Ascensión Reyes (ALN / KonZapata).- A la coordinadora nacional del movimiento Vente Venezuela le parece probable una fractura en la Fuerza Armada Nacional porque centenares de oficiales, soldados y guardias nacionales han pedido la baja. Son tantos que la Dirección de Inteligencia Militar no se da abasto para la cantidad de detenidos. María Corina Machado, exdiputada, fue de las primeras en proponer la desobediencia civil, vía a la que hoy se ha sumado en conjunto la oposición venezolana. La Asamblea Nacional produjo este martes un acuerdo en el que desconoce los poderes públicos controlados por el madurismo. Mientras, la lucha sigue en la calle.
María Corina Machado, coordinadora nacional de la organización Vente Venezuela, prevé que el Gobierno de Unidad Nacional y la transición planteada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) el martes pasado pueden darse quizá antes del 30 de julio, cuando se elige la Constituyente convocada por el presidente Nicolás Maduro.
La dirigente fue una de las primeras en promover que se invocara el artículo 350 de la Constitución, el cual establece activar como forma de lucha la desobediencia civil, pero su iniciativa fue criticada. Ahora celebra que todas las fuerzas democráticas hayan pactado concentrarse en la salida del poder del presidente Nicolás Maduro. No pasa facturas, pero afirmó que de haberse dado la lucha antes con este matiz, el país se hubiera ahorrado mucho dolor. Ante la sustitución de los Poderes Públicos planteada por la Mesa de la Unidad Democrática, sugiere que en el caso del Ejecutivo se podría avanzar con un gobierno o gabinete de sombra.
-El martes anunció la MUD que invocaba el 350 de la Constitución. ¿Cómo se siente? Usted fue una de las primeras en proponer la aplicación de este artículo y recibió muchas críticas.
“Que todas las fuerzas democráticas asuman en conjunto, por la calle del medio, la naturaleza de este régimen y lo que hay que hacer para sacarlo”
–Quiero rescatar el valor que tiene para esta lucha el hecho de que todas las fuerzas democráticas asuman en conjunto, por la calle del medio, la naturaleza de este régimen y lo que hay que hacer para sacarlo. Aquí que quede claro frente al país que esto no es ni Constituyente ni elecciones regionales o algún acuerdo de espaldas al país. Lo único que nos concentra y le ponemos todos el foco es a la salida de Nicolás Maduro y su régimen. De nada sirven cambios estéticos como que salga Maduro y se queden las mafias. Vamos por la reconstrucción del país. Es doloroso pensar lo que han costado estos años y que han servido para que el régimen avance en la destrucción. Esto se ha cobrado vidas humanas. Desde luego, haber dado esta lucha antes pudo haber ahorrado mucho dolor. Ahora, lo importante es mirar hacia delante y lo que nos viene. Lo que viene es la etapa decisiva, la más peligrosa y luminosa en el sentido de cómo sacar a flote lo mejor de los venezolanos.
-¿Por qué la más peligrosa?
-Porque este régimen, que es un pacto de mafias y que dejó de ser un proyecto político hace mucho tiempo y se convirtió en una organización criminal, ha demostrado que está dispuesto a todo para preservar el poder. Es verdad, cada día están más aislados y Maduro se va quedando solo. En este proceso de salida no les importa dejar tierra arrasada y eso es lo que estamos viendo. Como el caso de un guardia nacional disparando una pistola 9 milímetros contra un muchacho que tiene un escudo en la mano. Si están dispuestos a eso sabemos el riesgo que enfrentamos. También, lo demuestra que 200 funcionarios se metan en unas residencias, se lleven puertas por delante y dañen carros, ascensores y neveras. Es el totalitarismo puro. Es peligroso en cuanto a que ellos saben que este proceso es irreversible. Por otra parte, es también el momento en que se pueden producir los quiebres decisivos en los pilares que han soportado el régimen para evitar y prevenir que sea más doloroso el proceso. Me refiero a tres pilares: uno, la complicidad internacional; dos, los Poderes Públicos, empezando por la Fiscal General y el TSJ; y tres, la Fuerza Armada Nacional (FANB). Esos tres pilares que se están debilitando sensiblemente y dividiendo deben terminar de fracturarse y en ese momento Maduro queda solo y consciente de que su única y mejor opción es negociar y acordar su salida.
-¿Qué indicios hay de que en la FANB vaya a haber una fractura?
-Hoy son decenas, centenares de oficiales, soldados y guardias nacionales que están pidiendo la baja por muchas razones. Una, porque obviamente están pasando hambre dentro de la FANB como el resto del país. Dos, porque están mal equipados, entrenados y remunerados. Tres, porque no quieren seguir reprimiendo a su pueblo y familia. Y cuatro, porque la familia los critica y les dicen que él no es un asesino. Se han negado a reprimir y la Dirección de Inteligencia Militar (DIM) en Boleíta (Caracas) no se da abasto, va a reventar con los oficiales y soldados que se han negado a acatar órdenes inconstitucionales. Eso obviamente es un proceso en ebullición dentro de la institución castrense. Ellos, oficiales y soldados de los cuatro componentes, deben saber que son responsables por acción y omisión. El responsable no es solo el guardia nacional que aprieta el gatillo ni el que le da la orden, también es corresponsable el que permanece indiferente al ver cómo grupos paramilitares disparan contra un pueblo desarmado. Ese repudio a lo que se vive en Venezuela se aceleró con la Constituyente. Esta ha tenido un doble efecto: Ha cohesionado a todas las fuerzas democráticas del país y parte de eso lo vimos en el acto unitario del martes. Y dos, ha fracturado el chavismo y eso ha ocurrido a lo interno de Venezuela, pero también hacia el exterior.
