Daniel Gómez (ALN).- Por razones de proximidad, la Unión Europa concentra la mayor parte del producto español. Sin embargo, tal como reflejó el último estudio del IE Business School, las principales economías de América Latina son más seductoras que el mercado europeo.
Ser startup solo es el paso previo hasta consolidarse como scaleup. Es decir, convertirse en una empresa con más músculo y que genere más beneficios. “Que experimente un crecimiento anual del 20% a lo largo de tres periodos”, dicta la definición teórica. Con el fin de que una compañía alcance este estado, el profesor del Instituto de Empresa (IE) Business School, Joe Haslam, propone la expansión internacional como modelo de desarrollo.
Haslam participó en el informe del IE Business School “Internacionalización de startups españolas de base tecnológica”. El estudio, presentado este miércoles en la Casa de América de Madrid, contó con la colaboración de 73 empresas. Entre todas facturaron más de 600 millones de euros y generaron más de 5.000 empleos.
Los resultados del informe colocan a América Latina como un destino preferente. El 58% de las startups ofrece allí sus servicios. Como es lógico, por razones de cercanía la Unión Europea atesora una influencia mayor, del 82%. Atendiendo a estos indicadores, Asia se presenta como el gran reto. Solo un 4% opera en un mercado que, solo con India y China, acumula un tercio de la población mundial. Esto se traduce, según Haslam, en “una gran oportunidad”.
Cuando se analizan clientes y procedencia de ingresos el patrón se repite. La Unión Europea a la cabeza, en segundo puesto Latinoamérica y Asia, con un porcentaje ínfimo de cobertura, al final del ranking. La tendencia, casi rítmica, rompe la armonía a la hora de ubicar lugares de expansión. México, con un 62%, y Colombia, con 52% de preferencia, son los destinos preferidos de la internacionalización de las startups españolas.
México seduce al empresario español
El caso mexicano ofrece una lectura curiosa. Cuando Donald Trump llegó a la Presidencia de Estados Unidos las previsiones fueron pesimistas. La beligerancia en campaña contra México y sus habitantes, el anuncio de renegociar el Tratado del Atlántico Norte (Nafta por las siglas en inglés) y la supuesta construcción del muro pusieron a la expectativa al país.
De momento no hay miedo y la prueba está en los grandes grupos españoles. Los bancos Santander y BBVA mostraron confianza anunciando inversiones millonarias. La otra gran corporación de Ibex 35, Telefónica, dijo, a través del presidente José María Álvarez-Pallete, que quería ser un actor importante en el mercado de las telecomunicaciones. Todos confían en la fortaleza macroeconómica de México. Incluso en el plano startup.
Destinia, la primera agencia de viajes en línea de España, indicó al diario ALnavío que se fija en México para abrir su primera oficina física en Latinoamérica. Y como ella, otro 62% que participó en el informe del Instituto de Empresa. Según reflejó en el documento Amed Urbán, editor de la revista mexicana TechBit, esto se debe a que “la adopción de las nuevas tecnologías y el internet crece a un ritmo acelerado”.
Cifras del Gobierno de México apuntan que en 2016, alrededor de 65 millones de personas tuvieron acceso a internet. El dato es enorme. Incluso, supera al de España, de 37,8 millones de usuarios. Pero además, reseñó Urbán, seguirá creciendo. Los últimos censos hablan de unos 130 millones de habitantes. Por lo que el acceso a internet ronda el 50%. Además, existen ejemplos de que el producto español triunfa. Véase Cabify, instalado en Ciudad de México. También TicketBis. Esta plataforma de compra y venta de entradas tiene a México como principal fuente de ingresos.
A pesar de las buenas perspectivas sobre América Latina, las deficiencias históricas de la región siguen patentes
El optimismo mexicano tampoco es exclusivo. También se respira en Colombia. “Hay mucha gente que piensa que es su momento. Además, cuenta con muchas ciudades grandes. No todo se limita a Bogotá. Por ejemplo, los mejores técnicos están en Medellín”, señaló Joe Haslam en la conferencia en Casa de América.
Después de estas dos naciones latinoamericanas, aparecen Estados Unidos y Canadá. En quinto lugar figura Chile (45%), una de las economías más pujantes de la región y con mejores perspectivas, según el Banco Mundial. El séptimo puesto es para Brasil (39%). A pesar de la tormenta política que está amenazando la presidencia de Michel Temer, las previsiones macroeconómicas son positivas. Los grandes grupos apuestan por el país, y los pequeños también.
Las buenas perspectivas que arroja el informe sobre América Latina no impiden que sigan patentes algunas deficiencias históricas. En comparación con Europa y Estados Unidos, el mercado latinoamericano sigue sin madurar, las comunicaciones vía internet son lentas, existen problemas de logística y algunas cuestiones de pago, como las del acceso al crédito, todavía presentan deficiencias.