Zenaida Amador (ALN).- Sin referirse a los señalamientos directos sobre la “red de corrupción que roba al Programa de Distribución de Alimentos CLAP de Venezuela” por medio de importaciones con sobreprecios y otros manejos dolosos, base de las nuevas sanciones aplicadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos a funcionarios y allegados a su régimen, Maduro se limitó a afirmar que “los CLAP continúan”, pero dice que los reforzará con producción local.
“Señores imperialistas, prepárense para nuevas derrotas porque los CLAP en Venezuela continúan. Los CLAP son del pueblo y nadie se los quita, es un derecho del pueblo”, aseguró este jueves Nicolás Maduro en respuesta a las sanciones impuestas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos a la red de corrupción tejida por su régimen alrededor de este sistema.
Las sanciones alcanzaron, entre otros, a los hijos de la esposa de Maduro, Cilia Flores, a quienes el empresario colombiano Alex Naim Saab Morán Saab “desvió dinero a cambio de obtener contratos con el gobierno de Venezuela, incluido su programa de subsidio de alimentos”, es decir, los Comité Locales de Abastecimiento y producción (CLAP).
Mike Pompeo, secretario de Estado de EEUU: “Hoy en día, EEUU sancionó a 10 personas, incluidas 3 de los hijastros de Maduro y 13 entidades, lo que interrumpió una amplia red de corrupción que ha retirado los alimentos de las mesas de los venezolanos durante años. Venezuela merece un gobierno para el pueblo, no contra ellos”.
En la corte del Distrito Sur de la Florida fue acusado Saab Morán de liderar una red de pagos de sobornos a funcionarios venezolanos, a través de la cual blanqueó unos 350 millones de dólares.
Sobre el particular Maduro no tuvo ni una palabra. Sólo comentó que “el imperio gringo se desespera por los CLAP (…) A los señores del imperio les digo que ni con un millón de sanciones detendrán los CLAP”.
Vale decir que las sanciones del Departamento del Tesoro no fueron contra los CLAP sino contra quienes tuvieron alguna participación en prácticas engañosas y de corrupción ligadas a este sistema, incluyendo funcionarios del régimen y familiares que se prestaron a sobornos para articular la red de sobreprecios de Saab en detrimento de la población.
Aunque Maduro ignoró los señalamientos de fondo del Departamento del Tesoro de EEUU sí señaló que a los CLAP “tenemos que irlos consolidando con producción nacional”.
Morán Saab, que ganó contratos asignados a dedo gracias a sus conexiones con el alto gobierno, “se quedó con lucros sustanciales e importó apenas una fracción de los alimentos que se necesitaban para el programa CLAP”, reseña el reporte de las autoridades estadounidenses. Así, ganó “cientos de millones de dólares del lucro generado por este ardid corrupto”.
Además, en muchos casos el valor nutricional de los productos que importaba para el programa era inferior al aceptable. Esto es alarmante en un país donde 6,8 millones de personas padecen hambre, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El reciente informe sobre la situación de Venezuela de Michelle Bachelet, alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, incluyó una mención particular sobre la situación de los CLAP.
“Información verificada por el ACNUDH confirma violaciones al derecho a la alimentación, incluida la obligación del Estado para garantizar que la población no padezca hambre. El principal programa de asistencia alimentaria, conocido como ‘cajas CLAP’ no cubre las necesidades nutricionales que son elementales para la gente”.
Según este informe, el Gobierno no ha demostrado que ha utilizado todos los recursos disponibles para garantizar la realización progresiva del derecho a la alimentación, ni tampoco que hubiere buscado, sin éxito, asistencia internacional para abordar dichas deficiencias.