Daniel Gómez (ALN).- Hay un deseo detrás de cada décimo, de los 170 millones que se venden en España por la Lotería de Navidad. Es el caso de Pamela Acosta, de Chile, quien con los 400.000 euros de El Gordo compraría un apartamento para su hija Yakelina. También el de la paraguaya Estela Alonso: “Si me toca lo invertiría en ayudar a gente de mi familia”. Estas y otras historias son las que contaron a ALnavío los latinoamericanos que ansían la suerte el próximo 22 de diciembre.
Dinero para viajar. Dinero para ayudar. Dinero para cubrir deudas. En definitiva, dinero para una vida mejor. Es la ilusión que comparten los millones de personas que juegan a la Lotería de Navidad en España, un sorteo que repartirá 2.300 millones de euros entre 15.000 afortunados el próximo 22 de diciembre.
La imagen de la esperanza se localiza en pleno centro de Madrid. No hay más que ver las colas que se forman en Doña Manolita. Esta administración, ubicada en la Calle del Carmen número 22, a la izquierda del Fnac de Callao, es el puesto de venta de lotería más importante de España. O al menos, el que más suerte trae. En 113 años ha repartido 76 primeros premios. Más que ningún otro.
Allí aguardaba a la suerte Maribel Muñoz. Esta peruana llevaba media hora de cola y le faltaba otra media para acceder a la administración. “No juego mucho, no me ha tocado nunca, pero ya que estoy en Madrid, voy a esa Doña Manolita de la que todos hablan”, cuenta al diario ALnavío.
Muñoz, como otras tantas personas, busca El Gordo. Así es como se conoce al primer premio de la Lotería de Navidad, el cual reparte 400.000 euros por décimo. “Por suerte no tengo deudas que pagar. Si consigo el premio lo invertiría en viajar, en disfrutarlo con la gente que quiero”, dice.
A escasos metros de Muñoz estaba el venezolano José Díaz. Advierte que no cree en la suerte y que sólo acompaña a un amigo español interesado en comprar varios décimos. No obstante, reconoce que terminará pasando por ventanilla: “Ya que espero una hora aprovecharé para comprar un número”.
Con tres décimos de Doña Manolita recién comprados salen las paraguayas Estela Alonso y Yamina Benítez. “Ojalá nos toque”, afirman al unísono. “Si me toca yo invertiría el dinero en ayudar a gente de mi familia. Ellos lo necesitan más que yo”, dice Alonso. “A mí me gustaría conocer mundo”, sostiene Benítez.
Ilusión por ayudar, “y por tener una vida más tranquila”. Esto es lo que comentó Pamela Acosta, de Chile. Tras comprar nueve décimos -no eran todos para ella, como aseguró su hija Yakelina, quien le acompañaba en un puesto de venta de la Calle Mayor– confía en ganar alguno de los premios para “cubrir deudas” y, de paso, “comprar un apartamento para Yakelina”.
Los loteros también quieren que sea Navidad
La ilusión de la Lotería de Navidad también es propia de los loteros. Se le nota en la cara a Raquel Lucas, gerente de la administración de lotería más antigua de Madrid, cuando charló con ALnavío.
Su local, ubicado en el corazón del castizo barrio de Chamberí (Calle de Santa Engracia, 98), lleva repartiendo ilusión desde 1879. Hace dos años esta administración volvió a hacer historia al repartir los 34 millones de euros del segundo premio de El Niño, un sorteo parecido al de Navidad, también celebrado durante las fiestas -el 6 de enero, día de los Reyes Magos-, pero menos popular.
“Fue genial. Cayó en empresas, en bares, en obreros. Lo tenía la gente del barrio. Ojalá pudiera repetir ese momento”, dijo Lucas a este diario.
A la venta hay 170 millones de décimos de Lotería de Navidad, cinco millones más que el año pasado
Para esta empresaria la Navidad es clave en el negocio. “En esta época prácticamente hacemos la facturación de todo el año”. Justo como ocurre en otras administraciones. “Nosotros duplicamos ventas”, asegura Isabel González, propietaria del Doblón de Oro, una de las oficinas más míticas de Madrid, que, situada en la Puerta del Sol, presume de haber repartido muchos premios en sus 60 años de historia.
El empuje del sorteo de Navidad también es significativo en las arcas del Gobierno. Dice la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae) que las ventas por el sorteo del 22 de diciembre representan casi el 30% de los ingresos anuales. También que en los últimos tres años el comercio de décimos de Navidad ha crecido 13%.
Según parece, esta tendencia continuará al alza. A la venta hay 170 millones de números, cinco millones más que el año pasado, tal como precisa Selae. Además, a falta de poco más de un mes para que se repartan los premios, las administraciones ya empiezan a multiplicar las ventas.
También influye, reconocen los loteros, que hace una semana se estrenó el anuncio de la Lotería de Navidad, este año dirigido por el cineasta español Alejandro Amenábar. Tanto la gerente de la administración de Chamberí, como la del Doblón de Oro confirman que con el anuncio han empezado a repartir más boletos. Otra cosa que ayudó, agrega Lucas, es el frío. “Porque la gente toma conciencia de que se acerca la Navidad”.
Nadie gana en ilusión a los mexicanos
La Lotería de Navidad no sólo es sinónimo de grandes sueños. También de grandes historias. Historias que tienen como protagonistas a personas con necesidad. Por ejemplo, la que reseñó el diario El País el año pasado: una ecuatoriana que ganó El Gordo después de estar en paro desde 2012. O la que narró Abc de un inmigrante marroquí que llegó a España en patera y le tocó el primer premio en 2015.
También se ha dado el caso de que administraciones de lotería ubicadas en barrios humildes dieran suculentos premios a trabajadores e inmigrantes del lugar.
Y es que esta es una de las ventajas de la Lotería de Navidad, que es para todo el mundo. Cualquier persona, esté donde esté, puede hacerse con un décimo a través de internet, un modelo de ventas que en 2016 creció 17%. De hecho, el año pasado, fueron los mexicanos quienes lideraron el ranking e-commerce con 116 euros de media gastados en décimos navideños, 70 euros más que los españoles.