Daniel Gómez (ALN).- El Gobierno argentino aprovechará la presidencia del G-20 para “dejar huella en el mundo”, aseguró el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, este viernes en Madrid. El plan consiste en crear un activo de financiamiento que arregle los déficits de infraestructura que padecen regiones como Latinoamérica.
Convertir a Argentina en un socio influyente. Es la meta que fijó el presidente Mauricio Macri en el Foro de Davos. Después de romper con el aislamiento internacional, el país busca reinsertarse en los núcleos de decisión, y qué mejor forma de lograrlo que a través del G-20.
Macri se ha convertido en el primer mandatario latinoamericano en asumir la presidencia de esta cumbre, que es, a su vez, uno de los escenarios económicos y políticos más prestigiosos.
El G-20 se celebrará en Buenos Aires el 30 de noviembre y 1 de diciembre. Para estos dos días, el Gobierno argentino elabora una agenda que consta de tres puntos: el futuro del trabajo, el hambre en el mundo y la infraestructura. En este último apartado es en el que aspira a marcar la diferencia.
Dujovne: “Nuestra propuesta es crear una nueva clase de activo para financiar infraestructura”
“Existe un excedente de liquidez que queremos usar para financiar infraestructura, que en muchos casos y lugares es deficiente. Nuestra propuesta es crear una nueva clase de activo”, dijo el ministro argentino de Hacienda, Nicolás Dujovne, este viernes en la Casa de América de Madrid.
En esta línea, agregó: “Esta medida permitirá a Argentina dejar su huella en el mundo”.
De lograr este modelo de financiación, Latinoamérica sería una de las regiones más favorecidas. Y precisamente este fue otro de los retos que Macri asumió en Davos: “En el G-20 queremos transmitir la voz de Suramérica” (Leer más: Con Mauricio Macri Argentina dice adiós al olvido para convertirse en un socio influyente)
Los logros del gobierno de Macri
Para hacerse oír, Argentina aún necesita credibilidad. En estos momentos, con la elevada inflación –del 24,8% en 2017- le está costando captar confianza. De ello es consciente el Gobierno, que trabaja para transformar el país en “una economía creíble”.
Aun así, todos los esfuerzos no han sido en vano. “Argentina acumula seis trimestres consecutivos de crecimiento económico. La inversión lidera la recuperación, que ha aumentado entre 10% y 11% con una expansión del PIB entre el 2% y el 2,8%”, detalló el ministro.
Luego están las reformas emprendidas por el Congreso. La nueva estructura fiscal limita el gasto público, que esperan reducir de 42% hasta 33% en los próximos cinco años. Además, en los casi tres años de legislatura de Macri, el monto de reservas ha aumentado, pasando de 25.000 millones de dólares en 2015, hasta los 75.000 millones de dólares en la actualidad, precisó el ministro.
Como consecuencia del progreso, Argentina presume ahora de ser un país más competitivo. Un dato significativo es que las exportaciones de servicios tecnológicos, por ejemplo, crecen al 27% por año, y, advirtió Dujovne, “crecerán todavía más rápido en 2018”.
Estos indicadores prueban lo que tanto repiten sus gobernantes: Argentina es un país más integrado. Y sin ese aislamiento internacional, las oportunidades de inversión que ofrece también son más visibles.
“Tenemos enormes riquezas naturales infraexplotadas. Tenemos Vaca Muerta, que es el segundo mayor yacimiento de energía no convencional del planeta, cuya producción crece al 20% anual. También formamos parte del Mercosur [Mercado Común del Sur], que hasta ahora ha sido un grupo muy cerrado y tratamos de darle un nuevo impulso”, apuntó Dujovne.
Mientras corrigen estas debilidades, Argentina se prepara para alzar la voz en el G-20 e impulsar ese activo de financiación para infraestructuras. Esa medida con la que el gobierno de Macri quiere dejar huella para convertirse en lo que antaño fue: un socio influyente.