Zenaida Amador (ALN).- Mientras Venezuela nada en la incertidumbre sobre lo que ocurrirá luego del 10 de enero, con Nicolás Maduro al frente de un segundo mandato catalogado como ilegítimo, el Gobierno trabaja en planes de sostenimiento impulsando la “desbolivarización” de la economía.
El propio Nicolás Maduro informó que entre el 10 y el 11 de enero hará “importantes anuncios sobre el tema económico para arrancar el año moviendo la economía, la prosperidad, el petro”, lo que no despierta demasiadas expectativas ni entre los analistas ni entre los empresarios, tomando en cuenta las líneas que han marcado su gestión económica desde 2013, cuando llegó al poder en sustitución de Hugo Chávez.
Sin embargo, algunas pequeñas señales arrojan luces sobre lo que es prioridad para Maduro, en especial de cara a un comprometido segundo mandato con poco margen de maniobra en lo político e institucional y con una aguda estrechez financiera.
Sin profundizar en el impacto del desplome histórico de la renta petrolera, la casi inexistente recaudación tributaria no petrolera deja al Gobierno con un menguado flujo de caja para atender obligaciones básicas de la cotidianidad. Además, la pérdida de valor de la moneda ante el efecto abrasivo de la hiperinflación no sólo empobrece a la sociedad, sino que también está afectando de forma alarmante las cuentas del país, por lo que la Administración de Maduro ya apunta a procurarse ingresos internos en alguna divisa distinta del bolívar.
Sólo entre diciembre y la primera semana de enero el bolívar, que es la moneda de curso legal en Venezuela, experimentó una devaluación de 67% en el mercado cambiario oficial. En el mercado negro la devaluación es mayor y se profundiza a diario
Sólo entre diciembre y la primera semana de enero el bolívar, que es la moneda de curso legal en Venezuela, experimentó una devaluación de 67% en el mercado cambiario oficial. En el mercado negro la devaluación es mayor y se profundiza a diario.
De allí que el Gobierno haya emitido un decreto donde norma el cobro de tributos internos en otras divisas a quienes hayan realizado operaciones en el territorio nacional en moneda extranjera o criptodivisas, autorizadas a través de los Convenios Cambiarios. A los efectos de la administración tributaria, estos sujetos pasivos “deben determinar y pagar las obligaciones en moneda extranjera o criptodivisas”.
Aunque no se puede esperar que en lo inmediato esta medida tenga un impacto importante en la generación de ingresos internos para el fisco, sí refleja una tendencia en las decisiones del Gobierno. De allí que no sea descartable que entre los nuevos anuncios económicos de Maduro se cuenten más medidas que apunten en esta dirección.
Arcas vacías
Al cierre del primer semestre de 2018 la recaudación tributaria acumulada mostraba un aumento de 5.018% con respecto al mismo período de 2017, algo que las autoridades exponen como un gran logro. Sin embargo, al retirar el efecto de la inflación se observa que en términos reales hubo una contracción de 74,7%, según cálculos de la firma Ecoanalítica, y es de esperar que al evaluar el ejercicio completo dicha caída sea mucho mayor, especialmente si se toma en cuenta que la inflación de 2018 fue superior a 1.000.000%.
En 2017, cuando la inflación fue de 860%, según datos del Banco Central de Venezuela aportados al Fondo Monetario Internacional, la recaudación tributaria total experimentó una caída de 70,1% con respecto a 2016.
Por ello en agosto pasado el Gobierno aplicó un cambio importante en la dinámica tributaria para acortar el período impositivo y adelantar el ingreso de los pagos de los contribuyentes especiales, principalmente empresas, algo clave en un país cuya inflación diaria promedia el 4%.
Para el abogado Leonardo Palacios, experto tributario, esta “reforma” fue una vía del Gobierno venezolano para evitarse el efecto distorsionante de la inflación, pero sin tomar en cuenta la situación económica general y la recesión.
No hay que olvidar que entre 2013 y 2018 la actividad económica experimentó una caída de 53%, según cálculos de la Asamblea Nacional, lo que deja sin músculo a los contribuyentes.
¿Petrolizar o dolarizar?
A lo largo de 2017 Maduro intentó, sin éxito, imponer el uso del petro, primero como criptoactivo, luego como unidad de cuenta. A pesar de su fracaso, el Gobierno no cesa en la tentativa, que en el fondo busca un distanciamiento del lastre del bolívar, moneda que difícilmente podrá sobrevivir a la severidad de la crisis económica. Los especialistas hablan de una dolarización de facto de la economía.
Maduro en más de una ocasión habló de “petrolizar” la economía, razón por la cual hizo que el petro se convirtiera en un “ancla” cambiaria y salarial, que es movida a discreción según las necesidades del Gobierno. Esta acción ha terminado por solapar la decisión de los venezolanos de desprenderse rápidamente de sus bolívares para hacerse de aquello que tenga más valor que la mon
5 desafíos económicos para la sobrevivencia del gobierno de Maduro
Luis Salas, quien fue vicepresidente del Área Económica de Maduro, llama al proceso “la desbolivarización de hecho de la economía”. A su juicio, los llamados del propio Gobierno a ahorrar en cualquier cosa que no sea bolívares (en “lingoticos” de oro, en petros, etc.) son un reconocimiento implícito de la pérdida acelerada de la cualidad del bolívar como reserva de valor.
Pero el Gobierno va más allá y todo indica que las nuevas acciones que está por anunciar Maduro apuntan a garantizarle el flujo de caja mínimo para resistir, aunque esto implique aniquilar el bolívar como medio de intercambio.