Daniel Gómez (ALN).- El presidente electo de México se acoge a una polémica consulta para cancelar las obras del nuevo aeropuerto de Ciudad de México y sacar adelante una apuesta personal. Andrés Manuel López Obrador promete respetar los contratos ya firmados, bien con nuevas obras o llegando a arreglos económicos.
No a la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México. Ese fue el veredicto de los mexicanos que acudieron a la consulta impulsada por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador. Sólo 29% de los votantes aprobaron la continuidad de la obra, mientras que el 69,5% optó por la propuesta alternativa que defiende el futuro mandatario en la base militar de Santa Lucía.
“Fue la gente la que decidió. Y tenemos que seguir creando el hábito democrático. Cuando hay democracia no hay corrupción”, dijo López Obrador este lunes. “En términos económicos, se va a ahorrar con esta decisión, inteligente, sabia, de todos los ciudadanos, 100.000 millones de pesos [5.000 millones de dólares]”.
La Fundación Arturo Rosenblueth, encargada del recuento, admitió la participación de 1,07 millones de votantes. Un número insignificante si se tiene en cuenta que el padrón electoral que maneja el Instituto Nacional de Estadística de México es de 88 millones de personas. Hasta a la cabalgata del Día de los Muertos que se celebró este fin de semana en Ciudad de México fue más gente: 1,8 millones de asistentes, reportó El Financiero.
“Existe el respaldo, el aval de nuestra palabra, moral y política, de atender cualquier reclamación de empresas o de inversionistas”
Entonces, ¿es este número de votos suficiente? “No podemos hablar de que la consulta fue un éxito cuando sólo votó el 1% del padrón electoral, cuando falló la página de internet, la tinta se borraba y donde se podía votar se votaba varias veces. Esto no es democracia, es demagogia”, dijo Fernando Rodríguez Doval, secretario general del PAN (Partido de Acción Nacional), en una entrevista en Televisa.
“Lo que estamos es ante una decisión basada en una consulta que ha sido a todas luces opaca y los mismos organizadores han sido promotores de una de las dos alternativas, por eso nosotros consideramos que esta forma de tomar decisiones no es la correcta para este proyecto en particular”, comentó el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyo.
“Reconocemos a los ciudadanos que expresaron su opinión. Sin embargo, reiteramos nuestra posición de que esta consulta, tal como fue organizada, no debe ser vinculante y no ofreció garantías de imparcialidad, certeza y objetividad”, añadió en Twitter Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
López Obrador respetará los contratos
Pero el veredicto fue vinculante. Así lo dijo López Obrador, quien promete respetar los contratos ya suscritos. “Existe el respaldo, el aval de nuestra palabra, moral y política, de atender cualquier reclamación de empresas o de inversionistas. Es decir, esta decisión se toma con respeto absoluto al Estado de derecho”.
El Ejecutivo de Enrique Peña Nieto ha suscrito 321 contratos hasta la fecha, que suman 7.800 millones de dólares. De ese dinero, 3.900 millones corresponden al consorcio liderado por el Grupo Carso del hombre más rico del país, Carlos Slim, y en el que también participan firmas españolas como Acciona y FCC.
Según López Obrador, su gobierno respetará los acuerdos firmados. “Existe la posibilidad de que continúen con los contratos haciendo lo que ahora hacían en la obra de Santa Lucía o llegar a arreglos”.
La polémica de López Obrador con el aeropuerto
La consulta sobre el aeropuerto siempre ha estado ligada a la polémica. En campaña, López Obrador dejó clara su postura sobre la nueva terminal. Afirmó que era “un nido de corrupción”, que la infraestructura era “excesiva, cara y lujosa”. Las inversiones ascendían a 13.000 millones de dólares, pero denunció sobrecostos de 2.000 millones. Y, por si fuera poco, escribió una historieta en la que detallaba todas estas quejas. Un aeropuerto que no debe aterrizar, la tituló.
Ante la amenaza, Slim, principal contratista del nuevo aeropuerto, organizó una de sus contadas ruedas de prensa. No como empresario, sino como líder empresarial. “Es una cuestión de futuro”, dijo en defensa del proyecto. Y lo es porque la obra será “un detonante” que llevará a México al desarrollo, explicó.
Por el contrario, la propuesta alternativa de López Obrador, quien defiende reactivar los aeropuertos de Ciudad de México con la pista militar de Santa Lucía, a las afueras de la capital, es, según Slim, una mala idea para el país. El empresario alegó problemas de comodidad. “Vamos a tener a los turistas perdiendo al menos una hora o más de su tiempo”, dijo.
A esta queja se sumó un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), el cual explica que el aeropuerto Benito Juárez y el de Santa Lucía no podrán coexistir por la interferencia del espacio aéreo entre uno y otro. Los analistas de Moody’s y Barclays también cargaron contra la propuesta del presidente electo, así como los ingenieros, empresarios y arquitectos de México.
Aun así, López Obrador se acoge al veredicto de los mexicanos para sacar adelante su proyecto. El cual define como “viable”. Y se acoge para decirlo a un encargo que le hizo al Gobierno francés. A una empresa de la que no desveló el nombre.
A raíz de este encargo, el sábado el presidente electo recibió una carga, y estaba firmada por el presidente deFrancia, Emmanuel Macron. “La rapidez con la que hemos cumplido el encargo muestra hasta qué punto queremos que la intensificación franco-mexicana sea ejemplar y se convierta en una verdadera alianza”, le dijo en la misiva a López Obrador, según contó el presidente mexicano este lunes.
La intervención del presidente electo también dejó una promesa. “En tres años vamos a tener resuelto el problema, en definitiva. Van a estar construidas las dos pistas que se necesitan en Santa Lucía”, comentó.