Carlos Moreno (ALN).- En las negociaciones el régimen de Nicolás Maduro tenía el objetivo de que Estados Unidos le levantara con prontitud las sanciones. La oposición buscó una fórmula muy bien pensada para que, de lograr las condiciones para unas elecciones libres, fueran retiradas algunas de las sanciones. Pero Maduro engañó a todos, a la oposición de Juan Guaidó, y a los noruegos que mediaban en el proceso.
Gerardo Blyde, dirigente de oposición y uno de los delegados de Juan Guaidó, Presidente Encargado, en las negociaciones con el régimen de Nicolás Maduro facilitadas por Noruega, ha sido el vocero y quien ha detallado los puntos más importantes que se abordaron en las mesas que se instalaron en Oslo y Barbados. Un proceso que terminó fulminando el propio Nicolás Maduro.
Blyde ha querido precisar de arrancada algo curioso con el propósito de marcar el perfil de Maduro. “Ni siquiera Hugo Chávez se había levantado de una mesa de negociación cuando le tocó conversar”. Así lo ha declarado en una serie de entrevistas en Caracas con los periodistas Nelson Bocaranda y Román Lozinski, del Circuito Unión Radio.
Gerardo Blyde asegura que las propuestas medulares de la negociación representan un 30% de lo discutido, allí era donde se concentraba toda la posibilidad de solución del conflicto, pero el régimen no llegó a ningún acuerdo. “Le mintieron a todos, al mundo, a los noruegos y a los venezolanos. Actuaron de mala fe… Ahora un mecanismo de negociación no puede repetirse igual”, señaló.
El diario ALnavío recogió siete puntos. Los más destacados expuestos por Blyde sobre las negociaciones. Un proceso que buscaba un acuerdo integral para la solución del conflicto político en Venezuela. Así estaba planteado en la mesa hasta que Maduro decidió romperlo.
1. Elección presidencial
“Se buscaba un proceso electoral con garantías y todas las condiciones libres y justas”, detalló Gerardo Blyde. Fue la primera propuesta y la más delicada tanto para la oposición como para el régimen.
¿Por qué?
Tenía que buscarse primero el equilibrio de poderes públicos.
“Esto conllevaba a un cambio del Consejo Nacional Electoral (CNE) que pasaba a ser aprobado y designado directamente por la legítima Asamblea Nacional”, apuntó Blyde. La Asamblea Nacional que preside Juan Guaidó.
Esta propuesta incluía puntos como la apertura y depuración del Registro Electoral, un proceso que, según los asesores de la oposición, iba a durar entre seis y ocho meses pues había que lograr la inscripción de los más de seis millones de venezolanos que hoy conforman el éxodo.
El régimen, apunta Blyde, estuvo de acuerdo con los plazos puesto que coincidían con los tiempos solicitados por observadores internacionales que avalarían las elecciones presidenciales si se lograban.
“Los actores internacionales proponen un mínimo de seis meses a ocho meses para organizar toda la logística que contempla la observación internacional de una elección”, dijo el delegado de Guaidó.
Hubo importantes avances, y entonces se planteó el siguiente punto.
2. Reinstitucionalización de los poderes públicos
“No podíamos ir a una elección sin reinstitucionalizar correctamente el poder”, señaló Blyde.
Entonces se discutió la actuación del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) escogido por la anterior Asamblea Nacional que presidía Diosdado Cabello, el número dos del régimen. Según Blyde, el TSJ ha servido para que el régimen desmantele las competencias de la Asamblea Nacional legítimamente electa por los venezolanos.
“Son poderes que no respetan la voluntad popular, y por tanto no podían seguir siendo gestionados de esa forma. El Tribunal Supremo de Justicia adelanta cualquier clase de violaciones al debido proceso y los derechos, permitiendo también a la Asamblea Nacional Constituyente violar la Constitución. No son poderes autónomos, además”, dijo.
Y reiteró: “No podíamos ir a un proceso electoral presidencial con Maduro y esas instituciones en el poder”.
Pero ¿a dónde llevó este segundo punto?
El régimen contratacó y Blyde, junto con Fernando Martínez Mottola (quien presidía el equipo de Guaidó en las negociaciones de Noruega), escucharon la propuesta.
Los delegados de Maduro querían fuera a Guaidó. Si Maduro no estaba, Guaidó tampoco. “Lo consultamos con Guaidó, con la Asamblea Nacional y con todos los factores que acompañan y se convino que salían los dos. Ni Maduro ni Guaidó estarían en el poder para cuando se convocara el proceso electoral. Es decir, se retiraban antes de que se pusiera en marcha el proceso electoral si se llegaba a un acuerdo. Si se definía un tiempo de ocho meses, tenían que salir ocho meses antes de las presidenciales”, explicó Blyde.
