Redacción (ALN).- Lo que comenzó como un proyecto “menor” y sin supervisión, se convirtió en una de las franquicias más rentables de Disney. Lilo & Stitch, la cinta animada lanzada en 2002, fue creada fuera de los estudios principales, con un equipo pequeño y en Hawái, para reducir costos (animar agua y fondos naturales era más barato).
Disney no apostaba por ella: no tenía princesas, no seguía la típica fórmula musical, y fue hecha en animación 2D cuando el 3D ya dominaba. Pero el resultado fue inesperado: éxito mundial en taquilla, aclamada por la crítica, y desde entonces ha generado más de 2.400 millones de dólares en productos licenciados, sin necesidad de secuelas de cine.
Pero la historia se repitió en 2025, con el remake live-action: presupuesto bajo (100 millones), sin grandes expectativas y hasta con recortes de personajes por falta de dinero. El villano Gantu fue eliminado por el alto costo de CGI.
¿Y el resultado? 170 millones en su primer fin de semana, el mejor estreno de Disney en el año.
Ambas versiones fueron subestimadas. Ambas arrasaron. Porque cuando una historia es buena —y hecha con corazón, como la de Lilo, una niña huérfana que encuentra a su familia en un alienígena azul—, ni la falta de apoyo puede detenerla.
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