María Rodríguez (ALN).- Al presidente de Chile, Sebastián Piñera, le interesa fortalecer las relaciones con China, pero no a cualquier precio. Le importan los principios de transparencia y el respeto a la identidad de los países, según precisó el mandatario en el Foro de las Nuevas Rutas de la Seda, en Beijing. Fue el único mandatario latinoamericano en asistir. Para Erika Rodríguez, profesora de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid, la clave es “no firmar con China cheques en blanco para conseguir una inversión que luego pueda terminar convirtiéndose en un factor desestabilizador” para los países.
De los 37 jefes de Estado y de Gobierno que participaron en el Foro de la Franja y la Ruta (más conocido como Nuevas Rutas de la Seda) en Beijing, sólo uno era latinoamericano: Sebastián Piñera, presidente de Chile. A Piñera le interesa fortalecer las relaciones con el gigante asiático hasta el punto de “transformar a Chile en un verdadero centro de negocios para las empresas chinas” y ser el punto de entrada para China en Latinoamérica, tal como dijo el mandatario desde la capital china. Pero no a cualquier precio.
Según recoge la agencia EFE, Piñera reclamó en la inauguración del foro que la iniciativa china de infraestructuras de la Franja y la Ruta se rija por dos principios: el de transparencia y el de respeto a la identidad propia de los países. Acto seguido el mandatario elogió el avance de la iniciativa desde su creación en 2013. Aseguró que “en sólo cinco años ha tenido frutos muy fecundos” gracias a que “China está haciendo un esfuerzo por promover un clima de mayor entendimiento y colaboración entre países”.
Erika Rodríguez, politóloga, socióloga y profesora de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Madrid, considera razonable que Piñera hable de transparencia, porque en el fondo, “China no invierte por altruismo”, explica Rodríguez. Es decir: “Cada país tiene que evaluar por qué te presta China, cuáles son las capacidades que realmente tienes para devolver esos créditos y qué sentido tienen las infraestructuras que se están haciendo, si le convienen a tu país o a China”, recalca la experta al diario ALnavío.
Foro Una Franja Una Ruta impulsado x China q hoy participamos abre nuevas oportunidades de colaboración, conectividad, libre comercio e integración entre países, respetando legislación e identidad de c/u y promoviendo mayor desarrollo, oportunidades y bienestar para los chilenos. pic.twitter.com/ub1DitpRz6
— Sebastian Piñera (@sebastianpinera) 27 avril 2019
“Chile ha de tener claro que los puertos en los que está invirtiendo China en el Pacífico chileno son para Chile, para que entren barcos y comercio que le convengan a Chile y no sólo para que entren barcos chinos. Esa es la clave, y por eso tiene razón Piñera cuando habla de la importancia de la transparencia. Que no firmen cheques en blanco a China para conseguir una inversión que luego pueda terminar convirtiéndose en un factor desestabilizador” para la economía de los países, explica esta politóloga.
Y es que a la hora de hacer negocios con China, “hay un claro riesgo de sobreendeudamiento en algunos países. Sobre todo en África, pero también en América Latina, porque China está entrando muy fuertemente en el mercado del crédito para el desarrollo logístico de carreteras y de infraestructuras en general”, detalla Erika Rodríguez. Es un crédito que, a la larga, según esta experta, puede generar sobreendeudamiento en economías “muy frágiles o muy supeditadas a las materias primas”, como suele ser el caso de las latinoamericanas.
Sebastián Piñera: radical con Maduro y pragmático con Xi Jinping
Cabe recordar que antes de la celebración del foro, Piñera dejó claro que a la hora de hacer negocios le resulta más importante el pragmatismo que el modelo político de los socios. “Cada uno tiene el sistema político que quiera darse. Lo que importa es que entre China y Chile estamos buscando colaboración que beneficia a ambos pueblos”.
Pero es que China no es un socio más para Chile. Según Reuters, China es el principal socio comercial de Chile y concentra 27,8% del intercambio total que el país latinoamericano tiene con el mundo. En 2018 el negocio de exportaciones e importaciones entre ambos países sumó 42.791 millones de dólares.
El presidente chino, Xi Jinping, también habló de transparencia en el foro. Según informa la agencia EFE, prometió mecanismos de transparencia para este colosal proyecto de infraestructuras, el de la Faja y la Ruta. Pero ni la organización del evento ni el mandatario parecen predicar con el ejemplo.
En el marco del foro Xi anunció nuevos acuerdos por valor de 64.000 millones de dólares en proyectos de cooperación. Pero no avanzó ningún desglose, ni por países, sectores ni compañías. Lo que sí dijo el mandatario chino es que este foro se celebrará “con regularidad” (esta es la segunda edición), y que se publicarán informes sobre el progreso de la Franja y la Ruta, a la que Xi quiere dotar de más rigor, coordinación y respeto a las leyes, tal como recoge EFE. Para ello se cuenta con una lista de “283 objetivos” acordados en la cumbre, aunque aún no han trascendido más detalles.
Perú, nuevo miembro de la Ruta de la Seda
El foro también sirvió para que Perú, mediante el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Edgar Vázquez, sellase su adhesión a la Faja y la Ruta. Así, ya son 19 países latinoamericanos y del Caribe los que forman parte de esta ambiciosa iniciativa china, un multimillonario plan global de infraestructuras e inversiones dirigido desde Beijing.
Entre los países latinoamericanos adheridos al proyecto se encuentran Panamá, Bolivia, República Dominicana, Uruguay, Ecuador y Chile, entre otros.
A esta edición del foro acudieron representantes de 150 países y organizaciones internacionales, incluyendo al secretario general de la ONU, António Guterres, y a la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde. Entre los presidentes o primeros ministros asistieron los de Italia, Portugal, Grecia, Rusia, Chile, Austria, Suiza, Singapur, Filipinas, Kenia, Pakistán, Egipto, República Checa, Hungría, Serbia, Mongolia, Vietnam y Tailandia.
Sin embargo, muchos países occidentales no enviaron a líderes principales (entre ellos EEUU, Canadá, el Reino Unido, Alemania, Francia, Australia y España), aunque sí representantes de alto nivel. En el caso de España, el Gobierno envió al ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell.