Daniel Gómez (ALN).- Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, recuerda que en Chile y Ecuador la desigualdad provocó un estallido social. Que durante las protestas en Bolivia la mayoría de muertes tuvieron lugar en operaciones policiales. Y sobre Brasil apuntó que no se está respetando la actividad de los movimientos sociales, al tiempo que advirtió de asesinatos a grupos indígenas “en un contexto de importantes retrocesos de las políticas para proteger el medio ambiente”.
“En muchos países, las protestas están siendo alimentadas por profundas desigualdades. Las respuestas violentas de las fuerzas de seguridad pueden socavar aún más la confianza pública en los sistemas económicos y políticos”, dijo este jueves en Ginebra la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet.
En su primera intervención del día, Bachelet, quien actualizará el informe sobre Venezuela a partir de las tres de la tarde, puso el foco en los estallidos sociales de América Latina.
De Chile y Ecuador apuntó que “es necesario garantizar la rendición de cuentas por las violaciones de los derechos humanos en el contexto de las manifestaciones y abordar las causas profundas de las protestas: las desigualdades”.
Añadió que su oficina en Ginebra proporcionó recomendaciones a los gobiernos de Sebastián Piñera y Lenín Moreno, así como a la sociedad civil, para adentrarse en “una hoja de ruta sostenible guiada por las normas de derechos humanos”.
Bachelet también puso el foco en Bolivia, país que visitó recientemente su oficina con motivo del fraude electoral de Evo Morales el pasado octubre, y la crisis ocasionada tras su dimisión, los llamados de su partido, el MAS, a agitar las calles, así como la polémica amnistía que concedió el gobierno de Jeanine Áñez a policías y militares.
“La crisis postelectoral del año pasado resultó en al menos 35 muertos y 800 heridos, la mayoría de ellos durante las operaciones del ejército y la policía”, dijo Bachelet sobre Bolivia.
“La crisis postelectoral del año pasado resultó en al menos 35 muertos y 800 heridos, la mayoría de ellos durante las operaciones del ejército y la policía”, dijo Bachelet.
Agregó que “el enjuiciamiento de docenas de exfuncionarios del gobierno y personas relacionadas con la administración anterior es motivo de preocupación”, en referencia a las medidas tomadas por el gobierno de Áñez contra ministros y funcionarios de Evo Morales.
Luego está el caso de Brasil, uno de los pocos países de Latinoamérica que este 2020 se libró de las protestas. Dijo que “los ataques contra los defensores de los derechos humanos, incluidos los asesinatos, muchos de ellos dirigidos a líderes indígenas, se llevan a cabo en un contexto de importantes retrocesos de las políticas para proteger el medio ambiente y los derechos de los pueblos indígenas”.
Añadió que “cada vez más adquisiciones de tierras de indígenas y afrodescendientes, y esfuerzos para deslegitimar el trabajo de la sociedad civil y los movimientos sociales”.
Michelle Bachelet también mencionó a Colombia en su discurso, pero el análisis de la situación tendrá lugar en una sesión aparte, tal como ocurrirá con Venezuela y otro país bajo observación de la ONU: Nicaragua.