David Placer (ALN).- Los venezolanos que solicitan asilo político en España recibieron una excelente noticia hace cuatro meses: todos los refugiados a los que se les deniegue el asilo político obtendrán la residencia y el permiso de trabajo de forma inmediata. Pero ahora reciben una mala: quienes estén recibiendo ayudas económicas lo perderán todo en los próximos días.
Más de 50.000 venezolanos en España recibieron una excelente noticia en enero de este año: los solicitantes a los que se les haya denegado el asilo político entre 2014 y 2019 obtendrán automáticamente una residencia por razones humanitarias.
La medida beneficia a más de 50.000 venezolanos que podrán obtener una residencia y permiso de trabajo por un año prorrogable hasta dos. Con asentamiento y trabajo durante dos años, se abren numerosas oportunidades para la regularización definitiva. Se trata de un logro que ninguna otra nacionalidad (ni siquiera los refugiados de Siria que han llegado a Europa en masa en los últimos años) ha podido alcanzar. Es la vía para la regularización casi automática de, al menos, 50.000 venezolanos en España.
Pero el éxito para los refugiados venezolanos también tiene un lado oscuro y trágico, especialmente para los más vulnerables. Quienes estén recibiendo ayudas de alimentación o vivienda, perderán todos los beneficios.
El visado por razones humanitarias fue aprobado en marzo pasado por el Consejo de Ministros, después de que el Congreso, el Senado y el defensor del Pueblo instaran al gobierno español a tomar una medida excepcional con la comunidad venezolana que llega a España en masa por la crisis y la escasez y carestía de alimentos y medicinas en Venezuela.
“Antes, los solicitantes de asilo político que recibían una respuesta negativa tenían 15 días para abandonar el país. Su única opción era pelear el caso en los tribunales. Ahora, con el rechazo del asilo político, se les concede un visado por razones humanitarias. Y pueden trabajar de forma inmediata. Ha costado mucho esfuerzo, pero lo hemos logrado”, explica William Cárdenas, presidente de la Plataforma Democrática de Venezolanos en Madrid, que llevó al Congreso de los Diputados la propuesta para aprobar este tipo de visado.
Más de 50.000 venezolanos podrán obtener la residencia de forma automática pero perderán las ayudas
Pero el triunfo incuestionable de la comunidad venezolana en España también comienza a mostrar su consecuencia más angustiosa. Los solicitantes de asilo a los que las organizaciones no gubernamentales y el propio gobierno español habían concedido ayudas para la manutención y el pago de vivienda están perdiendo todas las ayudas. Ahora, sólo podrán tener alguna ayuda de parte del ayuntamiento a través de los servicios sociales.
“Me pagaban una habitación y me daban 320 euros para la compra de alimentos. Pero cuando me denegaron el asilo político, me quitaron todas las ayudas. Ahora, tengo que vivir con una nieta con la que comparto habitación”, explica una refugiada venezolana, de 74 años, procedente del estado Zulia y residenciada en Madrid y que pidió mantener su nombre en el anonimato. “El nuevo visado favorece a la gente joven que puede trabajar, pero a mí no me ha beneficiado, aunque agradezco infinitamente toda la ayuda que me dieron porque aquí llegamos sin nada”, añade.
Meses cruciales
Los activistas Sergio Contreras y Jesús Alemán, que aterrizaron en Madrid como perseguidos políticos, y que acaban de fundar la ONG Refugiados sin Fronteras, trabajan en la elaboración de un informe sobre la situación de los venezolanos que tienen que abandonar sus refugios porque han sufrido la denegación masiva del asilo político y deben buscar trabajo y casa de forma inmediata. El informe, con datos y casos concretos, será entregado al defensor del Pueblo.
“Hay gente durmiendo en las plazas, en las estaciones de metro, en el aeropuerto. No tienen ni 100 euros de ahorros. Muchos de ellos son profesionales. Y la semana que viene hay muchos venezolanos que tienen que abandonar los refugios. Ahora podrán trabajar, pero no tienen ni dónde dormir los primeros días. También hay casos de gente gravemente enferma, con cáncer o trasplantes. Ellos no pueden trabajar. Su situación es dramática”, explica Alemán.
Contreras asegura que en sólo un día el gobierno español denegó más de 7.000 solicitudes de asilo. Esos venezolanos ahora tienen permiso de trabajo pero se encuentran en una situación precaria. “Desde que les deniegan el asilo hasta que les dan su nuevo número de identificación pueden pasar dos o tres meses. En ese tiempo no podrán trabajar, están en un limbo y hasta podrían perder sus puestos de trabajo si los tienen, porque su DNI (documento de identidad) ya no existe hasta que les den uno nuevo. Otros, lamentablemente, ya han caído en las mafias de la prostitución porque no tienen cómo sustentarse”, explica Contreras. “Otorgar la residencia humanitaria a los que les han negado el asilo es algo muy positivo, pero es necesario abordar los aspectos colaterales que están afectando a refugiados con sus ayudas para no perjudicarles con una medida que busca beneficiarles”, añade.
En los próximos meses se esperan denegaciones masivas de asilos políticos. El gobierno español considera que un venezolano que fue acosado o golpeado por participar en una marcha contra el régimen de Maduro difícilmente puede demostrar su condición de perseguido político. En cambio, le reconoce una condición de refugiado por causa de la crisis humanitaria.
En 2016, más de 4.000 venezolanos presentaron solicitudes de asilo. Sólo fueron aprobadas cuatro. En 2017, hubo más de 10.300 solicitudes, pero apenas 15 lograron ser reconocidos como perseguidos políticos. Y en 2018 la cifra aumentó hasta las 18.000 solicitudes, una cantidad que ya ha sido superada sólo en el primer semestre de este año.
Ahora, todos ellos tendrán acceso al mercado laboral, pero perderán las ayudas públicas y de ONGs. Llegó la hora de buscar trabajo y vivienda por cuenta propia, sin beneficios ni tutelas del Estado. Las ayudas en España, desbordada por una llegada masiva de refugiados, se han acabado para los venezolanos.