Zenaida Amador (ALN).- La complejidad de la situación venezolana ha entrado en una nueva fase. Este 23 de enero Juan Guaidó asumió las competencias del Ejecutivo nacional como presidente encargado de Venezuela en apego a la Constitución y recibió el reconocimiento de al menos una docena de países. Aun así, Nicolás Maduro sigue aferrado al poder, se resiste a dejar la Presidencia y compromete el flujo natural de las exportaciones petroleras, que son la principal fuente de ingresos del país.
El Gobierno de Estados Unidos viene aplicando sanciones al Gobierno venezolano desde agosto de 2017, luego de que Nicolás Maduro impusiera una Asamblea Nacional Constituyente al margen de la ley con el fin de proveerse de un cuerpo que legisle a favor de su continuidad en el poder. Sin embargo, Washington mantuvo inalterables sus negocios petroleros con Caracas y, en consecuencia, ha seguido despuntando como cliente y pagador oportuno de los fondos con los que se sostiene la economía nacional.
Pero ahora el panorama cambia. En primer lugar, por la postura de la Casa Blanca. Estados Unidos fue el primer país del mundo en reconocer a Guaidó y, además, asomó que está dispuesto a profundizar las sanciones según la evolución de la situación en Venezuela. En segundo lugar, por la postura del chavismo. Nicolás Maduro decidió romper relaciones diplomáticas con ese país.
¿Qué implica esto?
Estados Unidos ha venido preparándose para adoptar sanciones petroleras contra el Gobierno de Maduro y el cuadro actual puede acelerar su aplicación. Datos de la agencia Reuters dan por hecho que Washington ya conversó con compañías petroleras estadounidenses sobre este escenario, ya que es preciso adoptar acciones para compensar el suministro del crudo pesado venezolano que atiende a parte de su sistema refinador.
Pero ahora el panorama cambia. En primer lugar, por la postura de la Casa Blanca. Estados Unidos fue el primer país del mundo en reconocer a Guaidó y, además, asomó que está dispuesto a profundizar las sanciones según la evolución de la situación en Venezuela. En segundo lugar, por la postura del chavismo. Nicolás Maduro decidió romper relaciones diplomáticas con ese país
Aunque se desconoce el alcance de las eventuales sanciones, funcionarios de EEUU han señalado que “todas las opciones están sobre la mesa” con el fin de garantizar una transición pacífica en el país. De allí que EEUU pudiera limitar o cerrar la compra de hidrocarburos a Venezuela y, a la vez, limitar o cesar la venta a Caracas de mezclas y derivados que son vitales para atender al mercado interno de combustibles.
Cualquiera de las medidas haría crujir a la nación. Según estimaciones de la firma Ecoanalítica, los barriles exportados que le producen flujo de caja a Venezuela son los que compra EEUU, ya que el resto se destina a acuerdos o pagos de compromisos con China y Rusia. Es decir, sirven para honrar obligaciones, pero no generan ingresos.
Debido al deterioro de la industria petrolera el bombeo de crudo ha descendido a niveles históricos y se ubica ligeramente sobre el millón de barriles al día, lo que ha contraído los volúmenes exportables. Por esa razón también viene cayendo la porción de barriles generadores de caja. En el tercer trimestre de 2018 representaban casi la mitad de las exportaciones efectivas, pero en el cuarto trimestre rondaban el 37% y siguen cayendo. A pesar de ello, esos son los ingresos que le dan oxígeno al país que lleva cinco años consecutivos en recesión, que carece de capacidad para pagar su deuda externa, que experimenta un severo proceso hiperinflacionario y cuya población padece, además, el rigor de la escasez de productos básicos como alimentos y medicinas.
Pero más allá de que EEUU decida restringir o suspender el comercio petrolero con Venezuela, ahora está presente el hecho de que Washington reconoce a Juan Guaidó como el presidente interino. Es decir, que ya no reconoce al gobierno de Nicolás Maduro como el proveedor de los hidrocarburos.
Para el economista Francisco Rodríguez, de la firma Torino Economics, el reconocimiento hecho por Washington hace que el gobierno de Juan Guaidó sea “el único representante válido de Venezuela en Estados Unidos”. Esto pone en el tapete la facturación de las exportaciones petroleras.
Aunque es un tema complejo y es difícil dibujar la ruta de su instrumentación, EEUU podría no cancelar los despachos como lo ha hecho hasta ahora y dejar a Maduro sin esos recursos. Ante este escenario es mucho más probable que Maduro suspenda los envíos y apresure cualquier tipo de acuerdo con sus aliados (China, Rusia, Turquía) para reorientar los despachos a esos mercados, a pesar de los costos que esto implica.
Tampoco hay que perder de vista que en Estados Unidos se encuentra Citgo, filial de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y principal activo externo de la nación, que ha estado en el ojo del huracán por varias acciones que intentan ejercer acreedores ante el incumplimiento en los pagos de la República y de PDVSA.
Para Rodríguez, en la situación actual, el gobierno de Nicolás Maduro “pierde la posesión” de los activos de la nación en EEUU, así como la capacidad de facturar ventas de petróleo en ese país.
A todo lo anterior, Maduro le añade la ruptura de relaciones con Estados Unidos y se podría pensar que está dispuesto a suspenderle en lo inmediato las ventas de petróleo, aunque no fijó posición al respecto. “Damos 72 horas para que abandone el país todo el personal diplomático de EEUU”, gritó desde el balcón del Palacio de Miraflores.
Tampoco hay que perder de vista que en Estados Unidos se encuentra Citgo, filial de Petróleos de Venezuela (PDVSA) y principal activo externo de la nación, que ha estado en el ojo del huracán por varias acciones que intentan ejercer acreedores ante el incumplimiento en los pagos de la República y de PDVSA
En todo caso, este es otro tema de alta complejidad, ya que el presidente interino de Venezuela, que es el único reconocido por EEUU, invitó a las misiones diplomáticas a mantenerse en el país y les instó a desconocer cualquier orden o disposición que contradiga el firme propósito del poder legítimo de Venezuela. Esto implica que Guaidó dejó sin efecto el señalamiento de Maduro.
¿Qué pasará cuando transcurran las 72 horas del ultimátum de Maduro?
Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, arrojó luces al respecto. “Ellos (los diplomáticos) dicen que no se van (del país) porque no reconocen a Nicolás. Está bien. A lo mejor se va la luz en el sector donde están, o no llega el gas. Si no hay relaciones diplomáticas, no hay prerrogativas”.
Se abre así un compás de alta tensión política y diplomática, que de seguro tendrá su impacto sobre los ya menguados ingresos que percibe Venezuela.