-A pesar de que mucha gente esperaba que se invocara el 350, lo que se hizo públicamente, ahora se pregunta: ¿cómo lo pongo en práctica?
-El planteamiento formulado en la declaración firme presentada al país tiene un factor principal: que es unitario y todos los actores de las fuerzas democráticas se suman alrededor de una propuesta inequívoca. Y es que el objetivo es la salida de la dictadura. No es ni parar la Constituyente ni lograr las elecciones regionales. Es la salida de la dictadura. Otro elemento: frente al cierre de todas las vías institucionales es muy significativo que la declaración se haya hecho el mismo día en que se admitió el antejuicio de mérito contra la fiscal Ortega Díaz, y lo que nos queda es la rebelión cívica, ciudadana, nacional. Eso en nuestro caso tiene una particularidad que en otros países no hay: que está expresado como un derecho y como un deber en la Constitución. Lo tenemos en los artículos 350 y 333. No hay otras Constituciones en el mundo que contemplen el derecho a la rebeldía cívica cuando se produce una violación o golpe de Estado. Es un derecho supraconstitucional, porque es un derecho humano, porque nada está por encima del derecho a la libertad y el pluralismo. La gente dice cómo se come esto, digo: tenemos 82 días aplicando el 350. Ahora debemos pasar a otro nivel y en ese sentido implica varias dimensiones: la institucional, la internacional y la ciudadana. En la institucional ya hubo un anuncio fundamental cuando la MUD dice y compromete a la Asamblea Nacional (AN) en el sentido de que se desconoce el Poder Judicial, el Electoral y el Ejecutivo, y se va a proceder a designar nuevos integrantes de estos poderes. Eso es un llamado muy poderoso del Parlamento. Pero ahora invitamos al pueblo de Venezuela a acompañarlo en la acción. ¿Qué significa la etapa del desenlace de la escalada? Un nuevo nivel de intensidad, frecuencia y amplitud en las protestas que llevaremos adelante hasta que Maduro salga del poder.
-El martes con el anuncio de la Asamblea Nacional de desconocer estos tres poderes, ya se sabe que en la AN está trabajando el comité de postulaciones judicial, que pronto funcionará el que designará al nuevo CNE. Ahora, en cuanto a la sustitución del Poder Ejecutivo, ¿cuál es la estrategia o acción a seguir?
“Que Maduro entienda de una vez por todas que llegó ese punto en el cual no tiene otra opción que aceptar los términos de su salida”
–Creo que podemos avanzar con la designación, por ejemplo, de un Gobierno o Gabinete en la Sombra y desde luego, dejar una ruta muy clara de lo que será la constitución de un Gobierno de Unidad Nacional durante la transición. En este momento debemos concentrarnos en aplicar toda la fuerza y energía para proceder a establecer los términos de la salida de Maduro y del régimen del poder. Lo que viene ahora son todas las formas de lucha. A partir de este llamado de la Asamblea Nacional y como convocatoria a todos los sectores habrá espacios para suscribir y apoyar esta ruta por parte de toda la sociedad venezolana y una forma mayor de intensidad de la lucha como puede ser hasta una huelga general nacional para meter toda la presión hasta que Maduro entienda de una vez por todas que llegó ese punto en el cual no tiene otra opción que aceptar los términos de su salida y que además, debe hacerlo por su propio bien y el de su entorno.
-La MUD fijó una ruta y acciones. El Gobierno de Unidad Nacional y la transición. ¿Lo prevén a partir del 30 de julio?
-O mucho antes. Yo siento que los acontecimientos se están acelerando y el país está requiriendo respuestas claras. Primero de un acuerdo político como hemos planteado durante mucho tiempo y decir cómo sería este Gobierno de Unidad Nacional, pero además, de forzar de manera cívica que este Gobierno se instale a partir de la salida de Maduro. Quedan tareas pendientes. Tiene que planteársele al país este acuerdo que es político, no solamente de los partidos, va mucho más allá. Es hablarle a aquellos sectores de la población venezolana que han estado involucrados y han confiado en este proyecto chavista y hoy se dan cuenta de que hay que parar este horror que estamos viviendo. Hay que hablarles a ellos y a los venezolanos que se han ido del país para demostrarles que los necesitamos y contamos con ellos en la reconstrucción de Venezuela. Y hay que hablarle al sector productivo, a la gente que los ha robado, a los que han expropiado para decirles: Vengan, inviertan nuevamente. A los trabajadores que han perdido toda esperanza. Al sector de la cultura, a la Academia y las artes. Tenemos que proponernos en estas próximas horas hablarle a todos los sectores del país para que esto se convierta no solo en una lucha en la calle de resistencia frente al régimen sino de construcción de lo que viene con el aporte de todos.