(EFE).- Madrid y Barcelona se han encarecido en el último año pero se mantienen entre las ciudades de Europa más atractivas para los trabajadores expatriados, según informó este martes la consultora Mercer. Mercer, con sede en Nueva York, publicó hoy su Informe Anual del Costo de Vida, muy utilizado como referencia por multinacionales para decidir a dónde desplazan a sus trabajadores internacionales, de acuerdo a un comunicado.
La pandemia de covid-19 ha impuesto el trabajo remoto entre las empresas, causando una «perturbación sin precedentes en la movilidad internacional» y obligando a buscar localizaciones más asequibles para los expatriados, señaló.
Madrid y Barcelona son centros de negocio que «siguen manteniendo su competitividad en costo de vida a nivel europeo, estando entre las ciudades del continente menos caras para los profesionales» pese a subir puestos en el ránking.
Madrid ha subido del puesto 87 registrado el año pasado hasta el 67, y Barcelona del 102 al 84, en una lista que cuenta de nuevo con Zúrich (5), Ginebra (8) y Berna (10) como las urbes europeas con un costo de vida más alto.
El informe revela que Ashgabat (Turkmenistán) es la ciudad más cara del mundo para los empleados internacionales, desplazando a Hong Kong al segundo puesto. Beirut es la tercera, ya que ha escalado 42 posiciones debido a su grave depresión económica.
Tokio ha bajado un puesto, pasando de la tercera a la cuarta en el ránking, y Shanghái se sitúa en la sexta posición, subiendo un puesto desde el año pasado. Singapur pasó del quinto al séptimo puesto, y el noveno lo ocupa Pekín.
Juanvi Martínez, director del área de Career en Mercer, explicó que la movilidad está evolucionando desde las tradicionales asignaciones de larga duración, en las que se reubica a un empleado durante unos años y luego se le repatría a su lugar de origen.
De cara a un mundo laboral pospandemia, se están viendo otros esquemas como asignaciones a corto plazo, contrataciones internacionales en el extranjero, traslados permanentes, trabajadores remotos internacionales y «freelancers» internacionales.
«El costo de la vida siempre ha sido un factor para la planificación de la movilidad internacional, pero la pandemia ha añadido una nueva capa de complejidad, así como implicaciones a largo plazo relacionadas con la salud y la seguridad de los empleados, el trabajo a distancia y las políticas de flexibilidad», explicó Martínez.
El informe toma Nueva York, que se sitúa en el puesto 14 de las más caras del mundo y es la primera de Norteamérica en la lista, como ciudad de referencia, y compara los movimientos de divisa de otras ciudades con el dólar estadounidense.
Incluye el análisis de 210 ciudades de los cinco continentes y mide el costo comparativo de más de 200 artículos en cada ubicación, incluyendo la vivienda, el transporte, la comida, la ropa, los artículos para el hogar y el entretenimiento.