Redacción (ALN).- El melanoma es un tipo de cáncer de piel que aparece cuando las células llamadas melanocitos empiezan a crecer de forma descontrolada, y a su vez, elaboran un pigmento llamado melanina, responsable del color de la piel, del pelo y del iris de los ojos.
Esta funciona como un fotoprotector, ya que así evita que la radiación solar dañe las estructuras o los tejidos del cuerpo.
Aunque la mayoría de los melanomas se originan y se desarrollan en la piel, también pueden aparecer en otras partes del cuerpo (como la mucosa de la boca, del recto o de la vagina).
Los melanomas, cuando se encuentran en sus primeras etapas de desarrollo, tienen un aspecto muy parecido al de un lunar, aunque suelen ser más irregulares, oscuros y con mayor tendencia a crecer. Pueden desarrollarse a partir de lunares ya existentes, pero en la mayoría de los casos se trata de lesiones nuevas.
Los nevus dudosos se extirpan, y la muestra es enviada a un laboratorio de anatomía patológica para su análisis. En caso de confirmar el diagnóstico, se comienza con el debido tratamiento, el cual que será distinto en función de si se trata de un tumor localizado o de un melanoma avanzado o metastásico.
Cuando éste no es diagnosticado a tiempo, se correría el riesgo de que el tumor sea mucho más agresivo que otro tipo de cáncer, trayendo como consecuencia una mortalidad elevada.
Causas
A pesar de que existen muchos factores que pueden provocar este tipo de cáncer, una de las causas principales es el haber tomado sol en exceso durante la infancia, aunque estos pueden aparecer en partes del cuerpo que no han estado expuestas al sol.
Dentro de algunas causas principales, destacan las siguientes:
- Presencia de nevus atípicos (lunares cuya apariencia es distinta a la de los que se consideran normales).
- Presencia de un número total de nevus superior a 40.
- Presencia de nevus congénitos.
- Tener antecedentes familiares de nevus atípicos, de melanoma o de ambas cosas.
- Haber sufrido una o más quemaduras severas por el sol, especialmente si se han producido en la infancia o en la adolescencia, pues el efecto de la radiación solar es acumulativo.
- Haber estado expuesto muchas horas a rayos ultravioleta (UVB, UVA), aunque se tenga la piel totalmente bronceada.
Síntomas
En vista de que éstos no ocasionan ningún tipo de dolor, es por ello, que se debe estar al pendiente del aspecto.
Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el sistema ABCD constituye una guía útil para identificar aquellos lunares o manchas de la piel que conviene que vea un dermatólogo para determinar si se trata o no de melanomas. Estas cuatro letras corresponden a las siguientes características:
- Asimetría: Las lesiones propias de un melanoma suelen tener una forma irregular (asimétrica); los lunares benignos -no cancerosos- suelen ser redondeados (simétricos).
- Borde: Estas afecciones tienen a menudo bordes desiguales o irregulares (mellados o con muescas); los lunares benignos tienen bordes lisos.
- Color: Las lesiones presentan muchas sombras de color marrón o negro; en los lunares benignos se aprecia una única mancha marrón.
- Diámetro: Normalmente tienen más de 6 milímetros de diámetro. Los lunares que no son peligrosos suelen medir menos.
Prevención
El sol constituye el principal factor de riesgo para desarrollar un melanoma, por lo que es recomendable adoptar una serie de medidas básicas a la hora de exponerse a los rayos solares
Para proteger la piel, es conveniente tomar en cuenta algunos consejos:
- Aplicar protector solar.
- Evitar la exposición al sol en horarios donde sean más intensos los rayos.
- Proteger a los niños a insolación directa.
- Utilizar protección en las actividades al aire libre.
- Protegerse con gafas de sol, gorra y ropa seca.
- Beber agua en abundancia y frecuentemente.
- Evitar las sesiones bronceadoras con lámparas de rayos UVA.
- Revisar pecas y lunares.
Diagnóstico
Para poder diagnosticar un melanoma, e indicar el tratamiento adecuado, se deben realizar algunas pruebas.
- Exploración física.
- Mapeo de ganglios linfáticos y biopsia del ganglio linfático centinela: se inyecta una sustancia radiactiva en el ganglio linfático centinela (el primero en aparecer) y posteriormente se extrae y se estudia su tejido en busca de células cancerosas.
- Radiografía de tórax.
- TC (tomografía computarizada): se toman imágenes del interior del cuerpo.
- Exploración con PET(tomografía por emisión de positrones): sirve para detectar células de tumores malignos inyectando glucosa radiactiva.
- Imágenes por resonancia magnética (RM)con gadolinio: mediante un imán y ondas de radio se crean imágenes de partes del cuerpo internas como el cerebro. El gadolinio es una sustancia de contraste que hace que las células sean más visibles.
- Análisis de sangre.
Tratamiento
El tratamiento del melanoma dependerá del tipo y del estado del tumor, así como de otros factores como el estado de salud y la edad del paciente.
Existen varios tipos de tratamiento que pueden utilizarse de forma compuesta:
- Cirugía: Es el tratamiento más común y consiste en la extirpación total del tumor junto a una parte del tejido sano que hay a su alrededor.
- Quimioterapia: La quimioterapia se puede usar para tratar el melanoma metastásico después de haber administrado otros tratamientos.
- Fármacos dirigidos: Fármacos que bloquean el crecimiento y la diseminación del cáncer.
- Inmunoterapia: Tratamientos que se administran por vía intravenosa.
- Radioterapia: Se trata del uso de radiación de alta intensidad para destruir las células cancerígenas y detener su crecimiento
Con información de: Cuídate Plus