Redacción (ALN).- De acuerdo con datos de diversas ONG, en Venezuela hay al menos 124 militares detenidos por pensar distinto, una realidad que ha llevado a la oposición a considerarlos como «presos políticos» y exigir la imediata liberación de estos.
Pero ahora, y en el marco del diálogo entre el antichavismo y el Gobierno del presidente socialista Nicolás Maduro, en un intento por destrabar la acuciante crisis que atraviesa el país, los familiares de los militares detenidos se declaran «decepcionados» de la oposición, a la que señalan de hacer poco o nada por la libertad de los uniformados.
«Cuando se habló del diálogo de la negociación entre la oposición y el Gobierno de Maduro, las familias que tenemos víctimas de crímenes de lesa humanidad todavía en prisión tuvimos una esperanza de que se lograra al menos la liberación de los presos políticos», dijo en una entrevista con el medio mexicano El Economista la presidenta de la asociación “Familiares de presos políticos militares”, la venezolana Moly de la Sotta.
“Decepciona la oposición venezolana”, asevera.
¿CONSPIRACIÓN?
La mujer es hermana del capitán de navío Luis Humberto de la Sotta, detenido hace tres años por presunta conspiración para evitar que se realizaran los comicios presidenciales de 2018, que ganó Maduro con holgura en medio de gran rechazo por la supuesta falta del garantías electorales.
“Mi hermano está confinado en una celda. Tiene tres años y tres meses sin juicio. Él supuestamente estaba conspirando junto a la dirigente política María Corina Machado para que no se efectuaran las elecciones presidenciales de 2018. La pregunta es: ¿Si María Corina está libre por qué mi hermano no lo está?”, prosiguió de la Sotta.
SECUESTRO
De acuerdo con la Moly, el capitán de la Sotta fue «secuestrado» en su oficina de trabajo en un procedimiento que disfrazaron de detención.
«Él no estaba en armas», indica. “Mi mamá estaba con él en su sitio de trabajo”, en la base naval en la bahía de Turiamo. “Allá fueron por él en helicóptero, lo apresaron y lo llevaron a un sótano que le llaman ‘el tigrito’, entre cuatro torturadores encapuchados le lanzaron polvo lacrimógeno, le pegaron con palos y lo dejaron en el piso durante cuatro días”, afirma la mujer.
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