Reinaldo Iturbe (ALN).- Según cifras ofrecidas por Nicolás Maduro, en lo que va de febrero se abrieron al menos 20.000 cuentas bancarias en dólares, que serán pagaderos en bolívares al cambio oficial.
El chavismo gobernante ha decidido hacer frente a la crisis en materia monetaria. El mes pasado, el encaje legal que obligaba a mantener el 93% de los depósitos bancarios fue revisado a la baja, ubicándose en 85%. Más tarde, las tasas de interés activas del sector financiero para el uso de tarjetas de crédito a 60% anual la máxima, desde el 29% inicial. Todavía insuficiente para una economía hiperinflacionaria que no ha logrado cumplir 10 meses consecutivos con variaciones de precios inferiores a 50%, un postulado clásico de Philip Cagan.
Ni la primera medida ni la segunda aliviarán el problema de escasez de efectivo (que apenas representa un 2,3% de la liquidez monetaria), pero contribuirán a dinamizar discretamente el crédito bancario.
Y es al tema bancario al que apunta Nicolás Maduro. A la circulación simultánea del bolívar y del dólar. De allí que en un acto celebrado el miércoles, el mandatario socialista haya “celebrado” la apertura de al menos 20.000 cuentas bancarias -según sus cifras- en “divisas convertibles”.
“En estos días habrá una sorpresa con la economía digital. El 22% de la economía se está moviendo en divisas (…) Yo di la orden, autoricé la apertura de cuentas en divisas convertibles. Una persona puede abrir una cuenta en dólares y aportarle 100, 200, 1.000 dólares y tener cuenta en Venezuela, en un sistema de pago que nos permite mover las dos monedas (en bolívares y en divisas convertibles, dólares)”, dijo, y recomendó, de paso, el instrumento “Moneda Extranjera Plus”, ofrecido por el estatal Banco del Tesoro.
El Banco de Venezuela, entidad financiera pública número uno en captaciones de depósitos, también abrió el instrumento en divisas.
El plan es aparentemente claro: los clientes depositarán sus divisas y se les entregará una tarjeta habilitada para hacer consumos en bolívares (de allí la palabra “convertible”), pero a la tasa del Banco Central de Venezuela, ligeramente inferior a la paralela.
“Para la vida económica de esta etapa y para la vida de la familia venezolana, nosotros hemos favorecido la flexibilización de muchos de estos mecanismos, que deben pasar a una nueva etapa para que tributen al Estado. He dicho que aceptar el uso de divisas en ciertas transacciones comerciales y actividades económicas ha sido una vía para aliviar la presión sobre la economía doméstica, y así ha sido y es positiva (…) Guarden sus dólares en los bancos y se les dará una tarjeta para que paguen en bolívares”, dijo.
La otra parte de la teoría es que las divisas captadas por la banca serán vendidas al Banco Central de Venezuela, que luego pondrá en circulación estos activos monetarios en el sistema de compra-venta de divisas promovido por el gobierno, cuyas principales debilidades son dos: la confianza y la escasez de oferta.