Fernando Muñoz (ALN).- Los fallos de las primeras pruebas de escrutinio de cara a las elecciones primarias del próximo 11 de agosto en Argentina han levantado revuelo. La empresa encargada del proceso de licitación es la multinacional de origen venezolano Smartmatic, que en 2017 denunció el fraude electoral en Venezuela después de más de una década de idilio con el chavismo. El peronismo ya denuncia un posible “contrabando informativo”.
A poco más de un mes de las elecciones primarias en Argentina, que determinarán los candidatos que concurrirán a las elecciones presidenciales de octubre, los primeros simulacros de votación y recuento han dejado un mal sabor. Diversos medios nacionales dieron la voz de alarma sobre los fallos presentados por el nuevo sistema de transmisión de datos, que deberá controlar el escrutinio provisional en los comicios.
Lo que debía ser un ensayo sin incidencias -participaron 3.000 escuelas de todo el país, según latecla– acabó en fracaso por culpa de “un colapso de la plataforma de transmisión”, según información de Tiempo Argentino. El recuento provisional sufrió ese colapso en el proceso de carga, que en primera instancia se produjo sólo en Buenos Aires, pero que con el paso de las horas se extendió a otras ciudades del interior. Esto provocó que se corriera la voz y el fallo llegara a oídos de los medios. Pese a todo, ni el gobierno ni la empresa responsable han emitido ningún comunicado al respecto.
La compañía que se adjudicó el proceso de licitación es la multinacional Smartmatic, de origen venezolano, que se impuso a la española Indra y a la catalana Scytl, pese a que recibió peor calificación técnica que estas dos. La oferta económica decantó la balanza en favor de Smartmatic, que presentó un proyecto de 17 millones de dólares, por los 17,9 de Scytl y los 19,2 millones de Indra. No es la primera vez que la empresa opera en Argentina, dado que en 2017 ya vendió al gobierno de Mauricio Macri un sistema de cálculo de electores utilizado en provincias del norte del país.
Smartmatic mantuvo un idilio de 15 años con Venezuela y el régimen de Hugo Chávez primero y Nicolás Maduro después. La empresa asistió en 14 procesos electorales que llegaron a su fin tras las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente en 2017. Antonio Mugica, director de Smartmatic, denunció un fraude en los comicios tras la victoria arrasadora de Nicolás Maduro: “No podemos garantizar resultados de la constituyente, creemos que la data para la elección fue manipulada”. De acuerdo con su testimonio, existiría una diferencia de al menos un millón de votos en el resultado final del proceso electoral.
En aquel momento, la empresa prefirió pronunciarse a quedar expuesta a sanciones desde Estados Unidos o a poner en peligro sus negocios alrededor del mundo, pero el coste de sus palabras fue el exilio obligado de sus gerentes venezolanos, que huyeron del país de manera preventiva antes de destapar el fraude. Aquel problema en su historial no ha frenado el ascenso de la compañía, que ha diseñado e implementado con éxito tecnología de votación para comisiones electorales en 25 países de todos los continentes desde que fue fundada en 2003.
Es especialmente destacable el trabajo de Smartmatic en Estados Unidos, donde asistió en más de 50 procesos electorales entre 2006 y 2015; también su labor en Bélgica, un país a la vanguardia de la votación electrónica en los comicios, donde de nuevo asistieron en los comicios sin presentar ninguna incidencia. Otros grandes países como Brasil, Argentina o Italia ya depositaron su confianza en la multinacional venezolana en el pasado.
Estos hechos vienen precedidos por la decisión de Mauricio Macri de sustituir los telegramas -el método tradicional para comunicar los resultados electorales desde todos los puntos del país- por la transmisión digital de las actas escaneadas. El gobierno argentino tomó esta decisión con poco margen de maniobra -según miembros de la oposición- y, aunque se escudó en la necesidad de “modernizar” el proceso electoral, no se libró de las críticas que señalaban la vulnerabilidad del nuevo sistema, que en opinión de los expertos es susceptible de ser atacado y manipulado.
Así, tras el primer síntoma de debilidad del nuevo modelo de recuento de votos, el peronismo en la oposición ha aprovechado la ocasión para criticar duramente las reformas llevadas a cabo por el gobierno de Macri, llegando a insinuar el riesgo de un fraude electoral. Jorge Landau, apoderado del Partido Justicialista, denunció en declaraciones a los medios que los ensayos “no son transparentes” y se han llevado a cabo “sin participación de los partidos opositores”. Además, atacó a Macri afirmando estar seguro de que “van a querer hacer un contrabando informativo durante las elecciones con esta nueva tecnología”.
Por último, Landau cuestionó la supuesta utilidad del nuevo sistema de recuento, si en la práctica “los resultados se van a saber a la misma hora que siempre”, y lanzó una última petición para dar marcha atrás y revocar el recuento electrónico, que considera “la crónica de una muerte anunciada”.