Daniel Gómez (ALN).- Primero fue el gobierno de Nicolás Maduro el que envió una carta al Consejo de Seguridad de la ONU diciendo que Colombia estaba protegiendo a los grupos irregulares que atacaban Venezuela. Este miércoles el gobierno de Iván Duque replica la jugada y envía otra misiva al Consejo de Seguridad señalando el “apoyo que da el régimen ilegítimo venezolano a grupos armados organizados narcoterroristas”.
La semana pasada el gobierno de Nicolás Maduro envió una carta al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pidiendo que investiguen “la violencia colombiana” contra Venezuela. Lo hizo en referencia al conflicto en el estado venezolano de Apure, donde desde el 21 de marzo el Ejército venezolano y un grupo paramilitar no identificado están librando una batalla que ha dejado 17 muertos (ocho militares y nueve guerrilleros) y más de 5.700 venezolanos desplazados hacia Colombia.
En la misiva, el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, sugería que Colombia estaba protegiendo a esos grupos irregulares.
“¿A dónde se fueron los grupos irregulares, estos terroristas que estaban en Apure? ¿Se fueron a Barinas? No, se fueron a Arauca, departamento colombiano y allá están protegidos, ¿o tienen ustedes los medios de comunicación información de que se haya dado de baja o se haya perseguido a algunos de estos grupos que la Fuerza Armada de Venezuela barrió del Apure? No, porque no lo hacen”, dijo Arreaza.
La primera respuesta que recibió de Colombia fue inmediata.
“La carta presentada por la dictadura de Venezuela ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que se investigue la violencia en la frontera con Colombia no es otra cosa que otra cínica cortina de humo de la narcodictadura de Venezuela”, apuntó la vicepresidenta colombiana, Marta Lucía Ramírez.
Colombia también presenta una queja ante el Consejo de Seguridad
Una semana después, el gobierno de Iván Duque, al igual que hizo el de Maduro, se dirige este miércoles al Consejo de Seguridad de la ONU, pero con un relato prácticamente opuesto. En este caso, la canciller, Claudia Blum, advirtió que desde Caracas están dando apoyo a los grupos irregulares de la frontera y de ahí la inestabilidad de la zona.
“Informamos la grave situación que se vive en la frontera debido al apoyo que da el régimen ilegítimo venezolano a grupos armados organizados narcoterroristas”, apuntó Blum.
“La dictadura busca nuevamente desviar la atención internacional frente a su relación cómplice con grupos de narcotraficantes terroristas cuando la evidencia demuestra que se trata de un régimen totalitario, que no respeta ningún marco de legalidad”, apuntó, añadiendo que “el colapso institucional, económico y social en Venezuela, y la crisis política, han llevado a la destrucción de la democracia, convirtiendo a ese país en un Estado fallido”.
Al igual que ocurrió con la carta de Venezuela, la de Colombia recibió una respuesta instantánea por parte de Caracas.
“Negar las secuelas que sufren los países vecinos por la guerra eterna en su país, es una afrenta hacia la ONU. ¿Los toman por tontos? La realidad es que sus fronteras están desamparadas y los grupos armados colombianos reinan y cuidan las rutas de la droga colombiana”, respondió Jorge Arreaza en Twitter.
Mientras los diplomáticos de Caracas y Bogotá libran su particular guerra dialéctica, continúa el problema en la frontera y, por ende, la crisis humanitaria. A los más de 5.700 desplazados documentados por Migración Colombia hay que añadir el trauma que supone abandonar tu hogar por la guerra. También las pobres condiciones que se encuentran al llegar a Colombia. Aunque desde el gobierno de Duque y las ONGs de la zona están tratando de recibirles de la mejor forma posible, la capacidad de alojamiento, la comida y los productos de aseo e higiene son limitados.