Daniel Gómez (ALN).- Esto dice Manuel Valls: “La política es en muchas ocasiones elegir la opción menos mala”. Y esto dice Íñigo Errejón: “Queremos un gobierno lo menos malo posible”. Dos líderes totalmente opuestos, pero una misma forma de entender la política, al menos en lo de elegir la opción menos mala. Por eso el primero apoya a Ada Colau en Barcelona, para evitar que la Alcaldía caiga en manos independentistas. Y por eso el segundo pide negociar con Ciudadanos, para que en la Comunidad de Madrid la ultraderecha no entre al poder.
Hasta ayer todo eran diferencias entre Manuel Valls, candidato independiente de Ciudadanos por Barcelona, e Íñigo Errejón, diputado electo de Más Madrid por la Comunidad de Madrid. Ideológicas, físicas, cronológicas…
Hoy les une algo: una misma forma de hacer política. Una forma en la que el poder, si no está a su alcance, se lo entregan al candidato menos malo. Por el bien común. Aunque eso desemboque en sacrificios y situaciones inverosímiles, como las que se vieron este miércoles en España.
El exprimer ministro francés rompió el hielo a mediodía. “La prioridad es evitar que Barcelona sea la palanca del independentismo y la capital de una república imaginaria”. De ahí que “sin condiciones” y “sin pedir nada a cambio” ofrezca sus votos a Ada Colau, vinculada a Podemos, para que renueve la Alcaldía de Barcelona y que esta no quede en manos de Ernest Maragall, de Esquerra Republicana de Cataluña.
Tras los resultados del domingo, Colau y Maragall empataron a 10 concejales, pero el líder independentista logró 5.000 votos más. La prioridad de Colau es pactar con el Partido Socialista y que su gobierno sea apoyado por Maragall. Este se niega a tal cosa. Aquí aparece la opción que defiende Valls: la de respaldar un gobierno de Colau con el consecuente beneplácito de los socialistas. ¿Por qué?
“La política en muchas ocasiones es elegir la opción menos mala”, apuntó Valls.
Esta mañana casi que Errejón parafraseaba a Valls en una entrevista en la Cadena Ser. “En Madrid queremos un gobierno lo menos malo posible”.
Errejón, también el miércoles, ya por la tarde, abría la puerta a una negociación con Ciudadanos. El objetivo es que la ultraderecha, encarnada en Vox, no acumule poder en la Comunidad de Madrid, ya que se especula con un posible pacto PP-Ciudadanos-Vox. ¿Acaso copió a Valls?
“Me separan muchísimas cosas del señor Valls. En España nos descoloca mucho ver a alguien que se atreve como él”, apuntó Errejón. Refiriéndose al caso concreto de la Comunidad de Madrid, admite que “los resultados no son los que hubiera deseado” y que su principal objetivo es “explorar opciones” para que “el futuro de los madrileños no dependa de Vox”.
Todo está por decidir. En el caso de Barcelona la solución está en manos de Colau y ella aún no ha decidido nada. En la Comunidad de Madrid el tablero está más revuelto aún. Las elecciones las ganó el PSOE, pero con los apoyos de Más Madrid no tienen para conformar una mayoría. Mayoría que sí tiene un gobierno liderado por PP, y apoyado por Ciudadanos y Vox.
Los populares, más débiles que nunca tras el dictamen de las urnas, se disponen a pactar con los naranjas y con Vox. Ciudadanos descarta esa opción por el momento ya que sus socios en Europa, los liberales, se oponen a cualquier concesión a la ultraderecha. También Valls, dispuesto a romper con el partido si este pacto se produce.