Daniel Gómez (ALN).- Nicolás Maduro ratificó este miércoles que ampliará la presencia de funcionarios de Naciones Unidas en Venezuela. La decisión la toma luego de una “fructífera reunión de trabajo” con la alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Hace un año un grupo de técnicos de la ONU se instalaron en Caracas para monitorear la situación de los derechos humanos en Venezuela. Un equipo de trabajo que aumentará en vista del nuevo acuerdo entre Ginebra y Caracas.
Nicolás Maduro mantuvo este miércoles una reunión con la alta comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, y acordó “mejorar la coordinación y el diálogo, así como ampliar la presencia de funcionarios de la ONU en Venezuela”, dijo en una videoconferencia el ministro de Exteriores, Jorge Arreaza.
Con esto, Maduro acepta la petición de Bachelet hecha a principios de diciembre, cuando anunció un convenio para ampliar la presencia de funcionarios de la ONU en Caracas. Un convenio que necesitaba la aprobación del gobierno y que asegura lo siguiente:
– La Oficina de Bachelet “triplicará el número de funcionarios de derechos humanos en Venezuela”.
– Estos funcionarios contarán “con mayor autonomía jurídica”.
– La Oficina y el gobierno formalizarán “un mecanismo de intercambio de información sobre casos individuales”.
Dijo Arreaza que Maduro mantuvo una “fructífera reunión de trabajo” con Bachelet. También que los técnicos de Naciones Unidas presentes en Venezuela desde el año pasado “han trabajado bastante bien y han contribuido a un mejor diálogo entre el Alto Comisionado de Derechos Humanos y el gobierno venezolano”.
El pasado viernes, en una conferencia desde Ginebra, Bachelet volvió a condenar la situación de los derechos humanos en Venezuela. “Basado en un análisis de fuentes abiertas, mi Oficina registró 711 muertes de junio a agosto, llegando a más de 2.000 muertes desde enero de 2020”, dijo la alta comisionada.
También condenó los ataques contra los defensores de derechos humanos, y las agresiones y detenciones de periodistas. Reiteró, al igual que la comunidad internacional, la falta de garantías electorales de cara a los comicios parlamentarios del 6 de diciembre. Y criticó “el discurso estigmatizador” de los altos funcionarios del gobierno contra los migrantes que regresan al país con motivo de la pandemia.
Fue un duro informe de Bachelet que no recibió crítica alguna del gobierno de Venezuela. No ocurrió igual hace dos semanas, cuando una Misión Independiente de Naciones Unidas señaló a Maduro y su línea de mando de cometer crímenes de lesa humanidad. Y lo señaló tras un informe de más de 400 páginas realizado con fuentes confidenciales y entrevistas a distancia con víctimas, testigos, familiares, exfuncionarios estatales, abogados, representantes de organizaciones no gubernamentales y personal internacional.
Para Maduro, no obstante, el documento fue “un bodrio insustentable”. “Un bodrio desde el punto de vista técnico, científico, a la luz de los derechos humanos universales”.