Redacción (ALN).- El migrante venezolano Lever Alejos llegó a Estados Unidos en julio pasado, cuando cruzó desde México la frontera sur y recaló en Texas.
Allí, la Administración del gobernador republicano Greg Abbott le dio un viaje gratis hasta la capital, Washington, ciudad a la que llegó sin un centavo, pero con la voluntad de «trabajar y prosperar».
«No tengo nada», le dijo Alejos a la periodista Miriam Jordan del New York Times.
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El hombre ha estado haciendo varios trabajos, con los que gana hasta 700 dólares por semana. Sin embargo, este dinero no parece ser suficiente para dejar el albergue para «sin techo» en el que ha estado durmiendo, y que sueña dejar en el futuro cercano.
Otra de las metas de Alejos es comprar un auto usado que le ayude a movilizarse por la ciudad. Los sueños de este hombre podrán parecer poco o nada para algunos, pero para alguien que escapó que la crisis venezolana estos pequeños pasos son un gran progreso.
«Hay muchas oportunidades aquí», dijo el hombre de 29 años al New York Times. «Solo debes aprovecharlas», agregó.
Al igual que Alejos, miles de migrantes venezolanos han llegado a Estados Unidos en las últimas semanas. Muchos están en albergues mientras inician procesos de asilo que les permitan permanecer en el país.
Migrantes satisfacen «una necesidad»
Algunos ya se emplean en sectores básicos de la economía, una bendición para el país, de acuerdo con el economista Chris Tilly, de la Universidad de California.
«En la mayoría de las grandes ciudades, incluidas aquellas con gobernadores que están trasladando migrantes, los empleadores están batallando para hallar trabajadores. Ellos (los migrantes) están satisfaciendo una necesidad», afirmó Tilly.
Es el caso de Alejos, cuyo empleo aún no le permite dejar el albergue, pero sí enviar dinero cada mes a su hijo de Christopher, de siete años.
«La calidad de vida de Christopher ha mejorado 100 % desde que vine a este país», dice Alejos esperanzado. Solo lamenta no poder tomar clases de inglés, un obstáculo que por ahora trata de superar usando la aplicación de idiomas Duolingo.
Con información de New York Times.