Redacción (ALN).- Aspirina, ibuprofeno, paracetamol… y, si el sufrimiento es muy agudo, opiáceos, con sus efectos secundarios. Aunque millones de personas conviven con el dolor, el mercado de los analgésicos llevaba décadas ofreciendo lo mismo. Ahora está a punto de salir al mercado una revolución como la del Ozempic contra la obesidad. Su estrategia: impide que la señal de dolor llegue al cerebro. Y no genera adicción
Se llama suzetrigina, pero no preguntes por ella en la farmacia porque el nombre acaba de patentarse y todavía queda un trecho para su comercialización. Sin embargo, bautizar una medicina es un paso importante. Y más aún cuando se trata, según los expertos, del analgésico más prometedor de los últimos treinta años
Son cientas las moléculas que hay que probar y descartar. La empresa que la ha desarrollado solo ha considerado que merecía la pena gastar la millonada que cuesta el branding -la creación de una marca distintiva para el producto- después de superar, en enero, los ensayos clínicos en humanos. Es la famosa fase III, la última, infranqueable hasta la fecha para todas las compañías que han intentado sacar un analgésico que no esté basado en el opio y sus derivados en lo que va de siglo
El nombre elegido, suzetrigina, pretende ser una evocación subliminal: el prefijo ‘suze’ viene del inglés sooth, que significa ‘aliviar’. Es lo que promete. El alivio del dolor sin provocar adicción. La expectación es máxima. Y más desde que la autoridad sanitaria norteamericana, la FDA, le concedió en julio la condición de terapia innovadora, algo que acelera el proceso de revisión
En enero de 2025 se anunciará el veredicto, pero los mercados hacen cuentas y ya se especula con que la suzetrigina es un candidato a convertirse en el próximo blockbuster -los que alcanzan ventas por encima de los mil millones de dólares anuales- en el mercado del manejo del dolor, que superó los 83.000 millones de dólares el año pasado.
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