Daniel Gómez (ALN).- La semana pasada el presidente de EEUU amenazó con cerrar la frontera con México, y la industria del aguacate se le echó encima. No quieren muros ni bloqueos al comercio de esta poderosa industria, como ya le dijeron en la Super Bowl en 2017 y en la negociación del nuevo TLCAN en 2018. Parece que le cogieron el gusto a esta forma de protesta.
No hay que subestimar el poder del aguacate. En la relación México–Estados Unidos es fundamental. La semana pasada, ante las amenazas del presidente Donald Trump de cerrar la frontera por la llegada de migrantes de Centroamérica, se temió que los productores mexicanos no pudieran realizar sus envíos, por lo que el precio de la fruta se incrementó 50%.
“Incluso esas amenazas tan vagas son suficientes para asustar a los mayoristas y procesadores que dependen de los consumidores”, dijo a la agencia Reuters Stefan Oliva, analista principal de investigación de Gro Intelligence, firma que recopila y analiza datos agrícolas.
Los números confirman la afirmación de Oliva. México exporta 77% de sus aguacates a EEUU. Unas 900.000 toneladas en 2018 que aportaron 2.100 millones dólares al país, según la Secretaría de Economía.
Para México, el aguacate es toda una industria. Regiones como Michoacán centran en él la actividad económica. Muchos de sus habitantes son productores, y las autoridades regionales también fomentan el turismo gracias a la fruta.
La dependencia no es sólo de México, sino también de EEUU. Son adictos y la prueba es que, en la final de la liga de fútbol americano, la Super Bowl, nadie come sus nachos sin guacamole. Por este motivo, por esta tradición, en enero los envíos de aguacates para el evento superan las 100.000 toneladas. Este año se sobrepasaron las 120.000 toneladas y fue histórico.
En una final de la Super Bowl, Trump tuvo que afrontar un primer duelo de poder contra la industria del aguacate. En 2017, recién proclamado presidente, la marca Avocados from Mexico, anunciante habitual en el evento, y representante de todos los actores de la industria, puso morbo en el partido y agitó la prensa y las redes ya que un producto mexicano ocupaba un lugar destacado en el acontecimiento deportivo favorito en EEUU.
Menos suspicacias levantó la redacción del nuevo TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). Si bien los negociadores modificaron las condiciones en industrias como las de los coches y la tecnología, el comercio de aguacates entre ambas naciones quedó intacto por todo lo que había en juego. Y por lo que supone. Para este sector no hubo reglas de origen.
EEUU necesita los aguacates mexicanos
Como recuerda la agencia Bloomberg, la mayoría de los menús en EEUU cuentan con algún plato elaborado con aguacate. Por supuesto las ensaladas, pero también en otro tipo de comidas. Existen hasta helados de aguacate. Y es que hay que recordar que la fruta está de moda por considerarse “un superalimento” debido a sus valores nutricionales, altos en grasas saludables.
México exporta 77% de sus aguacates a EEUU. Unas 900.000 toneladas en 2018 que aportaron 2.100 millones dólares al país, según la Secretaría de Economía
La dependencia en EEUU no es sólo cultural sino comercial. De acuerdo con el portal de datos Haas Avocado Board, el aguacate mexicano representa entre 75-80% del consumo total en el país.
Además, la producción en EEUU es muy pobre. Las cosechas se encuentran en algunos lugares de California, y esta temporada, a consecuencia de las olas de calor, la producción fue casi nula.
La relación entre EEUU y México por el aguacate, según la directiva de Gro Intelligence, se traduce en que “muchos de estos gerentes de compras, mayoristas y procesadores claman por cualquier tipo de aguacate que puedan adquirir en este momento en el raro caso de que la frontera se cierre”.
Las cadenas de suministro, agrega, significan millones de procesos y cruces semanales. Actividades que generan también millones de dólares en ingresos. Para México y para EEUU. Por eso los analistas dicen que Trump metió la pata al amenazar con el cierre de la frontera.
“No se puede elegir un peor momento del año”, comentó a Reuters Steve Barnard, presidente y director ejecutivo de Mission Produce, una de las empresas que distribuye los aguacates en el mercado californiano, consciente de que en su estado la producción aguacatera está bajo mínimos.