Esto derivaba en un tercer un punto.
3. Consejo de Estado
Era una propuesta que incluía a todos, al régimen, a la oposición, y a la Fuerza Armada Nacional (FAN) que apoya a Maduro.
La idea, según Blyde, era que, si terminaban de definir y pactar las condiciones para celebrar las presidenciales, se conformara un Consejo de Estado que llevaría las riendas del país hasta llegar a las elecciones y luego traspasaría el poder a quien se alzara con la victoria.
Pero entonces comenzó la presión por parte del régimen para centrarse exclusivamente en el retiro de las sanciones impuestas por los Estados Unidos y otros países.
El régimen apostaba desde el principio por el retiro de las sanciones. “Fue así desde que comenzamos a hablar”, dijo Blyde. Y entonces redoblaron los esfuerzos planteando la eliminación de las sanciones como un mecanismo justo para ellos:
“Decían que con las sanciones impuestas ellos no podían llegar a un proceso electoral porque no era justo y no podían hacer políticas públicas”, apuntó el dirigente.
Era un tema que estaba complicando toda la negociación. Ataba de manos a los delegados de Guaidó y a la oposición, pero entonces se planteó una fórmula.
4. La estrategia de la oposición para levantar las sanciones
Blyde explicó que las sanciones son mecanismos soberanos de cada país, por lo que poca influencia tendrían ellos para exigir, por ejemplo, al gobierno de Donald Trump que retirara las sanciones.
También aplicaba el caso para las sanciones impuestas desde la Unión Europea o Canadá.
Y entonces la oposición puso sobre la mesa la carta para demostrar al régimen que haría la tarea de negociar con los gobiernos el retiro de las sanciones.
¿En qué consistía?
Básicamente en el cumplimiento de los primeros dos puntos de la propuesta. La aceptación de elecciones presidenciales con todas las garantías y la reinstitucionalización del poder.
“Sólo llegando a un acuerdo sellado en ese sentido podía irse a hablar con los Estados Unidos para que valoraran el retiro de las sanciones”, puntualizó Blyde.
Justo en este punto Estados Unidos enfilaba con nuevas sanciones contra el régimen. Era el 5 de agosto. La Administración Trump ponía en marcha mecanismos para sancionar a empresas o individuos que hicieran negocios directa o indirectamente con el régimen de Maduro.
“Después de eso Maduro decidió abandonar el diálogo”, dijo Blyde.
5. La mentira de Maduro al mundo
Según Blyde, Maduro necesitaba la mesa con Noruega. “Son negociadores mundialmente respetados”, comentó.
Pero Maduro le mintió incluso a Noruega. “Ya tenía montado su plan B para decir que ellos sí seguían negociando”, dijo Blyde haciendo referencia al pacto firmado por un grupo minoritario de la oposición y Maduro.
“Es un falso diálogo de mucho ruido y pocas nueces. Serán logros inútiles para resolver los problemas estructurales de todo un país, sencillamente porque ese grupo que negoció no compromete a la Asamblea Nacional, ni tampoco a los más de 50 países que apoyan a Juan Guaidó como presidente, y por eso ellos no tienen capacidad real de negociación”.
6. Sólo papeles sin respuesta
Blyde precisa que la oposición, a medida que avanzaban las negociaciones, llevaba documentos por escrito para dar fe de los acuerdos preliminares y también para plasmar nuevas solicitudes.
“Se los entregábamos a los facilitadores noruegos y ellos los hacían llegar a los delegados del régimen. Se les pidió que hicieran lo mismo, pero eso nunca se logró. No fue posible”.
7. La protección del Esequibo
La delegación de Guaidó llevó, entre las propuestas complementarias, un compromiso de la oposición para la protección del territorio Esequibo que reclama Venezuela a Guyana, y eso consta en la documentación presentada ante los facilitadores noruegos. En ese apartado exigían al régimen cumplir con ello y también a las FAN.
“Era una propuesta de obligatoriedad para ambas partes”, señaló Blyde.
Blyde cree que los delegados de Maduro no informaron de la existencia de ese documento puesto que Maduro tomó también el caso del Esequibo como una excusa para no regresar a la mesa de negociaciones.
Nicolás Maduro solicitó una investigación contra Juan Guaidó por traición a la patria luego de acusarlo de negociar la entrega del territorio Esequibo a Guyana.