Leticia Núñez (ALN).- El vicepresidente de Estados Unidos pacta una solución conjunta a la crisis venezolana con Colombia, Argentina, Chile y Panamá, todos ellos socios estratégicos para Washington. Descartada la intervención militar, sin embargo, Pence insiste en que no permitirá un “Estado fallido” en Venezuela.
Sábado 12 de agosto. En una semana que pasará a la historia por las amenazas que intercambiaron Estados Unidos y Corea del Norte, armas nucleares incluidas, Donald Trump elevó su ardor guerrero advirtiendo a Venezuela sobre la posibilidad de una acción militar si persiste la deriva autoritaria del régimen de Nicolás Maduro. Apenas 24 horas después, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, inició en Colombia una gira por América Latina. Lo primero que hizo fue rebajar el tono belicista con el que Trump se refirió a la crisis venezolana. Marcó distancias. México y Colombia habían rechazado una eventual intervención. Rusia también la censuró y China le recordó a EEUU el principio de no injerencia. Así que Pence guardó la caja de cerillas y los avisos de plomo, y tras Colombia, visitó Argentina, Chile y Panamá, todos aliados y siempre con Venezuela en el punto de mira.
“El presidente me ha enviado aquí para seguir buscando el apoyo de América Latina y lograr la restauración pacífica de la democracia en Venezuela”, aseguró Pence tras reunirse con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos. El yo militar de Trump se estaba haciendo oír tras el fracaso de su reforma sanitaria en el Senado y aunque en esta ocasión no lanzó “la madre de todas las bombas”, como el pasado abril en Afganistán, optó por un discurso belicista que preocupa a los principales líderes de América Latina.
“América es un continente de paz. Mantengámoslo así”, dijo Santos, al tiempo que transmitió a Pence que “la posibilidad de una intervención militar no debe ser contemplada” porque, según manifestó, “ni Colombia ni América Latina, desde el sur del río Grande hasta la Patagonia, podrían estar de acuerdo”.
“Lo que hagamos en Venezuela lo haremos juntos. Todos vivimos en el mismo vecindario”, insistió Pence
En un tono más conciliador, aunque sin apartarse de la postura de Trump, Pence insistió en que “EEUU no se va a quedar tranquilo ante la creación de una dictadura en nuestro hemisferio”. No obstante, señaló que lo que finalmente haga su país se hará “de manera mancomunada” ya que “todos vivimos en el mismo vecindario”.
Tras un encuentro con una delegación de migrantes venezolanos (cabe recordar que Colombia y Venezuela comparten una frontera de 2.200 kilómetros), Pence insistió en que “un Estado fallido en Venezuela significa mayor emigración ilegal, afecta a nuestras economías y crece el narcotráfico”. Hasta junio, los venezolanos ubicados en Cartagena de Indias superaban los 3.000. El primer Observatorio de la Diáspora Venezolana, coordinado por el sociólogo Tomás Páez, autor de La Voz de la Diáspora Venezolana, constata que en todo el territorio colombiano viven 50.000 venezolanos.
Tras Colombia, Pence se desplazó el lunes hasta la Argentina de Mauricio Macri, uno de los aliados suramericanos más sólidos con los que cuenta Washington. Y es que la llegada de varios líderes conservadores al poder en Latinoamérica, como el propio Macri en diciembre de 2015, ha permitido a Estados Unidos afianzar la relación con sus vecinos del sur. El enviado de Trump dejó claro que el presidente argentino es su hombre en esta zona del planeta. “He hablado esta mañana con el presidente Trump y vengo a decir que él está con usted. Creemos que Argentina con su liderazgo está siendo un gran ejemplo en este continente. El progreso de Argentina se contrapone con el colapso de Venezuela. Hay niños muriendo de hambre allí todos los días”, le dijo, en un alerta implícito sobre el éxodo masivo de venezolanos, que ya ha movilizado a los Gobiernos de América Latina.
Pero no solo eso. Pence insistió en la buena sintonía entre ambas naciones señalando que “este viaje ratifica el nivel de entusiasmo que hay con nuestro país. Esto traerá inversiones”.
Además, el encuentro Pence-Macri se produjo apenas unas horas después del triunfo del argentino en las elecciones primarias legislativas, que consolidaron su poder.
Aunque la agenda bilateral contemplaba diversos temas comerciales, la cuestión venezolana acaparó la conversación. No es para menos. Macri fue el principal promotor de la reciente expulsión de Venezuela en Mercosur.
Como ya hiciera en Cartagena de Indias, Pence volvió a suavizar las palabras de Trump. “Creemos que al incrementar la presión diplomática vamos a poder lograr restaurar la democracia por medios pacíficos en Venezuela. Damos las gracias al liderazgo de Macri en este asunto, con declaraciones audaces contra Nicolás Maduro. Lo que hagamos lo haremos juntos. Todos vivimos en el mismo vecindario”, repitió.
