(EFE).- Los soldados rusos que tomaron el control de Chernóbil y de la zona de exclusión de la planta atómica ucraniana han estado expuestos a niveles de radiación «por encima de los permitidos por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA)» según el consultor ambiental y experto nuclear Carlos Bravo.
Lo explica a EFE el ex responsable de las campañas contra la energía nuclear de Greenpeace, una vez que las tropas rusas «han transferido por escrito el control de la central a personal ucraniano y han desplazado dos convoyes de tropas hacia Bielorrusia», según informó la OIEA.
Bravo ha explicado a EFE que las tropas que tomaron Chernobil en los primeros días de la invasión rusa han estado expuestos a niveles de radiación muy altos porque han movido tierra para la construcción de trincheras y defensas liberando partículas radiactivas, «sin ningún tipo de protección mínima».
Lo han hecho en el denominado Bosque Rojo de Chernobil, donde los árboles murieron de forma inmediata al salir las enormes dosis de radiación de la central nuclear en 1986, que finalmente contaminó áreas de Bielorrusia, Rusia, Europa y se expandió por todo el mundo.
La contaminación después del accidente (26 de abril de 1986) se depositó de forma aleatoria, por lo que hay zonas más contaminadas que otras, relata Bravo.
Peligro de cáncer
Aunque no se han descrito los niveles de radiación a los que han estado expuestos los soldados rusos, «deben ser altos» y es probable que empiecen a presentar trastornos y síntomas de exposición exterior e inhalación de partículas radiactivas.
La radiobiología, que estudia los efectos a la salud debido a la radiación, -recuerda Bravo- tiene un axioma que apunta que «cualquier dosis de radiación, por pequeña que sea, puede producir un cáncer».