María Rodríguez (ALN).- Aziza Akhmouch, líder del Programa de Gobernanza del Agua de la OCDE, enumeró este lunes en Madrid, en la tercera edición del foro ‘Diálogos del agua América Latina-España’, los factores ajenos al sector del agua que en el caso de Latinoamérica impactan directamente sobre la gestión de este recurso básico. Entre ellos destaca la “prolongada ralentización económica” de la región y “unos niveles de deuda que limitan la capacidad de inversión”.
Que el agua dulce sea un bien escaso y limitado no es la única razón que explica los problemas de abastecimiento en el planeta. Aziza Akhmouch, líder del Programa de Gobernanza del Agua de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) enumeró este lunes cinco factores exógenos al sector del agua que impactan directamente sobre la gestión eficiente de dicho bien. Lo dijo en el marco del foro III Diálogos del agua América Latina-España: Hacia un pacto político del agua, organizado por la CAF (Corporación Andina de Fomento-Banco de Desarrollo de América Latina) y los ministerios españoles de Medio Ambiente, Economía y Asuntos Exteriores, y celebrado en Casa de América.
El primer obstáculo que citó Akhmouch fue que la “prolongada ralentización económica en América Latina y el Caribe limita el potencial de crecimiento en el futuro”. Este hecho impacta en el reto del agua ya que los países cuentan con menores recursos para hacerle frente o bien priorizan otras partidas en los presupuestos.
El Producto Interior Bruto (PIB) de la región se contrajo nueve décimas en 2016 respecto a 2015, año en el que creció apenas el 0,1%. Para 2017 y 2018 las proyecciones del Fondo Monetario Internacional son de crecimiento, en concreto del 1,2% y del 1,9% respectivamente. En este sentido, el FMI considera que la recuperación económica de Latinoamérica “está en curso”. No obstante, “las perspectivas de crecimiento robusto a largo plazo en la región hoy son menos probables que hace unos años” por la baja productividad, tal como lo argumenta la institución en la última actualización de las perspectivas económicas para el continente americano.
El segundo obstáculo está vinculado al primero. Se trata de “unos niveles de deuda [en la región] que limitan la capacidad de inversión de los países”. En 2016, la deuda bruta del sector público en América Latina y el Caribe fue del 58,1% del PIB según el FMI. Este organismo estima que para 2017 aumente al 59,8% y alcance el 61,6% en 2018.
El tercer obstáculo corresponde a las disparidades regionales. “El desarrollo y crecimiento económico varía entre países y también dentro de los países”, recordó Akhmouch y puso como ejemplo a México. En este país los ricos tienen nueve veces más dinero que los pobres. Por ello, la líder del Programa de Gobernanza del Agua para la OCDE insta a que “más allá del consenso político, se adapten las políticas [hídricas] a la realidad”.
El cuarto obstáculo es la urbanización. “En América Latina y el Caribe el 80% de la población vive en las ciudades y para el 2050 se espera que sea el 90%”, afirmó la experta. Ahora bien, Akhmouch recalcó que a diferencia de lo que ocurre en otras regiones, donde lo habitual es vincular el crecimiento económico a la tasa de urbanización, eso no ocurre en Latinoamérica, “donde los costos [del proceso de urbanización] han sido mayores que los beneficios”, puntualizó en relación con los espacios de pobreza aledaños a grandes urbes latinoamericanas como Río de Janeiro.
El quinto y último obstáculo que citó la experta fue la productividad vinculada a las zonas urbanas. “En Europa, cuanto más grande es la ciudad, mayor es la productividad. Pero eso no ocurre necesariamente en América Latina”, señaló la líder del Programa de Gobernanza del Agua.
Al margen de estos cinco factores que inciden en la gestión del agua, Akhmouch puntualizó que la demanda mundial de este bien aumentará 50% para 2050, y que será especialmente alta en los países emergentes y algo menor en los países de la OCDE que ya cuentan con instrumentos para un uso más racional del agua.