Zapatero hubo despilfarro de gasto público que hizo disparar la deuda”. Falso, el Gasto Público ha sido unos tres puntos del PIB, unos 30.000 millones de euros anuales en valor presente, inferior con Zapatero.
Miguel Sebastian fue ministro de Industria, Turismo y Comercio. Es economista y Profesor de la Universidad Complutense de Madrid
Esos mitos y leyendas no sólo han calado en los mercados, inversores e instituciones internacionales. También en buena parte de la opinión pública española, incluyendo una porción significativa de los militantes socialistas que próximamente se enfrentan a una importante decisión. No está de más que el debate de las ideas parta de un conocimiento riguroso de la realidad económica, y no de falsas, o interesadas, percepciones.