Daniel Gómez (ALN).- El presidente argentino, Mauricio Macri, se reivindica. Dice que la crisis que ahora azota al país es culpa de la herencia del kirchnerismo. De un Estado sumido en la corrupción y que gastaba más de lo que tenía. Unos problemas “de base” que su gobierno se ha puesto a resolver, y que han salvado al país de convertirse en Venezuela.
“La euforia que generamos con el cambio, la euforia de frenar el camino de ser Venezuela nos ayudó a convencer a quienes nos daban la plata para arreglar nuestros problemas estructurales en dos años”.
Son las palabras del presidente de Argentina, Mauricio Macri, reivindicando su gestión, y diciendo que la crisis actual es culpa de la herencia del kirchnerismo. Sus palabras forman parte de un discurso a la nación en el que anunció el paquete de medidas con el que trata de captar el adelanto del Fondo Monetario Internacional (FMI) y en el que también pidió un esfuerzo a los exportadores argentinos, a quienes les subió los impuestos de exportación 10%.
“Esto que nos está pasando ahora pudo pasar en enero de 2016. Porque recibimos un Estado que gastaba mucho más de lo que recaudaba. No había reservas en el Banco Central, había un montón de cepos en la economía. Ya en ese momento no había los dólares para sostener la economía argentina”, comentó este lunes en un mensaje grabado desde la Casa Rosada.
“La euforia de frenar el camino de ser Venezuela nos ayudó a convencer a quienes nos daban la plata para arreglar nuestros problemas”
Macri también habló de otros problemas “de base” como la corrupción. Esa que mostró su cara más cruda recientemente cuando explotó el caso de ‘los cuadernos de las coimas’. Un escándalo que reveló los turbios negocios de los Kirchner con los empresarios argentinos -y también con el chavismo- para mantenerse y lucrarse del poder.
“Sin dudas constituye un antes y un después para terminar con la corrupción. Pero en el corto plazo afecta la imagen del país”, admitió.
Por otro lado, Macri dijo que los argentinos acumulan décadas de déficits recurrentes. “Terminar con esto iba a llevar tiempo. Esto no se podía hacer de un momento a otro. Había que tomar decisiones antipáticas que son indispensables para el bien de todos”, afirmó.
Macri dijo que su gobierno tomó estas “decisiones antipáticas” para salvar a los argentinos del colapso. Decisiones que, en los dos primeros años de mandato, le permitieron recuperar la confianza internacional de los países y los mercados.
Qué ocasionó la crisis
Pero se le “juntaron todas las tormentas”. Dijo que el mal momento de Argentina es producto de “malas políticas” del kirchnerismo, de la subida del precio del petróleo (Argentina es un país importador), la sequía de los campos y, también, de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Esta suma de factores desataron las turbulencias financieras que hoy agitan Argentina. Debilitaron el peso, que la semana pasada se devaluó 13% por la huida de los flujos de capital de los mercados emergentes y vulnerables. Y también debilitaron la economía. La semana pasada admitió el Gobierno que esta caerá -1% en 2018.
El presidente reconoció que la senda de reformas iniciada fue más lenta de lo debido y que ahora tendrán que pisar el acelerador. De ahí que vaya a reducir el gabinete ministerial. “He decidido compactar más mi equipo y poder dar una respuesta más focalizada en la agenda que se viene”.
También adelantó más impuestos a los exportadores argentinos. Una medida que sobre todo afecta a los agricultores de soja, uno de los motores económicos del país. “Sabemos que es un impuesto malísimo, que va en contra de lo que queremos fomentar. Pero les tengo que pedir que entiendan, que es una emergencia y necesitamos de su aporte”.
Por otro lado, dijo que en breve anunciará los nuevos términos alcanzados con el FMI para el adelanto de una parte del préstamo de 50.000 millones de dólares.
También ratificó los tres compromisos con los que llegó al gobierno. Todo con tal de recuperar la confianza internacional. Estas tres consignas son equilibrio en las cuentas públicas, trabajo de calidad y construir un Estado sin corrupción. “Todo lo que nos pasó en estos días demuestra que estos consensos son más urgentes que nunca. Quiero renovar mi compromiso”.