Daniel Gómez (ALN).- Sacar a Venezuela de la irresolución política y del estancamiento. Presionar a gobierno y oposición para que busquen y concreten acuerdos. Demostrar que negociar no es un acto estéril, sino que, como decía el jurista venezolano Pedro Nikken, es “el único camino antes del desastre”. Estos son algunos de los objetivos del Foro Cívico Nacional, un movimiento de venezolanos sin aspiraciones de poder político, pero con un compromiso claro: que Venezuela recupere la democracia. Mariela Ramírez, vocera de este proyecto, aporta más detalles al diario ALnavío.
– Creemos que el diálogo social es la ruta más realista para Venezuela. No creemos en soluciones mágicas. No creemos en que nadie nos va a salvar. Esto es un problema de los venezolanos y lo debemos resolver por y para los venezolanos.
Lo afirma en entrevista con el diario ALnavío Mariela Ramírez, vocera de Dale Letra y de del Foro Cívico Nacional. Esta última es una iniciativa que ha cobrado fuerza en los últimos días, cuando publicaron un manifiesto para un acuerdo democrático nacional en Venezuela con el fin de que los venezolanos recuperen el voto y afronten juntos la pandemia.
El Foro Cívico Nacional nace de un proceso de articulación de los actores sociales que se inició en 2017. Ejerce como una especie de punto de encuentro para iglesias, universidades, academias, empresarios, sindicatos, estudiantes, ONGs y todo aquel que quiera aportar una solución a la crisis de Venezuela. Una solución dialogada, porque como dijo Ramírez, es la única ruta realista. Y parece que cada vez lo tienen más claro en el país, ya que cada día son más venezolanos quienes conforman este foro.
– ¿Por qué apostar por el diálogo para resolver la crisis de Venezuela?
– El diálogo social es una dinámica de comunicación, un canal de comunicación y consulta permanente entre los diversos sectores de la sociedad venezolana. Nos hemos reunido desde 2017 iglesias, universidades, academias, sectores empresariales, sindicatos, gremios, estudiantes, organizaciones sociales, entre otros, justamente con el fin de renovar los lazos y nexos de comunicación permanentes para la creación de consensos de cómo avanzar para la solución de la crisis venezolana. El Foro Cívico Nacional es para nosotros un mecanismo para la acción de una pluralidad de actores que aspiramos a coadyuvar en construir una solución a la crisis de Venezuela. Quienes lo conformamos tenemos un indeclinable compromiso para una solución pacífica y democrática de la crisis. Somos ciudadanos que hemos asumido nuestra responsabilidad sociopolítica, estamos haciendo política, en tanto nos habilitan nuestros derechos sociales y políticos, representándonos a nosotros mismos, participando en los asuntos públicos, expresando con firmeza nuestras opiniones, nuestras ideas, tanto en el manejo del país por el grupo que hoy ostenta el poder, quien tiene por supuesto las mayores responsabilidades del actual estado de cosas, como la gestión política de quienes se le oponen. Esa es la acción política de nuestro hacer, pero no tenemos aspiración de poder político.
– Si no tiene ambición política, ¿qué espacio ocupa el Foro Cívico Nacional?
– Somos un tercer lado que busca coadyuvar en la solución del conflicto venezolano. Estamos conscientes de que este conflicto tiene un origen particularmente político, y que los principales acuerdos tienen que lograrse entre los grupos políticos en conflicto durante los últimos 20 años, pero de ninguna manera intentamos sustituirlos. Sí creemos que con el Foro Cívico Nacional, con nuestra acción cívica, podemos crear la presión constructiva necesaria para que se redireccionen sus acciones hacia la consecución de acuerdos que saquen a Venezuela de la irresolución política y el estancamiento. Sabemos que no se puede resolver la crisis humanitaria sin atacar su origen político, pero al mismo tiempo la población requiere tener confianza. Como sociedad civil, aspiramos a colaborar en la edificación de las condiciones necesarias para que puedan adelantarse acuerdos sectoriales de bajo costo. Que se correspondan con las misiones de cada sector, que dichos acuerdos se establezcan exitosamente y que de esa manera la ciudadanía perciba que la negociación puede ser beneficiosa y no estéril como ha sido desde hace 20 años.
– ¿Apostar por el diálogo en Venezuela no es una temeridad? Los últimos procesos de negociación han devenido en fracaso y cada vez es más firme la idea de que el gobierno se aprovecha del diálogo para asentarse en el poder.
