Zenaida Amador (ALN).- La Casa Blanca dio un paso al frente en su decisión de desconocer a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y se jugó la temida carta de las sanciones petroleras en su contra. En paralelo, Juan Guaidó, como presidente encargado de Venezuela con reconocimiento de Estados Unidos y de al menos otra docena de naciones, anunció que inició “la toma del control progresivo y ordenado de los activos de nuestra República en el exterior”. En ambos casos el argumento es el mismo: impedir que el régimen de Maduro siga saqueando los activos y recursos de Venezuela.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, afirmó que las medidas involucran 7.000 millones de dólares en activos de Petróleos de Venezuela (PDVSA) más “11.000 millones de dólares en ingresos por exportaciones perdidas en el próximo año”. De hecho, como parte de las 14 licencias donde se especifican las medidas, se prohíbe exportar crudo desde PDVSA a Estados Unidos, salvo a Citgo y con un margen de seis meses, así como la exportación de diluyentes desde ese país a Venezuela.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, afirmó que las medidas involucran 7.000 millones de dólares en activos de Petróleos de Venezuela (PDVSA) más “11.000 millones de dólares en ingresos por exportaciones perdidas en el próximo año”
Sólo estas dos restricciones generan un severo impacto sobre las cuentas de la nación, que actualmente administra Maduro. La primera, compromete el flujo de caja de PDVSA, que depende casi exclusivamente de las ventas a Estados Unidos, ya que el resto de las exportaciones se canalizan a compromisos y pagos a países como China y Rusia. La segunda, augura una inminente crisis en el mercado interno de combustibles, ya que Venezuela -aunque es la nación con las mayores reservas petroleras del mundo- tiene un desvencijado sistema refinador, por lo que depende de las importaciones de EEUU para el mejoramiento de crudos y para surtir de gasolina a la nación.
“Todas las propiedades e intereses en propiedades de PDVSA sujetas a la jurisdicción estadounidense están bloqueadas, y las personas de Estados Unidos tienen prohibido realizar transacciones con ellas”, se señala en las medidas. Además, “con efecto inmediato, en cualquier compra de petróleo venezolano, el dinero tendrá que ir a cuentas bloqueadas”, explicó Steven Mnuchin, secretario del Tesoro de EEUU.
Treasury sanctions Venezuela’s state-owned oil company Petroleos de Venezuela, S.A (PdVSA) to intensify pressure on Maduro regime and regime insiders: https://t.co/CqOLxNShQl
— Treasury Department (@USTreasury) 28 de enero de 2019
Sin embargo, EEUU deja claro que el camino al alivio de las sanciones a PDVSA es a través de la acelerada transferencia del control al presidente interino, Juan Guaidó, o a un gobierno posterior elegido democráticamente como se prevé en la Constitución, ya que la idea es evitar que Maduro desvíe más los activos de Venezuela y que se preserven para el pueblo de ese país.
Guaidó, por su parte, ordenó “el traspaso de las cuentas de la República al control del Estado venezolano y de sus autoridades legítimas, para evitar que continúe el saqueo y destinarlas a satisfacer los problemas de los venezolanos”, por cuyo manejo transparente deberá velar la Asamblea Nacional.
Aunque no está claro cómo se ejecutará esta medida, asegura que ya inició “la toma del control progresivo y ordenado de los activos de nuestra República en el exterior”.
De igual forma Guaidó informa que comenzó el proceso para nombrar una nueva directiva de PDVSA y de Citgo, para garantizar que “siga siendo de los venezolanos” e impedir que “en su etapa de salida y no conforme con todo lo que ha robado, el usurpador (Maduro) y su banda busquen ‘raspar la olla’ y sigan robándose el dinero de los venezolanos”.
¿Pataletas de ahogado?
Aunque Maduro ha estado envalentonado ante la presión internacional, principalmente de EEUU, hace días quiso bajar las tensiones y aclaró que había roto relaciones con Donald Trump, no con Estados Unidos. Por eso, explicó, “seguiremos vendiendo el petróleo que nos demanden de Estados Unidos”. Sabía claramente el precio de las sanciones petroleras y pretendía dilatar su aplicación.
Maduro se aferra al poder y pone en riesgo los ingresos de Venezuela
Estas medidas lo dejan prácticamente sin oxígeno. El régimen se queda ahora sin flujo de caja y con unas reservas internacionales de sólo 8.400 millones de dólares, mientras los compromisos de deuda programados y los impagos pendientes rondan los 18.000 millones de dólares, sin mencionar que el aparato productivo nacional está paralizado y que se necesita de las importaciones para atender las necesidades básicas de la población.
EEUU deja claro que el camino al alivio de las sanciones a PDVSA es a través de la acelerada transferencia del control al presidente interino, Juan Guaidó, o a un gobierno posterior elegido democráticamente como se prevé en la Constitución
En medio de la actual coyuntura, sin recursos y con la industria petrolera destruida por la desinversión, Maduro tendría que apresurar un plan para la compra y venta de hidrocarburos con sus aliados de Asia, una opción que no se pudo concretar cuando las condiciones eran más favorables y que hoy luce cuesta arriba.
Sin embargo, Maduro salió al paso al anuncio de las sanciones de EEUU: “Daremos la respuesta necesaria, simétrica y contundente en las próximas horas en defensa de PDVSA”.
Según dijo, en EEUU “van en camino de robarle la empresa Citgo a Venezuela. He dado la orden a PDVSA de que tome las acciones legales y políticas para defenderla de los ataques de Estados Unidos. El objetivo de EEUU es quitarle las propiedades y las riquezas a Venezuela y más adelante los mares, el Esequibo, la Faja Petrolífera del Orinoco, y todas estas medidas las hace pedidas y amparadas por el diputado Guaidó, que se ha proclamado inconstitucionalmente presidente de Venezuela”.
Pero más allá de la crisis y de responderle a EEUU, Maduro sigue intentando darle aires de normalidad a su gestión. Sin mucho más que poder anunciar dijo que en los próximos días estará activando la Misión Venezuela Bella con la que “pondremos bellas 62 ciudades”.