Redacción (ALN).- Al presidente venezolano Nicolás Maduro, que cada vez cuenta con menos apoyo popular, no le ha quedado más remedio que innovar en las trampas para no perde el bastión de Barinas, la cuna del fallecido Hugo Chávez, donde en los pasados comicios regionales se alzó con el triunfo el opositor Freddy Superlano.
Pero ¿Cómo lidió el chavismo con esta derrota electoral? Con una serie de triquiñuelas que sirvieron para desconocer el triunfo de Superlano, inhabilitarlo -al igual que a su esposa, quien jamás ha ejercido cargos públicos- y ordenar nuevos comicios.
El diario español La Razón evalúa los hechos en el siguiente reporte:
El régimen de Nicolás Maduro se ha dejado de carantoñas electorales. En apenas dos semanas no solo anuló los resultados electorales para la gobernación de Barinas que le dieron el triunfo a un candidato opositor en la tierra donde nació Hugo Chávez y el oficialismo ha mandado por 21 años, sino que ahora hace todo lo posible por evitar que en la repetición de los comicios sus adversarios puedan tener abanderado.
Lo que en principio se vendió como una vitrina de democracia plural, con distintas oposiciones participando en las competencias regionales y locales, con personas no pertenecientes al partido de gobierno siendo incorporados al Consejo Nacional Electoral y con la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE) haciendo seguimiento al proceso, se ha roto. Ahora, el régimen de Maduro ha optado por anular las posibilidades de inscribir candidatos, hasta que sus adversarios intenten con una figura que sí le parezca conveniente al poder, como hizo Daniel Ortega en Nicaragua. Una versión más profunda del uso de inhabilitaciones políticas que ya había sido denunciado por la MOE-UE en su informe preliminar.
Cuando la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia, controlada por afines a Maduro, ordenó repetir las elecciones en Barinas impidió que el candidato vencedor se presentase de nuevo. Argumentó que Superlano está inhabilitado por la Contraloría desde el 17 de agosto, aunque sin decir por qué. El rector del CNE Roberto Picón reveló que la autoridad electoral nunca tuvo conocimiento de tal medida.
Al contrario, a varios candidatos opositores que estaban inhabilitados desde febrero y abril, les permitieron competir, aunque ninguno ganó. Este domingo, las fuerzas opositoras anunciaron que la esposa de Freddy Superlano, Aurora Silva, sería la abanderada unitaria para la gobernación, pero el sistema de postulaciones no dejó que fuese inscrita pues aparece también como «inhabilitada», a pesar de que no ha ejercido cargo público en su vida, que la haría objeto de investigación por parte de la Contraloría.
Luego se optó por postular a Julio César Reyes, diputado opositor electo en 2015 y figura de trayectoria en la entidad que acompañó a Superlano como jefe de campaña. El sistema también lo notificó como «inhabilitado», con las mismas características: nadie lo sabía antes. Finalmente, Superlano anunció al cierre de esta edición que postularán a Sergio Garrido, quien acaba de ganar una curul como legislador regional. «Vamos a ver si se atreven a inhabilitarlo», dijo.
El chavismo va con un candidato «importado». Maduro anunció el domingo que su ministro de Comercio, antes canciller y hasta vicepresidente, Jorge Arreaza, competirá con la tarjeta del PSUV, a pesar de que no vive ni vota en Barinas. Arreaza sufragó en Caracas el 21 de noviembre y el CNE había dicho que se usaría el 9 de enero el mismo registro electoral. Desde el PSUV, la diputada Diva Guzmán explicó ayer que no hay norma legal que obligue a los «dirigentes nacionales» a ser electores o residentes del mismo estado que quieren gobernar porque desde sus cargos en el gobierno central «siempre han trabajado por las regiones».
Un partido no oficialista quiso inscribir a Claudio Fermín, nacido en Barinas y ex candidato presidencial en 1998, pero el sistema automatizado emitió una alerta porque el político vota en el estado Miranda. Finalmente, Fermín pudo ser postulado por un partido tradicionalmente opositor pero intervenido judicialmente por el chavismo para entregarle el control a opositores críticos de Guaidó. Otros dos candidatos también se inscribieron.
La candidatura de Fermín no es unitaria de la oposición. De hecho, ese partido y otros de la llamada Alianza Democrática presentaron una opción distinta a Freddy Superlano, que llegó de tercer lugar y dividió la votación haciendo que el triunfo del abanderado de la MUD –luego anulado– fuera por apenas 0,4%. El Consejo Nacional Electoral no ha brindado explicaciones sobre las inhabilitaciones ni tampoco sobre la inobservancia del requisito de residencia. De hecho, su presidente Pedro Calzadilla no ha tenido apariciones públicas desde el 23 de noviembre pasado. En años anteriores, se permitió la postulación de prominentes chavistas como Diosdado Cabello, Aristóbulo Istúriz y Tarek El Aissami en lugares donde no residían.
La situación política en Venezuela, con el foco de lo que ocurre en Barinas, cambia a cada minuto. Mientras en la oposición otras urgencias salen a flote. Este domingo, el comisionado del gobierno interino para relaciones exteriores Julio Borges, anunció que renunciaría al cargo hoy y que planteará a la Asamblea Nacional que controla la oposición la desaparición del gobierno encargado que encabeza Juan Guaidó.
Hay que recordar que Maduro ejerce el poder y la burocracia del Estado le reconoce su rol aunque el Parlamento haya declarado vacante la Presidencia y, por tanto, una encargaduría para Juan Guaidó como cabeza del Legislativo. Pero aquello que comenzó en 2019 ahora tiene poco sustento político: varios partidos opositores ya no respaldan tal camino, varios países que habían asumido al diputado como mandatario encargado han optado por reducir tal estatus y no se cumplieron los objetivos iniciales de un «cese de la usurpación» que abriera camino a unas elecciones libres.
La respuesta del Gobierno de Guaidó ha sido anunciar que Isadora Zubillaga y Antonio Ecarri Bolívar, representantes de Guaidó en Francia y España, asumirán las labores de Borges al ser «vicecomisionados» de Relaciones Exteriores.
Por Víctor Amaya / La Razón.