María Rodríguez (ALN).- Los apoyos de Nicolás Maduro se han reducido a Miguel Díaz-Canel, Evo Morales, Daniel Ortega, Salvador Sánchez Cerén y Anatoly Bibilov. Sólo estos cinco presidentes acompañan a Maduro en la toma de posesión de este 10 de enero en Venezuela. Un mandato que medio mundo no reconoce. Lejos queda la transición de 2013. Maduro inició aquel mandato como demócrata. Ahora muchos lo llaman tirano y dictador.
¿Se acuerdan del chiste? ¿Cómo entran cinco elefantes en un escarabajo? Dos delante y tres atrás. Para la toma de posesión de Nicolás Maduro de este 10 de enero, la pregunta no tiene misterio. Y es que son cinco y nada más que cinco los mandatarios que lo acompañarán en un acto que medio mundo no reconoce.
Sólo asistirán, con el rango de presidentes, Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Evo Morales, de Bolivia; Daniel Ortega, de Nicaragua; Salvador Sánchez Cerén, de El Salvador; y Anatoly Bibilov, de Osetia del Sur.
Muchos más presidentes se vieron en las recientes investiduras de Jair Bolsonaro en Brasil y de Andrés Manuel López Obrador en México. En torno a una decena. Claro está que estos dos gobiernos no despiertan ninguna duda sobre su legitimidad.
En la transición de 2013, a Caracas acudieron las presidentas de dos de las grandes potencias suramericanas: la brasileña Dilma Rousseff y la argentina Cristina Fernández de Kirchner. También fue el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, y el gran referente de la izquierda latinoamericana, el expresidente de Uruguay Pepe Mujica.
Maduro inició aquel mandato como un demócrata. Eran otros tiempos. Ahora muchos lo llaman tirano. Incluso “dictador”. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, lo catalogó así desde que llegó al cargo en 2015. Y es el propio Almagro quien tratará el tema Venezuela en una sesión extraordinaria en Washington este jueves.
Qué le espera a Nicolás Maduro a partir del 10 de enero
En la investidura del 1 de enero de 2019, a Jair Bolsonaro le acompañaron los presidentes: Sebastián Piñera (Chile), Juan Orlando Hernández (Honduras), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Evo Morales (Bolivia), Tabaré Vázquez (Uruguay), Marcelo Rebelo de Souza (Portugal) y Jorge Carlos Fonseca (Cabo Verde). También asistieron el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, el de Hungría, Viktor Orbán; y el de Marruecos, Saadedine Othman.
En la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador el 1 de diciembre de 2018 estuvieron presentes Evo Morales (Bolivia), Martín Vizcarra (Perú), Salvador Sánchez Cerén (El Salvador), Juan Orlando Hernández (Honduras), Iván Duque (Colombia), Jimmy Morales (Guatemala), Mario Abdo Benítez (Paraguay), Miguel Díaz-Canel (Cuba), Lenín Moreno (Ecuador) y el rey de España, Felipe VI.
Ahora sólo cinco presidentes bailan al son de Maduro al asistir a su toma de posesión. Tres de ellos (Cuba, Bolivia y Nicaragua) pertenecen a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Una organización que hoy apenas tiene voz.
En Nicaragua las garantías constitucionales siguen suspendidas por el régimen de Ortega. La Organización de Estados Americanos (OEA) ya ha amenazado al Gobierno con la expulsión de Nicaragua del organismo por su deriva hacia la dictadura. El escritor nicaragüense y premio Cervantes Sergio Ramírez, criticó en un artículo en El País que Ortega se haya inventado una realidad paralela en la que supuestos grupos terroristas han dado un golpe de Estado en el país. Al contrario: “El verdadero golpe de Estado se ha dado contra los ciudadanos, contra su condición de personas libres”, dice Ramírez.
En Cuba, en palabras de Almagro, sigue habiendo dictadura. Díaz-Canel, que asumió el cargo proclamando lealtad a los Castro, no puede acabar con la aguda escasez de pan en La Habana (entre otras), que reapareció a finales del año pasado. Y mientras eso ocurre “el país apuesta por sostener a Nicolás Maduro en el poder el tiempo suficiente hasta que lleguen nuevos apoyos y avance en su lenta reforma interna”, tal como afirma Pedro Benítez, historiador y periodista, en el diario ALnavío.
Y es que, si caen Venezuela y Nicaragua, caen Cuba y la izquierda latinoamericana. Una hipótesis que compartió Joaquín Villalobos, exguerrillero salvadoreño y consultor para la resolución de conflictos internaciones, en un artículo en El País.
En Bolivia, Morales quiere perpetuarse en el poder. Se postulará al cuarto mandato consecutivo. Lo cual, hasta hace unos meses, era ilegal según la Constitución que redactó el propio Morales. Pero este al final se salió con la suya. El Tribunal Constitucional de Bolivia autorizó a Morales a buscar la reelección las veces que quiera.
En el caso de El Salvador, ya sólo por el dinero que recibe de Venezuela asociado al ámbito petrolero le conviene llevarse bien. Alba Petróleos fue fundada en 2006 en El Salvador como una empresa mixta constituida con capital privado y público, a través de alcaldías salvadoreñas que recibieron millonarios préstamos provenientes de PDVSA entre 2010 y 2015, según recoge el portal InSight Crime.
Y respecto a Osetia del Sur (53.000 habitantes) si este es un satélite de Rusia, Bibilov es un peón de Vladimir Putin. Cabe recordar que Osetia del Sur proclamó su independencia en los años 90 y casi 30 años después sólo ha sido reconocida como Estado por Nicaragua, Venezuela y Rusia. Esta última asistió logística y militarmente en su emancipación.
Visto el panorama, no solamente son pocos los presidentes que acompañan a Maduro en la toma de posesión, sino que tampoco representan lo mejor de los valores democráticos.
¿Y los aliados China, Rusia y Turquía?
Y si aliados de Maduro como China, Rusia y Turquía fuesen tan importantes se entendería que a la investidura acudiesen sus respectivos presidentes, y no delegasen la representación.
Vladimir Putin alertó sobre el peligro de una intervención militar en Venezuela. Sin embargo, mandó a Ilyas Umakhanov, vicepresidente del Consejo de la Federación de la Asamblea Federal de Rusia, a la investidura de Maduro.
En la última visita de Nicolás Maduro a China, el mandatario recibió palabras de aliento, más que apoyo financiero. Cabe recordar que desde 2016 el Banco Nacional de Desarrollo de China (encargado de manejar el fondo conjunto entre los dos países) se ha negado a otorgar nuevos créditos a Venezuela. Al margen de esta cuestión, China estará representada por el ministro de Agricultura, Han Changfu.
Y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en reciente visita a Caracas, habló del inicio de una colaboración “sostenible” y “diversificada” entre Turquía y Venezuela. ¿Y a quién manda este 10 de enero? Al vicepresidente, Fuat Oktay.