Daniel Gómez (ALN).- Una vieja lucha de Leopoldo López Gil, eurodiputado del PP desde este domingo, es la de llevar el programa Erasmus de la UE a América Latina, una vieja ambición que inició en Venezuela en los 70 con el programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho.
Leopoldo López Gil, representante electo del Partido Popular en el Parlamento Europeo y primer eurodiputado de la historia, quiere aprovechar su escaño para reflotar una vieja lucha: el programa Erasmus en Latinoamérica. “Aspiro a hacerlo con Europa, y muy particularmente con España”, revela a ALnavío.
López quiere que en la región ocurra como en la Unión Europea. Donde los universitarios tienen libertad académica para conocer otras realidades en los países comunitarios (más Suiza y Turquía) gracias a un programa de becas y ayudas: el Erasmus.
Y de esto se trata de una vieja ambición de López. En 1974, impulsó en Venezuela una iniciativa parecida: el programa de becas Gran Mariscal de Ayacucho. En ese año, el expresidente venezolano Carlos Andrés Pérez lo responsabilizó de fundar y presidir Fundayacucho, un proyecto del que se beneficiaron cientos de miles de venezolanos pudiendo estudiar en las mejores universidades del mundo.
Esta anécdota la cuenta en detalle Miguel Rodríguez, exministro de Planificación del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, en una carta que publica KonZapata. De hecho, fue Rodríguez uno de los favorecidos por Fundayacucho.
“Yo, de familia de pocos recursos, pude estudiar en las dos universidades más rancias de Estados Unidos, Yale y Harvard, y obtener mis maestrías y el Ph.D. en Economía en Yale gracias a Fundayacucho, organizada por Leopoldo López Gil”, detalla Rodríguez en la carta.
López Gil, a quien sus colegas todavía lo conocen como un “ayacucho”, por facilitar los estudios a esa generación de académicos, llevará sus conocimientos de educación a la Eurocámara. Y también esa ambición de que los latinoamericanos, como en su día disfrutaron los venezolanos, sean también “ayacuchos”. O Erasmus.
López Gil cuenta a ALnavío otra vieja ambición surgida en los 90, cuando también dirigió Fundayacucho. “Entonces creé una cátedra entre la Universidad Central de Venezuela y la Universidad de Salamanca. Se enviaba un catedrático por un año aquí y luego uno de aquí para allá. Esa cátedra se debe llamar como entonces, Francisco Herrera Luque”. El nombre de la cátedra es un homenaje a este importante escritor venezolano.
De aquella anécdota recuerda que el primer beneficiario no fue ni un venezolano, ni tampoco un español: fue un chileno. “Eso me inspiró ese intercambio entre los hispanoparlantes”.
La educación será la otra gran prioridad de Leopoldo López. Como dijo en entrevista con este diario, su principal ambición será participar en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento, para estar pendiente de las violaciones que se cometen en Latinoamérica, y especialmente en Venezuela, Cuba y Nicaragua.