Redacción (ALN).- Individuos de alta jerarquía en la cadena de mando de los servicios de inteligencia venezolanos “cometieron violaciones de derechos humanos y delitos constitutivos de crímenes de lesa humanidad, incluyendo actos de tortura de extrema gravedad”, concluye el más reciente informe de la Misión internacional independiente de Determinación de Hechos sobre Venezuela (FFM) de la ONU.
De acuerdo a la FFM, los actos cometidos por miembros de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) y el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), forman parte de un “plan diseñado por autoridades de alto nivel para reprimir a los opositores al Gobierno”.
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La misión ha documentado los casos de 122 víctimas sometidas a tortura, violencia sexual y a otros tratos inhumanos en los centros de la Dgcim, especialmente en su sede principal en Caracas (conocida como Boleíta) y 51 por parte de agentes del Sebin, principalmente en el Helicoide, contra opositores, periodistas, manifestantes y activistas.
Aunque los casos denunciados pertenecen especialmente a los años 2017, 2018 y 2019, las violaciones y los crímenes del Sebin y la Dgcim continúan hasta hoy, manteniéndose las mismas estructuras, patrones y prácticas, afirma la misión, dirigida por la jurista Marta Valiñas.
Los detalles de las acusaciones
Violencia física:
• Fuertes golpes con bates y objetos punzantes;
• Descargas eléctricas en partes sensibles del cuerpo;
• Asfixia con sustancias tóxicas y agua;
• Cortes y mutilaciones, incluso en la planta de los pies y debajo de las uñas;
• Esposas excesivamente apretadas;
• Posiciones de tensión conocidas como “el pulpo” y “crucifixiones”;
• Uso de un aparato llamado “señorita”, para levantar y deformar cuerpos y bajarlos a tanques de agua.
Violencia sexual y de género:
• Violación con objetos;
• Amenazas de violación;
• Desnudez forzada, incluso durante actos de tortura;
• Golpes dirigidos a los genitales;
• Descargas eléctricas en los genitales;
Condiciones de detención:
• Privación de alimentos y agua;
• Comer del suelo;
• Iluminación constante u oscuridad constante;
• Calor o frío extremos;
• Falta de acceso a los aseos;
• Denegación de tratamiento médico;
• Alimentación forzada de heces y vómitos.
Violencia psicológica y otros:
• Amenazas de muerte y de violación hacia la víctima y a sus familiares;
• Simulación o tortura real de otras personas detenidas;
• Períodos prolongados de aislamiento y confinamiento solitario;
• Administración de drogas supuestamente para obtener confesiones;
• Amenazas con animales vivos, incluso con perros.
Según el informe, en algunos casos “estos actos provocaron lesiones físicas graves y/o permanentes en las víctimas. Los casos identificados por la Misión incluían la pérdida de funciones sensoriales o motoras, lesiones reproductivas (tales como daños permanentes en los testículos), un embarazo perdido, sangre en la orina y costillas rotas, entre otros. Estos actos también provocaron traumas psicológicos graves y depresión. Las personas detenidas declararon sufrir estrés postraumático y tener pesadillas recurrentes. Al menos tres personas intentaron suicidarse durante su detención“.
“En varios de los casos investigados, las víctimas no fueron llevadas a un/a profesional médico/a antes de su comparecencia inicial ante el tribunal. En muchos casos, los profesionales médicos del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (SENAMECF) evaluaron a las personas detenidas y certificaron que estaban en buen estado físico, a pesar de que tenían lesiones visibles. También se obligó a algunas víctimas a firmar documentos en los que se declaraba que estaban en buen estado físico. En algunos casos, las evaluaciones forenses se hicieron días o meses después de que se llevara a cabo la tortura y cuando las heridas ya se habían curado. Esto incluye a un detenido que no recibió atención médica hasta varios meses después de haber sido torturado”, agrega el informe.
«Los testigos también informaron del uso de duras medidas disciplinarias tras la reclusión. En algunos casos examinados, las personas también fueron sometidas a castigos severos mientras esperaban el juicio, incluidas represalias en caso de que se quejaran. Las personas detenidas también sufrían este tipo de maltrato si otras personas eran sorprendidas infringiendo las normas“.
Con información de VOA y Monitoreamos