Redacción (ALN).- Es llamado el «Caín de Colombia». Mató a sangre fría a su madre y a su hermano, reconocido estilista, Mauricio Leal, por dinero.
La revista Semana reveló detalles de Jhonier Leal y cómo mató a su hermano Mauricio y a su propia madre:
Cuatro meses tardó Jhonier Leal en planear el macabro asesinato de su hermano, Mauricio, reconocido como el estilista de los famosos, y de su mamá, Marleny Hernández. Por años guardó un odio inexplicable que lo llevó a cometer el doble crimen, que tiene conmocionado al país y a él en la cárcel, a punto de recibir una pena de por lo menos 25 años de prisión, luego de confesar que tuvo la sangre fría para matar a sus familiares.
Era un domingo normal y apacible en la casa de Mauricio Leal, ubicada en un condominio en la vía a La Calera. Jhonier, Mauricio y su mamá estuvieron juntos todo el día y nadie se imaginaba que su cabeza estaba centrada en el plan para ejecutar el doble homicidio y en la fortuna que esperaba heredar. Les llevó almuerzo y estuvo con ellos hasta finalizar la tarde cuando se fue a una reunión familiar. Al regresar a la casa, sobre las 11:45 de la noche, ya no había vuelta atrás. Empezó el macabro crimen.
Jhonier, Mauricio y su mamá estaban en sus cuartos. Mientras ellos dormían, el confeso asesino se preparaba para ejecutar el doble homicidio, pero, como dijo el fiscal del caso, Mario Burgos, “no hay crimen perfecto”. Él estuvo despierto toda la noche, de eso da cuenta el uso de datos de su teléfono celular y el de sus familiares, como lo sustentó la Fiscalía.
Mientras Marleny dormía, Jhonier entró a su cuarto y la mató de una puñalada en el abdomen. Fue tal la violencia que el cuchillo traspasó literalmente su cuerpo y llegó hasta la columna vertebral. Al confirmar que estaba sin vida, tomó rumbo al cuarto de la siguiente víctima, su hermano, Mauricio. Pero con él, de acuerdo con sus planes, tenía que asegurar la forma de que le dejara su fortuna.
Mauricio dormía profundamente, había tomado una pastilla de zopiclona. Jhonier llevaba en sus manos el mismo cuchillo con el que había matado a su propia madre. No lo podía asesinar de tajo, pues tenía que obligar al reconocido estilista a que escribiera una nota en la que le dejaba su herencia. Lo atacó con el cuchillo y todo empezó a fallar. Se quedó con el mango en la mano, así que, con una frialdad pasmosa, fue rápidamente por otro a la cocina.
De regreso a la habitación de Maíto, como le decían al famoso estilista, Jhonier lo obligó a consumir ocho pastillas más. Mauricio se trató de defender, las huellas están en su cuerpo y también quedaron en el de Jhonier, delatado justamente por una herida que tenía en su mano derecha y que quedó al descubierto ante los fiscales cuando juró en el primer interrogatorio decir toda la verdad.
Mauricio no pudo defenderse. Estaba drogado, malherido y había recibido fuertes golpes, puñetazos en la cara y cuatro puñaladas más. Fue obligado a escribir la nota, en la que decía: “Los amo, perdónenme, no aguanto más, a mis sobrinos y hermano dejo todo con todo mi amor”.
La aterradora misión de Jhonier se había cumplido. Entonces, trató de borrar todas las huellas del doble crimen para engañar a la justicia. Bajó al cuarto de su mamá, tomó una toalla para limpiarse la herida que tenía de cuando Mauricio, casi inconsciente, trató de defenderse. Se puso unos guantes y empezó a limpiar el cuarto, las huellas de sangre, que hoy son una prueba irrefutable. Envolvió a Marleny, su madre, en una sábana, la trasladó hasta la habitación de su hermano en el segundo piso y la acomodó en la cama, boca arriba, tal como fue encontrada con la profunda herida en su abdomen. Una gota de sangre de Marleny fue descubierta por los investigadores en las gradas.
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