Elizabeth Fuentes (ALN).- El XIX Festival del Habano convierte la capital de Cuba en un encuentro de compradores y amantes del puro, quienes durante siete días se dedicarán a disfrutar uno de los pocos placeres que dejó en pie la revolución. Muchos de los asistentes provienen de Estados Unidos, a pesar del embargo y de Trump. Un enrollador de habanos gana más que un médico o un maestro en Cuba: 100 dólares mensuales por enrollar a mano cien puros cada día. Pero una caja con 25 habanos de Montecristo número 4, considerado como el mejor del mundo en el último ranking, cuesta un poco más de 200 dólares. De modo que con solo una caja de estos habanos que se venden como pan caliente, está seguro el sueldo de dos trabajadores, de lo más capitalista el asunto. Pero eso es demasiada realidad para los cientos de fumadores, compradores, empresarios y celebrities de Hollywood que se encuentran en La Habana, del 27 de febrero al 3 de marzo, para gozar el XIX Festival del Habano, el sitio perfecto para degustar un placer exquisito que tiene sus reglas y su lenguaje. Por ejemplo, que enrollar un puro demasiado suelto o demasiado apretado puede afectar su combustión o que después de enrollados -solo 35% de los estudiosos logra culminar el curso de capacitación de semejante tarea-, los habanos se clasifican por color, se etiquetan a mano y se empacan en cajas para su entrega a Habanos, la empresa que monopoliza y comercia toda la producción. Muchos de los asistentes al festival provienen de Estados Unidos, a pesar del embargo que sigue imperando y que el Congreso con mayoría republicana y su presidente Donald Trump no parecen querer aligerar. Se calcula que 3% de los cigarros de alta calidad consumidos en EEUU son cubanos, como le reveló un representante de la empresa Habanos al noticiero Bloomberg. Pero ellos aspiran que una vez finalizado, el porcentaje llegue hasta 30%, lo que aumentaría hasta 60% sus ingresos, un equivalente a 680 millones de dólares.
Los habanos, como el vino, tienen su denominación de origen
Otros asistentes son los representantes locales de las 140 tiendas cubanas Casa del Habano que existen en casi todos los países del mundo, mientras otros cientos provienen de los estancos diseminados por los cuatro continentes y debidamente calificados por las autoridades cubanas para vender el producto original. Estancos que pueden verse en el mapa interactivo de su portal, porque ocurre que la estafa con el producto también ha florecido en Cuba y más de uno ha regresado de la isla con una caja de supuestos Cohiba que pagó tan caros como si fuesen Denominaciones de Origen Protegidas (D.O.P.). Y resulta que los Habanos, como los buenos vinos, también tienen sus mañas. “El título ‘Habanos’ es la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) reservada para una selección de las más prominentes marcas cuyos tabacos se confeccionan, siguiendo normas rigurosas, a partir de hojas de tabaco cosechadas en zonas determinadas y protegidas como denominaciones de origen. Los Habanos se elaboran ‘totalmente a mano’, aplicando métodos cubanos que se utilizaron por primera vez en La Habana hace más de dos siglos, que se transmiten de generación en generación y que se han mantenido casi invariables hasta nuestros días. Más de 500 procesos manuales, incluyendo los agrícolas y de fábrica, son realizados entre la siembra de la semilla y la puesta en caja de cada Habano. Todos tienen que superar estrictos controles establecidos por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (D.O.P.)”, explican en el portal. No todo será fumar Las estrellas de esta XIX edición del Festival del Habano son las marcas H. Upmann que presenta su primera Gran Reserva Cosecha 2011 y Montecristo, que promete su cosecha más premium y exclusiva. Durante una semana, los asistentes visitarán las plantaciones de Vuelta Abajo, en Pinar del Río, una zona considerada la mejor del mundo para el cultivo del tabaco. Hay paseos a las fábricas -el clásico asombro de ver a los cientos de enrolladores fumar y trabajar, mientras alguien les lee o les canta-, y por supuesto, música y ron. A la noche de bienvenida, en el Club Habana, le sigue la apertura de la Feria Comercial para que los profesionales de todo el mundo hagan negocios y los artesanos y fabricantes de artículos para fumadores exhiban y vendan su trabajo. El programa incluye clases, conferencias magistrales y el Concurso Internacional Habanosommelier, que ya lleva XVI ediciones y donde participarán expertos de todo el mundo. Allí son evaluados por sus conocimientos, elegancia en el servicio al público y asesoría a la hora de aconsejar el Habano correcto. Como cualquier sommelier, cada participante debe observar, analizar y memorizar un numero de aproximadamente 12 Habanos, de los cuales tiene que escoger el más apropiado dependiendo del menú y características de consumo de los comensales. La Noche de Gala está dedicada a Montecristo y la presentación de la propuesta más premium de la marca. Todo finaliza con la entrega de los Premios Habanos 2016, más una Subasta de Humidores, cuya recaudación se destinará al sistema cubano de Salud Pública. Como dicen los entendedores, “todos los Habanos son cubanos pero en cambio no todos los puros confeccionados en Cuba son Habanos”. De allí que, para los principiantes, conviene saber quiénes fueron los cinco primeros ganadores en el torneo del año pasado para que al llegar a Cuba no les metan gato por liebre en la calle. El número 1 fue el Montecristo número 4, elaborado con cuatro variedades distintas de hojas, seguido por el Churchill, de la marca Romeo y Julieta. El tercer lugar se lo llevó Lancero, de la marca Cohiba. Y el cuarto lugar lo compartieron Montecristo Nro 2 y el Espléndido de Cohiba, lista que finaliza con Partagás. ¿El precio? Oscila entre 200 y 430 dólares cada caja de 25 habanos, cifra que se consigue con precisión en el portal de Habano, con la dirección de cada estanco en casi todas las ciudades del mundo. @fuenteseliz