Daniel Gómez (ALN).- Andrés Manuel López Obrador asegura que él no es ningún dictador. Que es un demócrata. En las primeras entrevistas como presidente electo de México, fue muy insistente con este mensaje. Quiere desmarcarse de aquellos que lo llaman autócrata. No quiere parecerse a Nicolás Maduro, ni que su gobierno siga los pasos del régimen que impera en Venezuela. Así mismo lo reconoció.
Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, mantiene las formas de la campaña. Sigue dialogante, pacífico y moderado. Como si quisiera disipar las dudas de aquellos que dicen que es un líder autoritario, un tirano, una especie de Nicolás Maduro a la mexicana. Sobre esto le preguntó Francisco Zea, presentador del noticiero mexicano Imagen Noticias, al recién elegido mandatario.
– Usted dijo que su gobierno no será una dictadura disfrazada. ¿Esto en referencia de que México jamás será Venezuela?
– Sí. No estamos luchando para establecer una dictadura. Estamos luchando para tener una verdadera democracia. Un gobierno para el pueblo, del pueblo. Un gobierno sin corrupción, que promueva la justicia, que sea ejemplo y tenga autoridad.
López Obrador tiene cinco largos meses por delante hasta que el próximo 1 de diciembre tome posesión.
A pesar de la contundente victoria lograda en las elecciones del pasado domingo. Con 53% del apoyo, según el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral. Con más de 30 millones votos, récord histórico en México. A pesar de los baños de masas. De la gente que lloraba de alegría por su elección. A pesar de todo, López Obrador sabe que no será fácil.
Su figura despierta rechazo en muchos sectores del país. Su carácter nacionalista y su discurso de izquierda no calan bien entre el empresariado. Temen por la continuidad de los grandes proyectos. Como la apertura energética, el nuevo aeropuerto y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá.
Este domingo, en su primer discurso como presidente, insistió en el diálogo y el consenso. En la responsabilidad económica y fiscal. Pasada la euforia de la elección, y con la voz algo desgastada, este lunes, por vía telefónica, el mandatario atendió a diferentes canales locales para repetir este mensaje.
En los medios reafirmó su compromiso con la democracia y estableció las líneas rojas del futuro gobierno. Una serie de temas que este martes, tratará con el presidente saliente, Enrique Peña Nieto. Es el primer paso de esta larga transición.
No se perpetuará en el poder
En Imagen Noticas se desmarcó de Venezuela y del autoritarismo en general. Aquí habló de la reelección presidencial, la maniobra favorita de los regímenes para perpetuarse en el poder, como señaló. Una reelección que tampoco está contemplada en la Constitución de México y que López Obrador pretende mantener. “Soy partidario de la no reelección”, dijo.
“Yo no soy un dictador. Soy un demócrata. Vamos a respetar el derecho a disentir”
En este sentido, el presidente comentó que, a mitad del mandato, que dura seis años, se someterá a un referéndum revocatorio. “Voy a someterme a la revocación del mandato a los tres años. Esta consulta va a definir si termino el sexenio o renuncio. Haré esa consulta”, apuntó.
En el canal mexicano Notiguía TV, López Obrador también habló de quienes lo equiparan con un tirano. “Yo no soy un dictador. Soy un demócrata. Vamos a respetar las libertades de todos los mexicanos. Vamos a respetar el derecho a disentir. Queremos diversidad, pluralidad. Que podamos disentir en un ambiente de libertades”.
El futuro económico de México
Un punto que preocupa a los empresarios es la política económica del próximo gobierno. A medida que se acercaba la elección, López Obrador ha venido moderando su discurso. Prueba de ello es que ya no dará marcha atrás a la reforma energética, ni paralizará la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México a las primeras de cambio.
Sobre la apertura energética que acabó con el monopolio de la estatal Pemex y abrió las puertas a otras petroleras internacionales, dijo que revisará “uno a uno” los contratos ya firmados.
“No queremos que nada afecte al interés nacional. Que no haya corrupción. En caso de que haya anomalías vamos proceder legalmente, a actuar con neutralidad y todo bajo la vía legal”, dijo en Imagen Noticias.
A propósito del aeropuerto, dijo en Notiguía que una comisión está analizando “lo más conveniente para la obra”. También puso tres opciones sobre la mesa. La primera es que continúe como está. La segunda es el plan alterno que propuso el propio López Obrador. La de ampliar el actual aeropuerto de Ciudad de México y complementarlo con las pistas de la base militar de Santa Lucía.
La tercera opción es continuar con el nuevo aeropuerto, pero sin usar dinero público. Es decir, “que se pueda concesionar a empresarios mexicanos para que no usen recursos del presupuesto que necesitamos para demandas que tienen que ver con el bienestar de los ciudadanos”.
En Notiguía advirtió que el país necesita más crecimiento económico. Una expansión que, como prometió, no pondrá en jaque al balance nacional de cuentas ni a la deuda pública. “No vamos a gastar más de lo que ingresemos a la hacienda pública. Nos va a alcanzar porque nos vamos a apretar el cinturón. Va a haber un plan de austeridad”.
Al respecto del TLCAN, dijo estar a favor de que se apruebe y actualice el acuerdo. Para ello mantendrá el actual equipo negociador, aunque pretende complementarlo con gente de su confianza. “Esto ya lo voy a plantear el presidente Peña. Queremos ayudar en todo lo que podamos”.
Las reformas urgentes de López Obrador
Este martes, López Obrador y Peña Nieto se reunirán para perfilar la transición hasta el 1 de diciembre. Allí irá acompañado del círculo más cercano. Las siete personas que serán parte fundamental en el tránsito hacia su gobierno.
Para tratar lo económico estarán el académico Carlos Manuel Urzúa y el empresario y magnate Alfonso Romo. Para los temas de política nacional, la jueza Olga Sánchez y la política Tatiana Clouthier. Y para política exterior el político Marcelo Ebrard y el diplomático Héctor Vasconcelos. Por último, el vocero César Yáñez se encargará de la comunicación y medios de prensa.
Como señaló el nuevo presidente, el TLCAN será un tema urgente en esa reunión. Sin embargo, en la entrevista con la cadena Milenio aseguró que hay tres temas que aún son más acuciantes.
El primero es mejorar las ayudas a jubilados y jóvenes. El segundo es la puesta en marcha de una nueva reforma educativa “que no afecte a la enseñanza ni a los derechos de los estudiantes”. Y el tercero, una constante en su campaña, que tiene que ver con el fin de la corrupción.
En Milenio también habló sobre política exterior. “Queremos una muy buena relación con los pueblos y todos los gobiernos del mundo”, apuntó. Refiriéndose al caso concreto de Estados Unidos y el presidente Donald Trump, dijo que con él quiere “una relación de amistad y cooperación”.
Por otro lado, aseguró haber recibido varias llamadas de mandatarios internacionales y destacó una en concreto. La del presidente de Francia, Emmanuel Macron.