Juan Carlos Zapata (ALN).- El régimen de Maduro responde molesto a la posición de la Unión Europea que insta a que haya acuerdos, a que en Barbados se produzcan anuncios que encarrilen una solución política a la crisis que sufre Venezuela. Lo que es evidente es que Maduro busca una excusa para no seguir negociando. Hay antecedentes. Aquí está la historia.
Europa lo que quiere son soluciones. Europa quiere elecciones libres y transparentes. Europa se inclina por un acuerdo político, pero urgente. Para eso se supone que es la mesa de negociación continua que anunció el gobierno de Noruega. Para eso es el esquema “expedito” que también expresa el comunicado de Noruega de la semana pasada. Pero si el régimen de Maduro dilata, le da largas a la negociación, pone trabas al acuerdo, Europa no tiene otra opción que profundizar las sanciones. Anunciar más medidas. Presionar con ellas.
¿Dijo algo nuevo la Unión Europea? ¿Dice algo nuevo el comunicado de este martes? El régimen de Maduro ya estaba advertido. De que Europa y Estados Unidos van a ampliar las sanciones en caso de que la negociación no lleve a ningún terreno. “En caso de que no haya resultados concretos de las negociaciones en curso, la UE ampliará aún más sus medidas específicas. También recuerda que estas medidas se pueden revertir en caso de que se logren avances sustanciales hacia el restablecimiento de la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos en Venezuela”. Eso dice el comunicado. Y no era un secreto. De modo que no se justifica que el régimen de Maduro reaccione como reaccionó. A menos que la intención sea otra. Patear la mesa.
El régimen busca una excusa para levantarse de la mesa. No es Juan Guaidó el que va a romper. No lo hizo Guaidó a raíz del asesinato del capitán Rafael Acosta Arévalo. Y estuvo Guaidó a punto de hacerlo. Tampoco lo hizo a raíz de la detención de tres de sus guardaespaldas, señalados por el régimen de Maduro de tráfico de armas. No lo hizo a pesar de que lo pensó, y congeló por horas el viaje de su equipo negociador. Más tarde, el domingo, los delegados de Guaidó viajaron a Barbados. ¿Y los de Maduro? Llegaron el lunes. Llegaron tarde. Y el lunes no hubo forma de sentarse. De que los equipos se vieran la cara. Y no sólo eso, el equipo de Maduro llegó luego el martes proponiendo materias que llevaban la negociación a un punto muerto. Llegó hablando de concesiones urgentes. Lo más urgente para el régimen son las sanciones. Llegaron diciendo que si no había gestos reales del retiro de las sanciones no podían seguir. Que el equipo de Guaidó debía ofrecerles garantías de ello. Pedían gestos concretos. Se da por entendido que el comunicado de la Unión Europea es en respuesta a la posición del régimen de Maduro. Cierto, es una manera de presionar. No es extorsión, como dice el régimen de Maduro.
¿Optimismo o pesimismo? Cómo se retoma la negociación entre Guaidó y Maduro
Y esta presión de la Unión Europea no está desenfocada. Por el contrario, es una respuesta también a la línea dura del número 2 del régimen de Maduro, Diosdado Cabello, quien ha dicho que:
No hay nada que negociar.
La oposición no se merece concesiones.
Primero son las elecciones parlamentarias.
No habrá elecciones presidenciales.
Primero que retiren el bloqueo, las sanciones.
Si la oposición no garantiza el retiro de las sanciones hay que hablar directamente con EEUU.
El régimen busca una excusa para levantarse de la mesa. No es Juan Guaidó el que va a romper. No lo hizo Guaidó a raíz del asesinato del capitán Rafael Acosta Arévalo. Y estuvo Guaidó a punto de hacerlo. Tampoco lo hizo a raíz de la detención de tres de sus guardaespaldas, señalados por el régimen de Maduro de tráfico de armas. No lo hizo a pesar de que lo pensó, y congeló por horas el viaje de su equipo negociador. Más tarde, el domingo, los delegados de Guaidó viajaron a Barbados. ¿Y los de Maduro? Llegaron el lunes. Llegaron tarde. Y el lunes no hubo forma de sentarse. De que los equipos se vieran la cara.
El propio Cabello es quien ha dicho que la oposición llega en el peor momento de la historia a negociar. Y nadie negocia en posición de debilidad. Cabello ha dicho que en posición de debilidad nadie logra nada en una negociación. Resulta que la Unión Europea le está diciendo a Cabello que Juan Guaidó no está solo. Que en realidad no negocia en posición de debilidad. Que a Guaidó lo reconocen más de 50 países, y países con elementos e instrumentos de presión.
Esto, por supuesto, no le gustó a Maduro. El comunicado de la Cancillería habla de intromisión, de posición agresiva, de extorsión, que las sanciones son medidas de extorsión y que buscan favorecer al grupo responsable de delitos políticos que llama a una intervención militar extranjera; dice que la Unión Europea se muestra inclinada más por mantener el conflicto antes que apostarle a la fórmula del diálogo, y que la Unión Europea con el comunicado lo que hace es entorpecer los esfuerzos de diálogo que se llevan a cabo. El comunicado de Maduro no habla de negociación. Usa diálogo, cuando esto no es lo correcto.
El comunicado de la Unión Europea se hacía público justo cuando comenzaban a filtrarse las informaciones este martes desde Barbados de que todo iba “mal”, y se tenía el antecedente del lunes, y las declaraciones de Cabello, y las declaraciones del gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, miembro del equipo negociador de Maduro, de que no procedían las elecciones presidenciales; y la rueda de prensa del ministro Jorge Rodríguez, otro miembro del equipo de Maduro, contra los escoltas y contra Guaidó, acusando a este de doble juego, de mostrarse al mundo como demócrata y la verdad es que es, son los opositores, criminales y golpistas. Señaló Jorge Rodríguez que los opositores “están en una agenda de diálogo con el gobierno bolivariano y por el otro persisten en la agenda violenta, persisten en la agenda golpista”. También este habla de diálogo, no de negociación.
Cuál es la tranca en la negociación entre Guaidó y Maduro
Como se ve, hay muchos antecedentes que obligan a pensar que el régimen quiere levantarse de la mesa, y que la expresión “expedita” del gobierno de Noruega no le convence. Sólo la acusación de Jorge Rodríguez acerca del doble juego de Guaidó y la oposición, hubiera bastado para que este congelara la negociación –no el diálogo-. Pero Guaidó no se levantó. Siguió adelante. A pesar de que, tal como lo adelantamos este lunes en el diario ALnavío, el equipo de Guaidó lo menos que llevaba en el equipaje era optimismo. Maduro busca una excusa. Pero los ojos del mundo, incluidos los de Rusia y China, apuntan sobre él.