– Creemos que podemos, articuladamente con los políticos de lado y lado, buscar y acercar posiciones que logren una solución satisfactoria a la crisis. También podemos articular el reclamo social a la búsqueda y demanda de un acuerdo político, lo cual crearía una presión constructiva para que el poder se vea obligado a negociar y a abrir el espacio democrático. Significa un enorme desafío para nosotros. Por eso estamos incorporando a nuestros equipos expertos nacionales e internacionales en negociación, comunicaciones en los temas medulares, que nos permitirán enfrentar este proceso de la mejor manera posible, convidando a todos los sectores del país a un diálogo social permanente que nos permita contrastar nuestras ideas para la consecución de una estrategia concertada. Esto significa educar a la población para que entienda la necesidad de los acuerdos, significa sensibilizar a los factores políticos, y que entiendan que no hay otra solución. Como decía el maestro, “la negociación no es el mejor camino, es el único camino antes de un desastre”. A través de esta acción, le pedimos a la comunidad internacional una presión coordinada para facilitar acuerdos, utilizando los mecanismos que han diseñado como respuesta a las violaciones de derechos humanos en Venezuela. No como un fin en sí mismo, sino como instrumentos para el regreso al Estado de derecho.
– La Organización Panamericana de la Salud (OPS) instó a gobierno y oposición a establecer un acuerdo para recibir la vacuna del mecanismo Covax antes del martes. Han pasado más de 24 horas y ese acuerdo sigue sin darse.
– Creemos que la negociación es la única manera de conseguir un programa de vacunación en Venezuela que haga posible que los venezolanos estén protegidos. Si no hay una vacunación en Venezuela, todo el continente y el planeta están en riesgo. Había un plazo hasta el 9 de febrero, pero las conversaciones siguen abiertas con posibilidades ciertas de que podamos estar en el Covax. Estamos trabajando junto a la Academia Nacional de Medicina y junto a un grupo de exministros de la Salud en una propuesta de la sociedad civil para ese acuerdo. Estamos en contacto con la OPS y los factores políticos de lado y lado, buscando un plan que diversifique la fuente de vacunas, que pueda planificar un programa de vacunación equitativo, sin discriminaciones para nadie. Esta estrategia necesita de la ayuda del sector privado para la implementación adecuada, para la cadena de refrigeración, la logística, el cuerpo de bomberos, Defensa Civil, la Fuerza Armada Nacional y la sociedad civil en general colaborando para la consecución de esta vacuna y su exitosa ejecución. Nosotros creemos que existe una oportunidad enorme. Esperamos que sea posible, que haya voluntad de ambas partes para que este acuerdo se concrete para darles una respuesta positiva a los venezolanos.
– Un ejemplo positivo de diálogo se dio hace una semana, cuando el gobierno y Fedecámaras, ambos a la misma altura, sin renunciar a sus posturas, se sentaron y negociaron la posibilidad de que el sector privado vacune a sus trabajadores.
– Hay que destacar que no sólo es Fedecámaras. Ellos forman parte de este Foro Cívico Nacional. Vemos positivamente la voluntad de diálogo que expresa esta reunión, con todas las prudencias y los cuidados en relación a lo sucedido en el pasado. Sin duda estamos abiertos a este compromiso indeclinable por el diálogo y los acuerdos entre las partes. Seguimos impulsándolos como un solo bloque unido.
– ¿Será por fin posible una negociación para unas elecciones justas y verificables en Venezuela?
– Hemos hecho en estos cuatro años un gran esfuerzo por la defensa de nuestros derechos civiles y políticos. En 2018 construimos mesas de entendimiento electoral de las cuales salieron más de 300 propuestas para reconstruir la ruta electoral. Ahora, nosotros creemos que antes de ponerle nombre a una elección, lo importante es luchar por nuestros derechos civiles y políticos, por condiciones para conseguir un ente imparcial, por la observación internacional y la habilitación de la pluralidad de actores. En eso estamos trabajando. Esperamos que haya voluntad política para que realmente haya elecciones justas y verificables que devuelvan el poder al pueblo. Al pueblo soberano para elegir su destino y construir un destino de progreso y bienestar.
– Habla de voluntad política. ¿Voluntad política para que el gobierno deje de hacerle la vida imposible a la oposición, o para que esta abandone el abstencionismo que la ha descartado de los últimos procesos electorales?
– Nosotros defendemos nuestros derechos ciudadanos y políticos y en eso estamos empeñados. Trabajamos con todos los factores políticos del país acercando posiciones y demostramos nuestro indeclinable compromiso por esa vía. Por supuesto exigiendo el derecho a elegir y ser electos. Para eso se necesita regresar al Estado de derecho, que haya un árbitro imparcial, que se permita la observación internacional, que se devuelvan los partidos a las autoridades legítimas, que cesen las inhabilitaciones de los políticos, y nosotros no descansaremos hasta que se puedan ejercer los derechos de los venezolanos a plenitud y seamos nosotros la voz que elija el porvenir que deseamos.
En un país democrático hay muchas formas de pensamiento. Tenemos diferentes visiones, pero un único objetivo: la democratización del país, el regreso al Estado de derecho y la búsqueda de un futuro con bienestar y progreso para todos. Es justamente el diálogo social que hemos dado el que nos ha permitido acercar posiciones y coordinar estrategias más allá de nuestras ideologías y diferencias culturales. Es esa unión a la que apelamos. No creemos que 20 años de un pensamiento único nos hagan creer que todos debemos pensar igual y compartir los mismos lineamientos. Trabajamos unidos, respetando nuestra autonomía y nuestra independencia con el único fin de democratizar a Venezuela.