Redacción (ALN).- El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, dijo que si la oposición gana las presidenciales el próximo 28 de julio, tendrá que iniciar una negociación con Nicolás Maduro para «viabilizar ese triunfo».
«La revolución tendría seis meses para manejar el país y su control institucional quedaría vigente incluso después del cambio de gobierno, pues mantendría el control de la Asamblea, el TSJ, la Fiscalía y Contraloría, la mayoría de los gobiernos regionales y locales, además de la inmensa burocracia estatal, que no podría reemplazarle sino de manera paulatina», puntualizó en un análisis publicado en su cuenta de Instagram.
A continuación el análisis íntegro
Si la oposición gana las elecciones, tendría que iniciar una negociación con Maduro para viabilizar ese triunfo.
La revolución tendría seis meses para manejar el país y su control institucional quedaría vigente incluso después del cambio de gobierno, pues mantendría el control de la Asamblea, el TSJ, la Fiscalía y Contraloría, la mayoría de los gobiernos regionales y locales, además de la inmensa burocracia estatal, que no podría reemplazarle sino de manera paulatina.
El triunfo sería apenas el inicio de un difícil proceso de transición, que sería prácticamente imposible sin lograr acuerdos de convivencia pacífica con el gobierno saliente. De lo contrario no es posible ni soñar con la reestabilizacion del país.
Si en cambio el gob lograra retener el poder y su estrategia le resulta exitosa, la situación post electoral será también muy compleja para Maduro.
Las posibilidades de rescatar los equilibrios estarían comprometidas, pues las posibilidades de recibir un reconocimiento de su triunfo por parte de la oposición son prácticamente inexistentes.
Pero la estrategia ganadora del gob sería reaccionar a su triunfo con una convocatoria inmediata a la negociación con la oposición moderada (a la que paradójicamente pertenece EGU) para poner sobre la mesa algunos sacrificios creíbles que abran espacios de participación a la oposición.
Imagino por ejemplo, que un Maduro ganador tendría que estar dispuesto a liberar presos políticos, a rescatar independencia de los gobiernos regionales y locales cara a sus próximas elecciones e incluso podría negociar algunos cambios institucionales.
Esta sería su manera inteligente de reducir los costos de un triunfo que vendrá herido otra vez y queda claro que será más seguro para el ceder después…que antes.
Estoy seguro que nada de esto convencerá a quienes rechazarán cualquier resultado distinto a un triunfo opositor, pero lo que resulta evidente es que podría abrir muchas puertas para preservar negociaciones futuras y dar opciones al fortalecimiento opositor.