Alonso Moleiro (ALN).- Las sofisticadas variantes de la socialdemocracia, y una prudencia en la conducta que parece un atributo característico de su personalidad, le permitan al expresidente de República Dominicana retratarse con sus amigos de la izquierda sin dejar de asistir a cualquier evento con la diáspora dominicana en Miami. La cuenta de Fernández quiere librarse de las mezquinas intrigas y de las ambiciones de poder.
“Bonachona”. Esa podría ser la palabra que define el espíritu de la cuenta de Twitter del expresidente de la República Dominicana, Leonel Fernández. Si algún interesado necesita forzar alguna definición, puede ser ese adjetivo el que se ajuste al perfil de este líder socialdemócrata, figura del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), pura coherencia en materia de equidistancias.
Es, además, la cuenta de un dirigente que, a diferencia de otros expresidentes de la región, parece gozar de un cierto beneplácito general, ligera en materia de malquerencias, enemistades o escándalos. Para consolidar ese logro, Fernández parece tener claro que lo mejor es no hablar de más. Mil y pico de tuits y unos 150.000 seguidores conforman las cifras formales de un hombre que tiene en su cuenta una especie de magazine político. Confrontar no parece ser el estilo personal. Hay una cierta pasión por la cordialidad, que tiene aroma caribeño, a partir de la cual, también, Fernández logra mimetizarse en torno a temas espinosos o demasiado complejos.
Encarna Fernández, después de todo, junto a su partido, el PLD, eso que ahora suelen llamar “el progresismo”, esto es, esa mutación postcomunista de la realidad, con claro acento reformista, y cierta pasión por los melindres, que intenta combinar todas las bondades de la democracia liberal con los ajustes en materia de equidad social del discurso de la izquierda. Uno de los tantos ejercicios de la imaginación política que no siempre encuentran su correspondencia en los hechos, ni en América Latina ni en Europa.
Tiene tiempo Fernández, por ejemplo, para comentar sus lecturas. Eso da una idea de la placidez de intenciones.
El 30 de mayo, en el marco de sus #MartesDeLectura, glosaba, a manera de recomendación, El Dilema Económico de la República Dominicana, de Rolando Guzmán; y luego, Populismo, el veto de los pueblos, de Jorge Vestringe.
#MartesDeLectura: Este libro aspira a explicar las raíces históricas y los referentes políticos del fenómeno populista. Lo recomiendo. pic.twitter.com/iXWaUGea59
— Leonel Fernández (@LeonelFernandez) 30 de mayo de 2017
#MartesDeLectura: Un compendio de siete ensayos que profundizan sobre el momento político-ideológico que vive América Latina. pic.twitter.com/ZN7URM7Ssm
— Leonel Fernández (@LeonelFernandez) 23 de mayo de 2017
Y en un orden similar de ideas, el 19 de junio, este tuit consigna lo publicado en sus artículos de prensa, en este caso en Listín Diario, uno de los periódicos de mayor tradición editorial de su país.
Desde mi #ObservatorioGlobal para el @ListinDiario, «La Ley de Partidos», en una etapa crucial. https://t.co/VuN4DLFye3
— Leonel Fernández (@LeonelFernandez) 19 de junio de 2017
No es Fernández una persona que se pronuncie demasiado por las redes. Es una realidad que obra en su haber. En eso consiste esta versión electrónica de pan integral con leche descremada que nos ofrece. Parece haber un esfuerzo para reforzar su imagen académica y su perfil conceptual. Los comentarios de libros, y no las crisis hemisféricas, o las situaciones peliagudas de países como Venezuela, que ha contado con sus oficios de mediador, son las que ocupan su portafolio de comentarios.
Este fue, por ejemplo, su comentario de otro #MartesDeLectura, que son perfectamente planificables, y que en este caso data de la semana anterior. Su título es “¿Qué quiere la clase media?”.
#MartesDeLectura: Interesante delimitación sociológica de la clase media argentina, y de cómo esta influencia los procesos políticos. pic.twitter.com/Fs51ll2GaB
— Leonel Fernández (@LeonelFernandez) 16 de mayo de 2017
En la semana del 9 de mayo correspondió el turno a otra novedad editorial, El Cambio Climático, un Desafío Mundial, de Alieto Aldo Guadagni y Miguel Ángel Cuervo.
#MartesDeLectura: La temperatura del planeta aumenta todos los años, lo que implica graves y catastróficas consecuencias para la humanidad. pic.twitter.com/rpdOXFbSpg
— Leonel Fernández (@LeonelFernandez) 9 de mayo de 2017
El 30 de abril estaba Fernández en el foro “Democracia, Modernidad y Progreso”, en la ciudad de Miami, y un día antes hacía público su pesar por la muerte de Miguel Ángel Bastenier, reconocido periodista español del diario El País, y uno de los pilares de Fundación de Periodismo Iberoamericano de Cartagena, Colombia.
Del 26 de abril es, finalmente, su pronunciamiento en torno a la crisis venezolana, acompañado de la firma de los otros expresidentes mediadores presentes: el español José Luis Rodríguez Zapatero, el panameño Martín Torrijos, y, como añadido, el colombiano Ernesto Samper. En este tuit viene adjunta una correspondencia donde se esbozan todas las generalidades y obviedades que la diplomacia internacional ha descargado en los debates del caso, mientras Nicolás Maduro precipita las cosas hasta lo inconcebible en la nación suramericana.
Comunicado de @MartinTorrijos, Rodríguez Zapatero, @ernestosamperp y quien suscribe, ante la situación en Venezuela.
Lecturas, coloquios, familia. Reflexiones. Esos son los contenidos que acá predominan. Los días de las tormentas parece que pasaron para Leonel Fernández luego de haber dejado la Presidencia. Parece cómodo en la zona mediadora: “instar”, “exhortar”, “expresar preocupación”. Esa es, al menos, la sensación que se desprende de su cuenta de Twitter.