“América es un continente de paz. Mantengámoslo así”, pidió el presidente de Colombia a Trump
Después, el presidente argentino se pronunció en la misma línea que el colombiano. “La vía no es la utilización de la fuerza sino profundizar la vía política. En Mercosur no vemos que la fuerza sea una alternativa”, dijo, y agregó: “Hay unanimidad en el continente con el liderazgo de EEUU para mantener la presión”.
Lo cierto es que la unanimidad como tal aún no se ha logrado porque países como Bolivia mantienen su apoyo a Maduro. De hecho, Evo Morales es hoy por hoy su único aliado incondicional tras el viraje de Ecuador (Lenín Moreno mostró esta semana su preocupación por el número de muertos en Venezuela). Aun así, sí se está fraguando un amplio consenso que incluye a países gobernados por la izquierda como Uruguay y Chile para incrementar la presión sobre el presidente venezolano, repudiado por parte de la comunidad internacional.
Y es que Colombia, Argentina, Chile y Panamá, los países que visitó Pence, forman parte del grupo de 12 naciones que la semana pasada firmó la denominada Declaración de Lima, en la que expresaron su intención de no reconocer ninguna decisión que adopte la nueva Asamblea Nacional Constituyente con la que Maduro pretende perpetuarse en el poder.
“Chile no apoyará golpes de Estado”
Tras Buenos Aires, Pence realizó otra parada en Santiago de Chile. La situación venezolana también marcó el encuentro bilateral con la presidenta chilena, Michelle Bachelet. La mandataria señaló que “Chile hará todo lo posible por apoyar a los venezolanos a encontrar el camino pacífico para restaurar su democracia” y aclaró que su país “no apoyará ni golpes de Estado ni intervenciones militares”. Siguió así el guion que habían marcado Santos y Macri.
De igual forma, la respuesta de Pence fue casi idéntica a la ya manifestada días antes. Estados Unidos va a usar toda su fuerza económica y diplomática hasta que se restaure la democracia en Venezuela. Eso sí, reiteró que la posible intervención se acordaría con Latinoamérica: “Lo que nosotros hagamos en Venezuela lo vamos a hacer juntos”.
Más sanciones a la vista
En el caso de las sanciones, Bachelet advirtió que solo apoyarán “las que sean aprobadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”. Y es que como recordó, Chile suscribió la Declaración de Lima como vía “para explorar formas de contribuir a la restauración de la democracia en Venezuela a través de una salida pacífica y negociada”. En definitiva, nada de intervenciones militares.
Hasta ahora, el gobierno de Trump ha sancionado a distintos miembros del chavismo. Entre ellos, al vicepresidente Tareck El Aissami por “su significativo papel en el narcotráfico internacional”. Es el funcionario de más alto nivel castigado hasta la fecha por Washington.
También sancionó al presidente y a siete juristas del Tribunal Supremo de Justicia por haber dictado sentencias que “usurpan la autoridad” del Parlamento, de mayoría opositora. Las penalizaciones, según informó el periódico El País, han servido para privarles de activos y propiedades que pudieran tener en EEUU. Además, se incluyó la prohibición a ciudadanos estadounidenses de hacer transacciones con ellos. Pero no solo eso. Trump evalúa desde hace meses aplicar sanciones contra la industria petrolera, uno de los pilares económicos del régimen. PDVSA, la empresa estatal de crudo, es la tercera suministradora de EEUU. Ahora, las armas también están sobre la mesa.
Trump evalúa desde hace meses aplicar sanciones al corazón de la economía venezolana: el petróleo
Pence despidió la gira el jueves en Panamá. Y Venezuela volvió a ser el tema central. Tras reiterar la preocupación de Washington por lo que considera un giro “dictatorial”, optó por pronunciar el mismo discurso. Por un lado, que EEUU explora “todas las opciones económicas y diplomáticas, pero permaneceremos en calma”. Y por otro, que junto a sus aliados en Latinoamérica encontrará una solución pacífica a la crisis venezolana. “Hacemos esto porque la gente de Venezuela lo merece”, concluyó.
Las cuatro frases clave de Pence contra Maduro
– “EEUU no se va a quedar tranquilo ante la creación de una dictadura en nuestro hemisferio”
– “Un Estado fallido en Venezuela amenaza la seguridad y la prosperidad de todo nuestro hemisferio”
– “Lo que nosotros hagamos en Venezuela lo haremos juntos. Todos vivimos en el mismo vecindario”
– “Trabajando junto con todas las naciones de Latinoamérica encontraremos una solución pacífica”